La extrema derecha mundial intenta elevar a determinados líderes iberoamericanos a la categoría de mitos políticos. Por un lado, está el ultraliberal Javier Gerardo Milei, a quien presentan como ejemplo de que demoler el Estado para mejorar la situación económica es el camino a seguir. En otro orden, se encuentra Nayib Bukele, por su política de represión absoluta contra las bandas criminales, aunque se estén vulnerando los derechos humanos de manera flagrante.
Sin embargo, lo que están demostrando ambos líderes es que los efectos de este tipo de políticas que ensalza la extrema derecha mundial son terribles para la ciudadanía. Los sacrificios para las clases medias y trabajadoras son letales. En El Salvador, la realidad demuestra que se está utilizando la política de represión contra las maras para otros fines, como acabar con los opositores, además de casos de corrupción relacionados con el entorno del presidente.
En Argentina, las políticas de Javier Milei han conseguido rebajar la inflación y equilibrar el déficit, pero a costa de incrementar los niveles de pobreza de su ciudadanía. Además, se están atacando derechos fundamentales como, por ejemplo, la represión que se está imponiendo contra los sindicatos y todo aquel movimiento opositor que pueda surgir contra Milei.
No se trata de análisis o de interpretaciones. Es el propio gobierno argentino el que reconoce que esto es así. Según señaló el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), «El porcentaje de hogares por debajo de la línea de pobreza (LP) alcanzó el 42,5%; en ellos reside el 52,9% de las personas. Dentro de este conjunto se distingue un 13,6% de hogares por debajo de la línea de indigencia (LI), que incluyen al 18,1% de las personas. Esto implica que, para el universo de los 31 aglomerados urbanos de la EPH, por debajo de la LP se encuentran 4.319.760 hogares, que incluyen a 15.685.603 personas; y, dentro de ese conjunto, 1.378.142 hogares se encuentran por debajo de la LI, lo que representa 5.379.588 personas indigentes. Con respecto al segundo semestre de 2023, la incidencia de la pobreza registró un aumento tanto en los hogares como en las personas, de 10,7 y 11,2 puntos porcentuales (p.p.) respectivamente. En el caso de la indigencia, mostró un aumento de 4,9 p.p. en los hogares y de 6,2 p.p. en las personas».
Es decir, las políticas de Milei han provocado que cerca de 16 millones de personas se encuentren por debajo del umbral de la pobreza. Desde que el anarcocapitalista se hizo con el poder, los pobres han aumentado en más de un 11%. Esto no puede ser calificado como una buena gestión, por más que la extrema derecha mundial lo ponga como ejemplo.
Además, ante esta situación, no hay ningún mérito en que se haya conseguido bajar la inflación con políticas que han provocado un incremento de la pobreza. Si la gente es más pobre, la demanda baja, hay menos dinero en circulación y, en consecuencia, los precios bajan. Las necesidades macroeconómicas por encima de los intereses de las clases medias y trabajadoras.
Sin embargo, no se trata sólo de los datos del gobierno argentino, sino que los organismos internacionales también demuestran que Milei está llevando a su país a un abismo complicado de reconducir.
Según el Fondo Monetario Internacional, la economía de la República Argentina se derrumbará con una caída de PIB de -3,5%, es decir, el peor país de toda América, junto a Haití.
El populismo de ultraderecha, como el que representa Javier Milei, está basado en la destrucción absoluta a costa de lo que haga falta. Más de 3 millones de personas se han visto abocadas a la indigencia gracias a Javier Milei. Los más vulnerables han sido sacados del sistema a la fuerza en menos de un año. Recuperar la dignidad, cuando el pueblo argentino eche a Milei democráticamente de la Casa Rosada, costará mucho tiempo porque la motosierra es la de Leatherface.