Trump arremete contra The Wall Street Journal por vincularle con Epstein en una carta de contenido sexual

El expresidente amenaza con demandas mientras ordena revelar los testimonios del jurado que acusó a Epstein, en un nuevo intento de desviar la atención y calmar a sus seguidores

18 de Julio de 2025
Actualizado a las 12:47h
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Trump arremete contra The Wall Street Journal por vincularle con Epstein en una carta de contenido sexual
Donald Trump interviene en la cumbre ultra de la CPAC | Foto: Gage Skidmore

Donald Trump ha anunciado que demandará a The Wall Street Journal, News Corp y Rupert Murdoch tras la publicación de una carta supuestamente escrita por él a Jeffrey Epstein en 2003. El documento, de contenido sexual, habría formado parte de un álbum de felicitaciones recopilado por Ghislaine Maxwell. Mientras tanto, el FBI desmiente la existencia de una lista de clientes y reafirma que la muerte de Epstein fue un suicidio. Trump, cercado por la desconfianza de sus propios seguidores, agita la polémica y lanza ataques al mensajero.

Un presidente a la defensiva y un escándalo que no se apaga

La carta publicada por The Wall Street Journal ha vuelto a colocar el nombre de Trump en el epicentro del caso Epstein. Según el reportaje, la misiva, mecanografiada y adornada con un dibujo sexual explícito que el diario atribuye al propio Trump, habría sido un “regalo” para el 50º cumpleaños del financiero. La firma, colocada en una posición sugestiva bajo el dibujo, remata el tono obsceno del mensaje.

Trump ha reaccionado con furia, tachando la publicación de “falsa, malintencionada y difamatoria”, y ha anunciado su intención de llevar el asunto a los tribunales. A través de su red social Truth Social, ha acusado al medio de “inventarse fuentes” y ha prometido una querella contra el periódico, su empresa matriz y su dueño, Rupert Murdoch, con quien mantiene una relación tensa desde hace tiempo.

La agresividad de Trump no oculta, sin embargo, el fondo del problema: una creciente inquietud en su base electoral, que esperaba del presidente revelaciones contundentes sobre la trama Epstein. El reciente informe del FBI, que niega la existencia de una “lista de chantajes” y descarta el asesinato de Epstein en prisión, ha desinflado muchas de las teorías conspirativas alentadas desde el entorno MAGA.

Propaganda, cortinas de humo y desconfianza interna

En un intento por recuperar la iniciativa, Trump ha ordenado a la fiscal general Pam Bondi divulgar los testimonios del gran jurado que procesó a Epstein. La maniobra, presentada como un gesto de transparencia, responde más a la presión de su propio electorado que a una estrategia jurídica coherente. Mientras el FBI y el Departamento de Justicia cierran filas con la versión oficial, sectores ultraconservadores siguen exigiendo explicaciones que no llegan.

Desde la Casa Blanca, la portavoz Karoline Leavitt ha defendido a Trump con una retórica cada vez más tensa, subrayando que “el presidente está comprometido con la verdad” y que “ha cumplido sus promesas al pueblo estadounidense”. Pero el relato oficial choca con la realidad de un escándalo que sigue ensombreciendo su figura, y que recuerda a la opinión pública las sombras éticas de su entorno más íntimo.

El intento de desviar el foco hacia The Wall Street Journal forma parte de un patrón conocido: Trump dispara contra la prensa cuando los hechos le resultan incómodos, evitando dar explicaciones de fondo. Pero en este caso, la estrategia corre el riesgo de volverse en su contra. Ni las amenazas legales, ni las órdenes presidenciales improvisadas bastan para acallar las dudas que levanta su relación, directa o indirecta, con uno de los escándalos más sórdidos de las últimas décadas.

La pregunta ya no es si Trump escribió o no esa carta, sino por qué tantas piezas del puzle Epstein acaban salpicando su nombre. Y por qué, una vez más, su primera reacción es disparar contra el mensajero en lugar de afrontar las preguntas de fondo.

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