Maduro bloquea X durante 10 días y acusa a Musk de incitar al odio

El gobierno de Maduro ha instado a sus seguidores a eliminar la aplicación de sus dispositivos móviles, calificándola de herramienta de desestabilización utilizada por el imperialismo para socavar su gobierno.

09 de Agosto de 2024
Actualizado a las 20:39h
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Maduro bloquea X durante 10 días y acusa a Musk de incitar al odio

Nicolás Maduro ha anunciado la suspensión temporal de la red social X, anteriormente conocida como Twitter, durante un periodo de 10 días. La decisión, presentada como una medida para que la corporación dirigida por Elon Musk presente sus “recaudos” a las autoridades venezolanas, ha sido recibida con sorpresa y preocupación tanto dentro como fuera del país. Según Maduro, la suspensión responde a las repetidas violaciones de las normas de la red social y a su uso para incitar al odio y al enfrentamiento entre los venezolanos.

Un intento de controlar la narrativa en medio de la crisis

Maduro, en su discurso, no se limitó a criticar a Elon Musk por sus recientes pronunciamientos sobre la crisis venezolana, en los que el magnate apoyó abiertamente a los líderes opositores María Corina Machado y Edmundo González Urrutia, sino que también acusó a la plataforma de ser parte de un complot contra su gobierno. Esta medida se inscribe en una serie de acciones que el mandatario ha tomado en respuesta a las crecientes críticas y al activismo ciudadano que se ha intensificado en las redes sociales, especialmente en X, donde circulan numerosas pruebas de la victoria electoral de la oposición.

La red social X ha sido, durante años, un espacio vital para la difusión de información y para el debate político en Venezuela. A pesar de la censura y las restricciones impuestas por el gobierno, muchos venezolanos han utilizado esta plataforma para compartir noticias, opiniones y denuncias, que a menudo no tienen cabida en los medios de comunicación tradicionales controlados por el Estado. La suspensión de X, aunque temporal, representa un golpe significativo para la libertad de expresión en el país, limitando aún más las posibilidades de los ciudadanos de acceder a información veraz y de expresar sus opiniones.

Un paso más en la represión de la libertad de expresión

El gobierno de Maduro ha intensificado su control sobre las plataformas digitales en los últimos años. La Ley Contra el Odio, aprobada en 2017, ya había impuesto fuertes restricciones a los contenidos en las redes sociales, penalizando a quienes se atrevían a criticar al gobierno o a difundir información considerada perjudicial para el régimen. La suspensión de X, que Maduro justifica como una medida para proteger la paz y la estabilidad del país, es vista por muchos como un pretexto para silenciar las voces disidentes en un momento de gran tensión política.

La historia reciente de Venezuela muestra que el chavismo ha utilizado las redes sociales de manera intensiva para difundir su propaganda y contrarrestar las críticas. En los tiempos de Hugo Chávez, se organizaban desde el Ministerio de Comunicación e Información los llamados “guerrilleros comunicacionales”, jóvenes activistas entrenados para defender al régimen en el ámbito digital. Sin embargo, la influencia orgánica del chavismo en las redes sociales ha disminuido notablemente en los últimos años, en gran parte debido al deterioro de la situación económica y social del país.

El impacto de la suspensión y la reacción internacional

La suspensión de X en Venezuela ha generado preocupación entre los defensores de los derechos humanos y la comunidad internacional. Amnistía Internacional y otras organizaciones han denunciado que esta medida es otro intento más de Maduro por controlar la narrativa y reprimir la libertad de expresión en el país. La red social X, bajo la dirección de Elon Musk, ha sido un canal crucial para la oposición venezolana y para los ciudadanos que buscan desafiar la censura estatal. La retirada temporal de esta plataforma deja a millones de venezolanos sin uno de los pocos espacios donde podían expresar sus preocupaciones y demandas.

Mientras tanto, el gobierno de Maduro ha instado a sus seguidores a eliminar la aplicación de sus dispositivos móviles, calificándola de herramienta de desestabilización utilizada por el imperialismo para socavar su gobierno. Esta postura refleja la creciente paranoia del régimen frente a las críticas y su temor a perder el control sobre la narrativa pública.

La suspensión de X también podría tener repercusiones en la campaña electoral, ya que Maduro había invertido significativamente en fortalecer su presencia en las redes sociales, especialmente en TikTok. La censura de una plataforma tan influyente como X podría obstaculizar sus esfuerzos por conectar con el electorado y difundir su mensaje en un momento crucial.

La decisión de suspender X durante 10 días no solo profundiza la crisis de derechos humanos en Venezuela, sino que también evidencia el debilitamiento de las libertades civiles en el país bajo el régimen de Maduro.

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