República Dominicana y Luis Abinader en defensa de las ballenas

30 de Noviembre de 2022
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La sensibilidad de un gobierno hacia la biodiversidad de un país se percibe en las acciones. La última decisión de República Dominicana en la 68ª Reunión de la Comisión Ballenera Internacional sirve para conocer la política del presidente Luis Abinader respecto a la conservación de estas enormes criaturas que surcan mares y océanos.

El rechazo a la caza de ballenas para alimentación, para mitigar los efectos de una posible crisis alimentaria en el mundo, ha sido la respuesta de República Dominicana junto a un grupo de países que no están acuerdo en que se levante la moratoria existente.
Y es que no es excesivamente complejo entender que una ballena viva alimenta a más personas que una muerta. Sin ir más lejos, la temporada de observación de las ballenas da trabajo y activa la economía de la población durante un período de tiempo prolongado.

Durante los últimos 10 años, en la temporada de enero a marzo, más de 500.000 personas han participado en la observación de ballenas en el Santuario de Mamíferos Marinos de Banco de la Plata y Navidad, incluyendo la Bahía de Samaná. Además, en la Temporada de Observación de Ballenas Jorobadas 2022 se han superado las cifras récords registradas en los últimos años, con la visita de 100.336 personas.

Otra de las medidas para salvaguardar la vida de estos animales mamíferos, es que todas las embarcaciones deben vigilar y controlar el cumplimiento de las regulaciones establecidas para la Observación de Mamíferos Marinos de los Bancos ya referidos y en la Bahía también antes mencionada, contenidas en el Plan de Manejo del Santuario de Mamíferos Marinos Bancos de la Plata y La Navidad. De hecho, esta temporada no se ha permitido ruido de motores, humareda y toque de bocinas innecesarios, lo cual se aplica a todas las embarcaciones que navegan dentro del santuario.

Las ballenas son animales fascinantes, inteligentes y con comportamientos sociales muy complejos sobre los que estamos comenzando a saber más. Sin embargo, se las sigue diezmando desde hace más de cuatro siglos, a pesar de que tienen otras funciones, como capturar CO2 y oxigenar los océanos. Sigue habiendo países como Antigua y Barbuda, Santa Lucía y Palau y algunos más, que justifican la caza de ballenas para alimentarse, aunque ninguno de ellos tiene flotas pesqueras, es decir que solo están influenciados por países como Japón.

Aquí radica la gran diferencia en el modo de gobernar de Luis Abinader por la sostenibilidad de su país, mucho más cercano a naciones como  Argentina, Brasil o Uruguay, que en representación de los intereses de millones de ciudadanos, esperan con ansias la aprobación del Santuario de Ballenas del Atlántico Sur, para dar protección a varias especies y promover el uso no letal.

Según un informe de Greenpeace, en el siglo XX las ballenas estuvieron a punto de desaparecer debido al desarrollo de una voraz industria ballenera que las hizo víctimas de una persecución implacable. A esto se suma los impactos del cambio climático, la contaminación de las aguas y por plásticos, la sobreexplotación pesquera y el tráfico marítimo.

Pese a que en 1986 se prohibió su captura comercial en todos los países miembros de la Comisión Ballenera Internacional (CBI), algunos de ellos, como Japón, Islandia o Noruega siguen cazándolas, argumentando fines científicos y culturales.
Sus ritmos de reproducción lentos y el hecho de que todas sus poblaciones se han visto seriamente reducidas, si no casi extinguidas, convierte la protección de estos animales en una prioridad también para el Gobierno de Luis Abinader en República Dominicana

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