Desde que empezó a asistir a las personas migrantes en Libia en 2016, MSF se ha enfrentado en repetidas ocasiones a la imposibilidad de protegerlas, tanto dentro como fuera de los centros de detención, así como a la dificultad de garantizar la continuidad de la atención médica para las personas con las condiciones médicas más severas, tanto físicas como mentales, incluyendo a personas víctimas de tortura.
“En Libia, la gran mayoría de personas migrantes son víctimas de detenciones arbitrarias, tortura y violencia, incluida violencia sexual”, afirma Claudia Lodesani, responsable de Operaciones de MSF en Libia. “Es prácticamente imposible para estas personas obtener protección física y legal y, como resultado, la mortal ruta migratoria a través del Mar Mediterráneo es a menudo su única salida. Creemos que países seguros, especialmente en la Unión Europea, que ha estado financiando la guardia costera libia durante años y fomentando el retorno forzado de personas migrantes a Libia, tienen el deber de facilitar la evacuación de los supervivientes y protegerlos en su propio suelo”.
MSF publica hoy un informe titulado Salir de Libia (Out of Libya) que describe la debilidad de los mecanismos de protección existentes para las personas atrapadas en Libia. Las pocas vías legales de salida hacia países seguros establecidas el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) son muy lentas y restrictivas.
De hecho, solo se tiene en cuenta a las personas de nueve nacionalidades para su registro en el ACNUR, el acceso a este servicio es casi inexistente fuera de Trípoli y los centros de detención, y el número de plazas en los países de destino es muy limitado.
En 2021, solo 1.662 personas pudieron abandonar Libia a través de los mecanismos de reasentamiento del ACNUR, de las aproximadamente 40.000 registradas. Cerca de 3.000 personas más lo hicieron a través del programa de retorno voluntario de la OIM. En total, se calcula que hay unas 600.000 personas migrantes en el Libia.
El informe de MSF también presenta varias soluciones alternativas, como las que pueden poner en marcha organizaciones de ayuda y gobiernos. En Italia ya se ha abierto un corredor humanitario que está permitiendo la evacuación de un grupo de personas muy vulnerables y que necesitan protección, entre las que se incluyen pacientes tratados por MSF en Libia.
En Francia, se están manteniendo conversaciones con las autoridades para evacuar a los supervivientes de la tortura y violencia, así como a las personas con enfermedades graves, que serían atendidas por MSF a su llegada a Francia. MSF pide que este tipo de mecanismo se duplique en otros países seguros.
“La atención médica a personas detenidas de forma arbitraria e indefinida, o que corren el riesgo de sufrir violencia de manera sistemática, plantea muchos dilemas”, afirma Jérôme Tubiana, responsable de Incidencia de Médicos Sin Fronteras en Libia. “Siendo realistas, lo que podemos hacer para ayudarles en Libia es limitado. Para proteger verdaderamente a las personas más vulnerables, primero y ante todo, debemos sacarlas urgentemente del sistema de detención y del país”.
MSF es una de las pocas ONG internacionales que trabajan en Libia, y sus equipos brindan atención médica y apoyo psicosocial a las personas migrantes detenidas en centros de detención y que viven en viviendas improvisadas. MSF también organiza el traslado de las personas más graves al hospital y apoya, a quienes lo deseen, para registrarse en los programas del ACNUR y la OIM para ayudarles a salir del país.