La distribución de ayuda humanitaria en la Franja de Gaza encaró el jueves una jornada determinante, según la ONU. A pesar del reciente desbloqueo parcial del paso fronterizo de Kerem Shalom, los retos para llevar asistencia a quienes más la necesitan son, en palabras del organismo internacional, “enormes”.
Una operación contrarreloj en terreno hostil
Tom Fletcher, secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, ha declarado que los equipos humanitarios afrontan un día “crucial” para el reparto de suministros básicos. La reactivación del paso de Kerem Shalom, tras los episodios de inseguridad que paralizaron durante días la entrada de convoyes, ha permitido que los camiones de ayuda “finalmente estén de nuevo en marcha”.
Este corredor, situado en el sur de la Franja de Gaza y que conecta con Israel, ha sido testigo del ingreso de cerca de doscientos vehículos de carga, según datos oficiales. El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha compartido imágenes que muestran las primeras descargas, con personal descargando harina y combustible esenciales para reactivar panaderías locales paralizadas por la escasez.
Una apertura sin restricciones
A pesar de este avance, el balance de las organizaciones humanitarias es unánime: la ayuda sigue siendo insuficiente. El PMA ha hecho un llamamiento urgente a través de sus canales oficiales, subrayando la necesidad de un acceso sin trabas: “No hay ni de lejos suficiente para ayudar a todos los que lo necesitan. Necesitamos más camiones, más comida, y ya”, han denunciado.
La ONU se mantiene en contacto constante con sus equipos sobre el terreno, mientras evalúa la posibilidad de ampliar la capacidad logística en función de la evolución de la situación. Sin embargo, insisten en que sin una mayor cooperación internacional y un compromiso firme de las autoridades israelíes, la ayuda no podrá alcanzar su destino final: la población civil atrapada en la emergencia.
Un pulso entre necesidad y burocracia
Mientras Gaza continúa sumida en una grave crisis humanitaria, la comunidad internacional observa con atención el devenir de una operación que aún pende de un hilo. El acceso libre y seguro a la ayuda sigue siendo el principal reclamo de las agencias de socorro, que advierten: cada hora cuenta.