Elon Musk, el empresario más rico del mundo, tiene un nuevo trabajo: liderar la recién creada “Agencia de Eficiencia Gubernamental” en la administración de Donald Trump, una iniciativa sin precedentes que busca reducir la burocracia y el gasto público en Estados Unidos. Trump anunció la noticia destacando que Musk trabajará junto a Vivek Ramaswamy, exrival en las primarias republicanas, para reducir el tamaño del gobierno y que ambos tendrán la tarea de presentar resultados para el 4 de julio de 2026.
En una época en la que los presupuestos públicos y el gasto del gobierno son motivo de intenso debate, la idea de una “Agencia de Eficiencia” suena atractiva para muchos, pero también levanta interrogantes. Con Musk como figura central, el proyecto promete una reducción masiva de gastos e innovaciones en la administración pública, aunque la falta de detalles sobre su alcance y posibles conflictos de interés ya han despertado críticas.
Un departamento atípico y sin precedentes
El proyecto, bautizado con las siglas DOGE (en referencia a la criptomoneda meme Dogecoin), no tendrá las características habituales de un departamento del gobierno federal. Operará, según Trump, “fuera del sistema” y buscará “consejos y orientación desde fuera del gobierno”. Esto permite a Musk y Ramaswamy dirigir el proyecto sin estar sujetos a las restricciones éticas que aplican a otros empleados federales, algo que genera controversia, ya que Musk mantiene contratos multimillonarios con el gobierno a través de empresas como SpaceX y Starlink.
Además, mientras el proyecto promete “transparencia total” publicando cada acción en una plataforma pública, queda por ver cómo cumplirán con este objetivo en un entorno de administración federal complejo. Trump y Musk han mencionado la posibilidad de establecer un “ranking” de los gastos gubernamentales más absurdos, pero los detalles sobre cómo planean realizar esta auditoría exhaustiva son aún vagos.
Musk y su ambición por reducir $2 billones del presupuesto
Musk ya dejó en claro su ambición de reducir el gasto federal en aproximadamente 2 billones de dólares, una meta que pocos expertos ven viable. Según el Departamento del Tesoro, el gasto federal en 2024 ascendió a 6,8 billones de dólares, y economistas como Glenn Hubbard, exdirector del Consejo de Asesores Económicos bajo la administración Bush, advierten que incluso recortes en defensa, seguridad social y programas sociales no llegarían a cumplir esta meta.
Musk ha sido crítico de las regulaciones federales y ha expresado públicamente su deseo de reducir la “burocracia” en múltiples ocasiones. Sin embargo, el propio Hubbard y otros expertos advierten que cualquier intento de eliminar agencias gubernamentales o reducir el personal enfrentará grandes desafíos prácticos y legales.
¿Conflicto de interés? Las voces en contra
Con contratos federales vigentes para sus empresas y el historial de Musk de enfrentamientos con regulaciones federales, su designación en este nuevo departamento ha suscitado críticas. Organizaciones de derechos del consumidor, como Public Citizen, ya han señalado que Musk podría usar su influencia para eliminar regulaciones que afectan directamente a sus empresas. “Musk no solo no tiene experiencia en eficiencia gubernamental, sino que sus negocios han infringido muchas de las regulaciones que ahora él mismo podría eliminar”, criticó Lisa Gilbert, copresidenta de Public Citizen.
Los sindicatos federales también han expresado su preocupación. La Federación Americana de Empleados Gubernamentales ha señalado que, más que un esfuerzo por mejorar el funcionamiento del gobierno, este proyecto es una excusa para recortar el personal público y privatizar servicios. “Musk y Trump no buscan la eficiencia, sino su propio beneficio”, afirmó Everett Kelley, presidente de la organización.
La promesa de Ramaswamy y su rol en la política
Vivek Ramaswamy, excompetidor de Trump en las primarias de 2024, también tiene una larga historia de apoyo a la reducción del gobierno. Durante su campaña, prometió eliminar varias agencias, incluyendo el Departamento de Educación y la Comisión Reguladora Nuclear. Aunque sus promesas fueron en gran medida retóricas, su papel como uno de los dos líderes del DOGE indica que tiene carta blanca para llevar a cabo sus ideas de una manera que antes no era posible.
Ramaswamy ha asegurado que el primer paso será desarrollar un plan para eliminar el fraude en el gobierno en seis meses. Si bien esto suena prometedor, analistas advierten que eliminar el fraude y los pagos inadecuados no es tan simple y que frecuentemente este discurso es utilizado para justificar despidos masivos y recortes presupuestarios.
Una visión empresarial en la administración pública
Musk, cuya trayectoria empresarial está marcada por la toma de riesgos y las reducciones de personal en empresas como Tesla y Twitter (ahora X), parece traer una visión similar a su nuevo rol. En un reciente evento en Madison Square Garden, Musk prometió que la Agencia de Eficiencia Gubernamental “quitará al gobierno de los bolsillos de los ciudadanos”. No obstante, expertos recuerdan que muchos de los servicios públicos tienen costos fijos difíciles de eliminar sin afectar a sectores como la salud, la educación y la defensa.
Elon Musk también planea, según sus propias palabras, implementar un “sistema de evaluación” en la administración pública que contemple el despido de empleados ineficientes. Este modelo ha sido efectivo en sus empresas, pero varios críticos temen que trasladar estas prácticas al sector público pueda desmantelar estructuras esenciales para el funcionamiento del estado.
Un proyecto con fecha límite: el 4 de julio de 2026
Trump ha dejado claro que el trabajo de esta agencia debe concluir antes del 250 aniversario de la Declaración de Independencia. “Un gobierno más pequeño, con más eficiencia y menos burocracia, será el regalo perfecto para Estados Unidos”, dijo en su comunicado. Sin embargo, la fecha límite también pone en duda la profundidad y el alcance de los cambios, ya que muchas reformas estructurales requieren tiempo y colaboración con el Congreso.
Detrás de este anuncio también podría haber una estrategia política. La imagen de dos exitosos empresarios, uno de ellos el hombre más rico del mundo, al mando de un proyecto para reducir los “gastos innecesarios” del gobierno, podría atraer a los votantes que abogan por una administración pública más ágil y menos costosa. Sin embargo, la falta de detalles concretos y los potenciales conflictos de interés siguen siendo una sombra sobre la transparencia y viabilidad del proyecto.
En conclusión, aunque el proyecto DOGE ha sido presentado como un avance revolucionario en la eficiencia del gobierno, su éxito o fracaso dependerá en gran medida de su capacidad para superar los conflictos de interés, la resistencia del sistema y la viabilidad de las reformas propuestas. Con Musk y Ramaswamy al mando, el camino hacia una administración más eficiente parece, cuanto menos, incierto.