Salir de la OMS, una decisión suicida de Milei

El presidente argentino prevé un plan para privatizar la Sanidad pública que pondrá en serio peligro la salud de millones de personas

06 de Febrero de 2025
Actualizado a las 16:42h
Guardar
Milei en una imagen de archivo.
Milei en una imagen de archivo.

El Gobierno de Javier Milei ha anunciado que se retirará de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por “profundas diferencias” con el organismo en la gestión sanitaria de la pandemia del covid. El anticientificismo medieval se extiende por todo el mundo, inspirado en las ideas delirantes del conspiracionismo trumpista. Ahora bien, ¿qué implicaciones o consecuencias puede acarrear para un país salir de un organismo que vela por la salud mundial? De entrada, Argentina se encontrará más aislada, más sola a la hora de combatir una epidemia. Le será más difícil acceder a medicamentos y vacunas, no contará con la coordinación y la guía de la comunidad internacional a la hora de hacer frente a una crisis sanitaria, dejará de recibir informes detallados sobre los últimos avances tecnológicos y médicos y los expertos de la OMS ya no estarán sobre el terreno a la hora de colaborar en la lucha contra la enfermedad. En definitiva, un absurdo apagón científico que acabarán pagando los propios ciudadanos argentinos.

Un país fuera de la OMS es un país con menos recursos y menos conocimientos en medicina. Un país más atrasado y vulnerable ante los nuevos virus. En caso de otra pandemia, una Argentina fuera la OMS vería anulada la cooperación internacional fundamental, el apoyo técnico directo para el trasvase de datos y la compra de equipos, así como la colaboración de personal. También se debilitaría la eficacia en el control de la plaga. El país será mucho más vulnerable que formando parte de un organismo de ámbito mundial.

La OMS permite “facilitar la evidencia científica a los países y las personas” y dicta las recomendaciones más adecuadas para afrontar una pandemia. La epidemióloga y directora de vacunas de la Fundación Huésped, Florencia Cahn, asegura: “Actualmente estamos frente a un brote de sarampión, con dos casos nuevos en la ciudad de Buenos Aires, y mucho del manejo y control del brote tiene que ver con las recomendaciones de la OMS. Entonces es muy importante formar parte”. “Realmente preocupa esta tendencia de ir al margen de las líneas de la evidencia científica”, agregó. Sobre la salida de Argentina de la OMS, Cahn considera que esto “crea mucha incertidumbre sobre qué otras medidas similares puedan tomar después” y sobre cómo queda posicionado el país a nivel de la salud global.

Milei confía en que el vacío que deja la OMS será ocupado por las universidades y organismos argentinos dedicados a la investigación, pero esto no es más que otra falacia, ya que ante una pandemia global cualquier centro científico necesita estar coordinado y en permanente contacto con otros, lo que suele hacerse más eficazmente a través de un organismo supranacional como la OMS. Por si fuera poco, Argentina no es precisamente una potencia global capaz de abastecerse por sí misma, como pueda serlo Estados Unidos, sino más bien un Estado en muchos aspectos atrasado y con graves carencias sanitarias que precisa, como muchos otros, de la ayuda y la cooperación exterior. Lamentablemente, el ciego patriotismo aislacionista de Milei va por delante del sentido común y de la propia ciencia.

La OMS seguirá existiendo, aunque países como Estados Unidos y Argentina anuncien que la abandonan por anteponer el interés del dinero al interés de la vida. “El presidente Milei instruyó al canciller, Gerardo Werthein, para retirar la participación de la Argentina en la OMS. La misma se sustenta en las profundas diferencias respecto a la gestión sanitaria, especialmente durante la pandemia”, anunció el portavoz presidencial, Manuel Adorni. En el fondo, estas diferencias se limitan a prejuicios médicos sin fundamento, a la alergia de Milei al Estado de bienestar y a lo público, al irracionalismo conspiracionista de las nuevas ideologías reaccionarias y al fanatismo de una serie de políticos que basan su actuación política en el puro odio, odio ante la razón científica, odio ante lo que consideran una pérdida de soberanía (de nuevo el chovinismo tan nefasto para una sociedad), odio hacia quienes aconsejaron medidas de confinamiento contra el coronavirus a costa de paralizar la actividad económica. Por supuesto, el plan obedece también al intento de Milei por privatizar completamente la Sanidad. Sin las inspecciones, informes y recomendaciones de la OMS, Milei lo tendrá mucho más fácil a la hora de hacer negocio con la medicina. Cortada la luz, nadie podrá ver la corrupción.

La excusa de que a partir de ahora Argentina dispondrá de más recursos para invertir en el pueblo es tan demagógica como completamente falaz. Es más, el país dejará de beneficiarse del conocimiento y la tecnología que emana de la organización mundial de la salud. Cuanto mejor relacionado está un Estado, cuanta mayor es su presencia en organizaciones internacionales, más fuerte es. Además, cabe recordar que numerosas certificaciones del sector farmacéutico para la compra y venta de medicamentos son otorgadas por la OMS. Fármacos que no estarán al alcance de los argentinos de una forma asequible.

Los países miembros tienen la obligación de informar periódicamente a la Organización Mundial de la Salud sobre la situación sanitaria en sus territorios, incluyendo datos sobre enfermedades, mortalidad, acceso a servicios médicos, etcétera. Esa información es fundamental para el trabajo de la OMS y para la elaboración de estadísticas y análisis globales. Sin información real no hay ciencia, no hay progreso, no hay avance de ningún tipo. Solo subdesarrollismo.

Pero lo que a Milei le molesta realmente es que los países miembros de la OMS tengan la obligación de aportar económicamente de acuerdo con un sistema de cuotas establecido por la Asamblea Mundial de este organismo. Estas contribuciones son fundamentales para el funcionamiento de la organización y la ejecución de sus programas. Son calculadas en función del Producto Interno Bruto (PIB) y la población del país. Argentina contribuye con arreglo a su riqueza, al igual que los demás países miembros, de modo que no hay tal despilfarro denunciado por el Gobierno de Milei. ¿Pero qué se puede esperar de un hombre que ha metido su motosierra de los recortes a fondo hasta desmantelar el propio Estado argentino?

“No vamos a permitir que un organismo internacional intervenga en nuestra soberanía, mucho menos en nuestra salud”, añadió el portavoz gubernamental. Por otra parte, aclaró que el país sudamericano no recibe financiación de la OMS para la gestión sanitaria, “por lo tanto esta medida no representa pérdida de fondos para el país ni afecta la calidad de los servicios”. Otra falacia más, estar fuera de la OMS priva de recursos, lo que cual repercuta en el empobrecimiento de un país.

Las críticas del Ejecutivo contra la gestión de la pandemia durante el Gobierno de Fernández se centran en el confinamiento impuesto por el entonces mandatario, que se mantuvo de forma estricta entre marzo y noviembre de 2020 y que fue lentamente flexibilizado, aunque bajo un sistema de distanciamiento social obligatorio, que mantuvo importantes restricciones de aforo y movimiento durante el año 2021. Milei ha calificado estas cuarentenas avaladas por la OMS como un “delito de lesa humanidad”. “Hoy la evidencia indica que las recetas de la OMS no funcionan porque son el resultado de la influencia política, no basadas en la ciencia”, aseguró un comunicado de la Oficina del Presidente, en el que llamó además a “repensar desde la comunidad internacional para qué existen organismos supranacionales”. En realidad, el confinamiento ayudó a salvar millones de vidas en todo el mundo, tal como confirman todos los informes serios que se han elaborado hasta la fecha sobre el coronavirus. La unión hace la fuerza, la autarquía es un camino seguro hacia el retroceso social, político y económico.

Milei asegura cosas descabelladas y sin sentido como que la OMS, un organismo creado para el bien de la humanidad, es “el brazo ejecutor de lo que fue el mayor experimento de control social de la historia”. Después de esta afirmación propia de un paranoico desequilibrado poco más se puede añadir, más que los argentinos están en manos de un irresponsable que juega con las vidas de sus paisanos.

El anuncio de Milei llega dos semanas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmara una orden ejecutiva para retirar a su país de la OMS, argumentando que su país aportaba muchos más recursos que China al organismo. El mandatario estadounidense ya había firmado el abandono de su país de la OMS durante su primer mandato en la Casa Blanca, más precisamente en el año 2020, entre críticas por la gestión del organismo ante la pandemia, pero la medida nunca se materializó por la llegada del demócrata Joe Biden al poder en enero de 2021.

Lo + leído