Las filtraciones de Wikileaks recogen un cable fechado en diciembre de 2009, y remitido por el Consulado de Estados Unidos en Casablanca a la Secretaría de Estado, en el que se asegura que cualquier decisión sobre inversiones extranjeras en Marruecos depende de "tres individuos". Una de esas piezas claves es el propio rey marroquí: Mohamed VI.
En aquellos momentos, las tres personas sobre las que pivotaba la corrupción marroquí eran el ex viceministro y dirigente del gubernamental Partido de la Autenticidad y la Modernidad (PAM), Fouad el Himma, amigo personal del monarca; el jefe de la secretaría privada del rey y principal asesor financiero de éste, Mohamed Munir al Mayidi; y "el propio Rey", Mohamed VI.
"Durante el reinado de Hassan II había prácticas de corrupción, pero ésta se ha vuelto mucho más institucionalizada con el rey Mohamed VI", añade el cable recogido por WikiLeaks. "El único tema sobre el que la mayoría de los marroquíes se atreven a rumorear es el referente a la influencia y los intereses comerciales del rey y de algunos de sus asesores en todos los proyectos estatales importantes", indica el Consulado norteamericano en Casablanca. Todo ello mientras su pueblo se muere de hambre y el sátrapa lo lanza contra España para reclamar la soberanía sobre el Sáhara Occidental.
Los americanos no son los únicos que saben de las trapacerías del rey vecino. En su famoso blog, el exdiputado vasco Iñaki Anasagasti llega a asegurar: “El país reviste toda la apariencia de un sistema económico normal y, desde algunos aspectos, hasta sofisticado: bancos, empresas, sector privado etcétera. Es una realidad de la que hay que hablar en pasado. El sector económico marroquí se asemeja a un pueblo de Potemkin que esconde la depredación real”. Y añade: “El rey es, desde hace algún tiempo, el primer banquero, asegurador, exportador y agricultor de su país. Controla también el sector agroalimentario, la gran distribución comercial y la energía. El enriquecimiento desenfrenado del soberano y de algunas personas a sus servicios puede, sin embargo, tener consecuencias políticas incalculables cuando la población está siendo golpeada de lleno por una crisis que la empobrece y fragiliza a las clases medias”.
Anasagasti concluye: “Una rápida comparación con otras monarquías, empezando por las constitucionales, permite comprender que estamos en las antípodas de cualquier ética democrática. ¿Cabe imaginar a la reina de Inglaterra o al rey de España en la cima de las más importantes entidades financieras, industriales y agrícolas de su país que operan en situación de monopolio sin apenas disimularlo?”
La fortuna de Mohamed VI
Mohamed VI era en 2015 la quinta persona más rica de África, con un valor neto de 5.700 millones de dólares. En 2019 su valor neto era de 8.200 millones de dólares.
Heredó el 35 por ciento de Al Mada, antigua Societe Nationale d'Investissement, una empresa de inversión que posee participaciones en diversas empresas marroquíes y del extranjero, como Attijariwafa, el mayor banco del país
Heredó el 35 por ciento de Al Mada, antigua Societe Nationale d'Investissement, una empresa de inversión que posee participaciones en diversas empresas marroquíes y del extranjero, como Attijariwafa, el mayor banco del país, Managem Group (minería), Cosumar (producción de azúcar), y Centrale Danone, la filial marroquí de la multinacional Danone. A fecha de 2019 su participación en Al Mada estaría en el 70%. Su implicación en importantes empresas marroquíes ha llevado a sospechas de conflicto de intereses en licitaciones públicas.
El rey posee 12 palacios y 600 coches de lujo. En julio de 2019 Mohamed VI se compró uno de los yates de vela más grandes del mundo, llamado Badis 1, por unos 90 millones de dólares. En octubre de 2020 adquirió una mansión de más de 1.000 metros cuadrados en París, al pie de la Torre Eiffel, por un valor de 80 millones de euros. La compra generó controversia e indignación en Marruecos, ya que ocurría el día antes de que el rey anunciara sus medidas para luchar contra las consecuencias económicas de la pandemia.
La mansión no es la única propiedad que el rey posee en Francia: en 2016 compró el palacio de Betz, una pequeña localidad de Oise de 300 habitantes, que pocos días después de la llegada del rey se quedó sin agua, debido al excesivo consumo de los recién llegados.
Los gastos de la Casa Real, con un presupuesto de 960.000 dólares en 2014, son pagados por el Estado marroquí y no por Mohamed VI. En 2021 los palacios del rey tienen asignados más de 1.000 sirvientes cuyo mantenimiento supone un millón de euros al día.