El Servicio Nacional de Salud de Gran Bretaña anunció ayer que dejará de proporcionar medicamentos bloqueadores de la pubertad a niños, tal y como se venía haciendo hasta ahora en las clínicas que trabajan con la "identidad de género".
El gobierno ha acogido con agrado esta decisión, considerándola como un paso "histórico".
Tras una consulta pública y la investigación realizada durante cuatro años sobre las actividades llevadas a cabo por el Servicio de Desarrollo de Identidad de Género del Servicio Nacional de Salud inglés, la decisión se ha tomado para salvaguardar la salud de los pacientes. Especialmente de los menores. Y es que los medicamentos que se utilizan para bloquear el normal desarrollo en la etapa de la pubertad, en la mayoría de los casos, generan efectos adversos graves a lo largo de toda la vida. Y aunque su uso se recomiende y muchos "expertos" afirmen que el tratamiento es reversible, los daños que causa se sufren durante toda la vida.
Afecciones en órganos como hígado, riñones, corazón, problemas circulatorios, neurológicos, problemas en los huesos, genitales malformados, esterilidad, son algunos de los efectos comunes que se hacen presentes a lo largo de la vida de las personas que durante su edad más temprana se sometieron a este tipo de tratamientos.
Tras la decisión del Servicio de Salud Nacional de Reino Unido, este tipo de bloqueadores solamente se administrarán dentro de procesos de ensayos clínicos y bajo una estricta supervisión.