Un ataque aéreo israelí en Gaza ha causado la muerte de siete miembros de World Central Kitchen (WCK), la organización, conocida por su labor humanitaria proporcionando alimentos en zonas de conflicto del chef José Andrés.
El incidente, que ha consternado a la comunidad internacional, involucró al convoy, compuesto por vehículos claramente identificados y coordinados con el ejército de Israel, fue atacado al salir de un almacén en Deir el Balah, centro de Gaza, según la propia ONG.
Las víctimas de World Central Kitchen en Gaza
La diversidad de nacionalidades entre las víctimas —tres palestinos, un australiano, un polaco, un británico y un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense y canadiense— subraya la naturaleza global de la labor humanitaria y el amplio impacto de este ataque. Erin Gore, responsable de WCK, subrayó la gravedad del incidente, asegurando que el ejército israelí ha prometido una revisión a fondo de las circunstancias que condujeron a este fatal desenlace.
El chef José Andrés, visiblemente afectado, recurrió a las redes sociales para expresar su dolor y solidaridad con las familias de los fallecidos, recordando a las víctimas como personas dedicadas a servir en las situaciones más difíciles alrededor del mundo. Su mensaje no solo rindió homenaje a los caídos, sino que también fue un llamado a Israel para cesar las acciones que obstaculizan la ayuda humanitaria y provocan la pérdida de vidas inocentes.
Hay que recordad que en noviembre de 2023, el chef José Andrés, fue muy crítico con Belarra por su postura sobre Israel, que ya en aquellos días ya lo calificó como genocidio: “Usted no me representa a mí ni a España”, llegando a pedir a Pedro Sánchez que la destituyera como ministra.
Olas de condenas internacionales
Este suceso ha provocado una ola de condenas y petición de rendición de cuentas, desde el gobierno español hasta el primer ministro australiano, todos exigiendo explicaciones y la implementación de un cese al fuego duradero. La repercusión de este trágico evento subraya no solo el riesgo al que se enfrentan los trabajadores humanitarios en zonas de conflicto sino también la complejidad de las operaciones de ayuda en medio de hostilidades activas.
La labor de WCK, que ha desplegado una red de cocinas portátiles para alimentar a civiles desplazados, se ve ahora interrumpida, planteando preocupaciones sobre el bienestar de aquellos dependientes de su asistencia. La respuesta del Ejército israelí, anunciando una "revisión exhaustiva" del bombardeo, refleja la gravedad del incidente y la presión internacional para esclarecer los hechos.
Genocidio en Gaza
El impacto de la pérdida de estos trabajadores humanitarios trasciende las cifras y los comunicados oficiales, tocando las fibras de la humanidad compartida y el llamado a la paz y la protección de los más vulnerables en tiempos de guerra. La comunidad internacional se encuentra ante un momento crítico para reafirmar su compromiso con los principios humanitarios y la necesidad urgente de una solución pacífica en Gaza.
La repercusión ha alcanzado también al primer ministro australiano, Anthony Albanese, quien demandó a Israel un esclarecimiento completo y adecuado, reflejando la consternación global ante la muerte de civiles y trabajadores humanitarios, quienes deberían estar protegidos incluso en el contexto de un conflicto.
España también condena
El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, expresó su horror y solidaridad hacia José Andrés y la familia de WCK, insistiendo en la importancia del cese al fuego y el acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria. Este trágico evento no solo ha puesto de relieve los riesgos a los que se enfrentan las organizaciones humanitarias en zonas de conflicto, sino también la urgente necesidad de proteger a aquellos que buscan brindar asistencia y alivio a las poblaciones vulnerables.
El ataque contra el convoy de WCK en Gaza marca un sombrío recordatorio de las complejidades y peligros inherentes a la prestación de ayuda humanitaria en regiones asoladas por la guerra y el genocidio. La pérdida de estos siete trabajadores resalta la crítica necesidad de respetar las leyes internacionales que salvaguardan las operaciones humanitarias y protegen a los civiles y a quienes les asisten en tiempos de crisis. Este incidente no solo ha dejado un vacío en el corazón de la comunidad humanitaria, sino que también ha reforzado la urgente necesidad de una llegar a una paz duradera. No podemos tolerar el asesinato de miles de niños y niñas en Gaza y Palestina.
La UNRWA resalta la labor de WCK al ayudar “a una población hambrienta”
El comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, se ha mostrado “destrozado” por el bombardeo israelí que ha provocado la muerte de siete trabajadores de la ONG World Central Kitchen y ha enfatizado la labor de esta ONG, que ayuda “a una población hambrienta”.
“Mis profundas condolencias a WCK y a las familias de los que han muerto”, ha expresado Lazzarini en un mensaje en X, con una alusión al fundador de la ONG, el chef español José Andrés. El jefe de la UNRWA ha recordado además que el personal humanitario nunca puede ser objetivo de ataques, ni siquiera en situaciones de conflicto.
La Media Luna Roja Palestina ha recuperado los cuerpos
La Media Luna Roja Palestina ha recuperado los cuerpos de siete trabajadores humanitarios de World Central Kitchen (WCK), quienes fallecieron en un ataque israelí durante la madrugada. "Tras un esfuerzo complejo de varias horas, los equipos de la Media Luna Roja Palestina (PRCS, por sus siglas en inglés) han recuperado esta mañana los cuerpos de los siete trabajadores de World Central Kitchen", informó Nebal Farsakh, portavoz de la organización.
Los cuerpos fueron trasladados inicialmente al hospital Mártires de Al Aqsa en Deir al Balah, donde ocurrió el ataque, y luego al hospital Abu Yousef al Najjar. Desde allí, serán enviados al paso fronterizo de Rafah para su posterior evacuación.
Tras este trágico incidente, World Central Kitchen ha anunciado una pausa en sus actividades en la región y ha acusado directamente al Ejército israelí por la acción, la cual ha descrito como "imperdonable". Entre las víctimas del ataque se encuentran ciudadanos de diversas nacionalidades: un británico, un polaco, un australiano y un ciudadano con doble nacionalidad, estadounidense y canadiense. Desde el inicio del conflicto en Gaza el 7 de octubre, se han registrado más de 32.800 víctimas, mayormente mujeres y niños.