Sudán se sume en un abismo de desolación mientras su conflicto interno entra en su quinto mes, causando estragos entre la población y amenazando la existencia del vital Hospital Al Nao, ubicado en Omdurman, al noroeste de Jartum. La intensidad de la violencia ha alcanzado niveles alarmantes, con ataques aéreos, tiroteos y bombardeos que han dejado un devastador rastro de muerte y sufrimiento. En este contexto, el Hospital Al Nao se ha convertido en un refugio desesperado para los heridos y afectados por el conflicto, pero su propia existencia se encuentra en peligro.
Los residentes de Omdurman han experimentado semanas de combates especialmente feroces, sometidos a una serie de ataques brutales que han dejado un alto número de víctimas mortales y un sufrimiento inimaginable. Las imágenes desgarradoras de hombres, mujeres y niños heridos inundan los pasillos del hospital, y las historias de tragedia se multiplican. El doctor Omer, de Médicos Sin Fronteras (MSF), comparte con pesar la historia de una familia atrapada en el fuego cruzado, donde la madre y una hija pequeña perdieron la vida, mientras otros sufrieron heridas graves, incluyendo una amputación.
En tan solo dos semanas, del 29 de julio al 11 de agosto, el personal de MSF en colaboración con el Ministerio de Salud sudanés ha atendido a 808 pacientes en el Hospital Al Nao, la mayoría víctimas de traumas causados por balas, metralla y apuñalamientos. Además, el hospital ha tratado a 787 pacientes con otras afecciones médicas, desde enfermedades crónicas hasta emergencias médicas. La urgente necesidad de atención médica ha convertido al Hospital Al Nao en un refugio para la población herida, pero también en un blanco potencial de la violencia circundante.
El Hospital Al Nao es un oasis de cuidado médico en medio del caos, ofreciendo atención de urgencia y capacidades quirúrgicas en una región asolada por el conflicto. Es uno de los pocos centros médicos operativos en Omdurman, atrayendo a un flujo constante de pacientes heridos en busca de salvación. Sin embargo, la violencia persistente pone en riesgo la misión vital del hospital y el valiente personal médico que trabaja incansablemente en condiciones peligrosas.
Frauke Ossig, Coordinadora de Emergencias de MSF en Sudán, lanza un enérgico llamamiento a las partes en conflicto para que respeten a los civiles y garanticen la seguridad de los hospitales y el personal médico. "Si los hospitales no pueden funcionar, lo único que conseguirán es que haya todavía más miseria y sufrimiento", enfatiza, resaltando la importancia de mantener los refugios de atención médica en funcionamiento en momentos tan críticos.
La violencia indiscriminada también está afectando gravemente la vida cotidiana de la población, con cortes de agua y electricidad, escasez de recursos básicos y un constante temor que paraliza a aquellos que necesitan atención médica urgente. Incluso las personas con afecciones médicas graves temen buscar ayuda, lo que puede resultar en consecuencias fatales. La situación se ha vuelto desesperante y tiene un alto costo psicológico para muchas personas que enfrentan adversidades inimaginables.
Médicos Sin Fronteras, como siempre, está comprometido en brindar atención médica imparcial y basada en las necesidades de las personas, independientemente de su afiliación política o su situación en el conflicto. Con presencia en varios hospitales en Jartum y Omdurman, MSF trabaja incansablemente para proporcionar alivio y cuidado médico a los heridos y enfermos que desesperadamente lo necesitan.
La lucha por la supervivencia en Sudán continúa, mientras la violencia sigue desgarrando la vida de la población y amenaza con apagar el rayo de esperanza que representa el Hospital Al Nao. En medio de la devastación, la humanidad y la solidaridad prevalecen en las manos y el compromiso del personal médico que arriesga todo para salvar vidas en medio del caos.