Médicos Sin Fronteras (MSF) reitera su petición a la corporación farmacéutica estadounidense Moderna para que ponga urgentemente la tecnología de las vacunas ARNm a disposición de los fabricantes de los países de ingresos bajos y medios. MSF lanza su demanda el día antes de la junta general de accionistas de Moderna en la que la compañía informará de sus resultados en forma de miles de millones de beneficios durante la actual pandemia de COVID-19. La transferencia de tecnología y conocimientos podría facilitar la producción tanto de vacunas contra la COVIDcomo de vacunas ARNm para otras enfermedades, y permitiría a los países estar mejor preparados para futuras pandemias.
Moderna recibió una importante financiación pública (alrededor de 10.000 millones de dólares, lo que incluye casi todo el coste del desarrollo clínico y la compra de 500 millones de dosis) para desarrollar una vacuna contra la COVID-19 mediante tecnología ARNm. Es por ello por lo que esta tecnología debería compartirse con fabricantes con capacidad para beneficiar al mayor número de personas posible, ahora y en el futuro. Teniendo en cuenta este apoyo de los contribuyentes y el hecho de que Moderna haya facturado 17.700 millones de dólares con la vacuna y tenga unas previsiones propias de al menos 19.000 millones en ventas, la empresa tiene la obligación de dejar de bloquear la transferencia de tecnología ARNm.
Disponer de una capacidad local de producción de vacunas ARNm en los países de ingresos bajos y medios con vistas al futuro, salvaría vidas en muchas regiones del mundo. A corto plazo, la tecnología regional ARNm puede adaptarse con relativa rapidez para responder a las nuevas variantes de COVID-19 y a las necesidades de suministro. Y a medio y largo plazo, la tecnología ARNm podría constituir una opción prometedora para el desarrollo de vacunas contra otras enfermedades infecciosas mortales de larga duración, como el VIH, la tuberculosis y la malaria, y podría desempeñar un papel importante en la futura preparación para las pandemias.
"La tecnología del ARNm tiene un importante potencial para hacer frente no solo a la COVID-19 sino posiblemente a otras epidemias e incluso a futuras pandemias. Deberíamos negarnos a permitir de nuevo una situación en la que la mitad del mundo sea atendida en primer lugar, mientras el resto del planeta asiste con las manos vacías", afirma Alain Alsalhani, farmacéutico de vacunas de la Campaña de Acceso de MSF.
Aunque Moderna ha firmado un Memorando de Entendimiento con el Gobierno de Kenia para que este país albergue su primera fábrica basada en tecnología ARNm en África, apenas se han dado detalles públicamente sobre esta empresa. Una forma más eficaz de promover la producción y disponibilidad de vacunas ARNm en el continente africano sería que Moderna compartiera su tecnología con los fabricantes que tienen la capacidad de producir y que no obstaculizara los esfuerzos en marcha para desarrollar vacunas basadas en esta tecnología en el Centro de Transferencia de Tecnología de ARNm dirigido por la Organización Mundial de la Salud en Sudáfrica. Moderna debería comprometerse a no hacer valer las patentes en los países de ingresos bajos y medios en los que los fabricantes deben producir vacunas de ARNm a través del centro impulsado por la OMS, incluyendo Sudáfrica.
"La pandemia de COVID-19 puso de manifiesto que concentrar la producción principalmente en los países de ingresos altos y en un puñado de estados de ingresos medios conduce a un despliegue segregado de herramientas y tecnologías médicas vitales, lo que en última instancia cuesta vidas", explica Alsalhani. "Es un mito que los países de ingresos bajos y medios no puedan producir vacunas ARNm: hemos identificado más de 100 fabricantes en Asia, África y América Latina con capacidad para fabricar vacunas en base a esta tecnología. El mundo debería aprender las lecciones de esta pandemia y mover montañas para hacerlo mucho mejor en el futuro".
"Es inaceptable que Moderna se haya beneficiado del dinero de los contribuyentes para desarrollar esta vacuna de gran éxito, pero se niegue a compartir la fórmula con los productores del resto del mundo que tienen la capacidad de fabricar vacunas ARNm para las necesidades actuales y futuras de los países, tanto para la COVID-19 como para otras enfermedades", se lamenta Mihir Mankad, asesor de salud global de MSF en Estados Unidos. "Moderna hizo realidad esta vacuna ARNm con un importante apoyo del Gobierno estadounidense, y ambas partes deben comprometerse a compartir incondicionalmente la tecnología con fines de preparación ante pandemias", concluye.