Desde que Pedro Sánchez llegó al poder en el año 2018, se ha pretendido trasladar a la población un determinado triunfalismo sobre la situación social y económica de España que, según las cifras oficiales, no cuadra. Existe una contradicción absoluta entre lo que se pretende vender y lo que realmente sucede. Lo que demuestran esos datos es que en aspectos clave que impactan en la vida y el bienestar real de las personas todo está igual o ha empeorado.
La Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia es un órgano directivo del Gobierno de España «encargado de pensar en el futuro del país en el medio y largo plazo», indica en su página web. Este organismo reporta directamente a Pedro Sánchez y a Óscar López, jefe de Gabinete.
Según el Boletín Oficial del Estado, la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia está obligada a «analizar de manera sistemática la evidencia empírica disponible para identificar los posibles desafíos y oportunidades (demográficos, económicos, geopolíticos, medioambientales, sociales o educativos...) que España tendrá que afrontar en el medio y largo plazo, y de ayudar al país a prepararse para ellos».
Las cifras que aparecen publicadas en su página web muestran mucha de la contradicción y la falta de avances en elementos fundamentales para la vida de las clases medias y trabajadoras de España.
Uno de los mayores problemas que tiene la ciudadanía española son los salarios. Acertadamente, el gobierno de Pedro Sánchez ha elevado el salario mínimo interprofesional (SMI) en un 47% respecto a cómo lo dejó Mariano Rajoy en 2018. Sin embargo, según las cifras de Eurostat y de la OCDE, Sánchez llegó al poder con una renta per cápita inferior en un 21,09% respecto a la media de la UE-8 y en 2022 la diferencia con las economías europeas se incrementó al 23,81%. Es decir, los ciudadanos españoles han perdido poder adquisitivo.
Las subidas del SMI no han impactado en un beneficio real para las rentas medias y bajas. La cuestión es que los dos gobiernos de Pedro Sánchez han sido incapaces de romper la desigualdad y, según se comprueba en los datos oficiales, la horquilla se está disparando.
Según la Encuesta de Estructura Salarial publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), desde que Pedro Sánchez llegó al poder no ha habido apenas variación. Se encontró con un salario más frecuente de 18.468,93 euros y en los últimos datos publicados en 2023 esa cifra era de 18.502,54 euros, es decir, 33,61 euros brutos anuales más.
El salario medio, sin embargo, se dispara como consecuencia del incremento indiscriminado e irresponsable de las retribuciones de los directivos y altos ejecutivos de las grandes empresas. El dato sería mucho peor si se contabilizaran los pagos de variables en especie que son computados como rentas del capital y no del trabajo. Desde que Pedro Sánchez es presidente del gobierno, el salario medio ha tenido una variación de 1.887,70 euros, a años luz de lo que se ha incrementado el más frecuente.
Por otro lado, según la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2023, en España había 21,56 millones de personas trabajando, un incremento importante respecto a las 19,53 millones con las que llegó a la Moncloa en 2018. Casi 2 millones más de personas empleadas. Así, en bruto, el dato es muy positivo.
Sin embargo, el número de horas trabajadas se mantiene prácticamente igual, puesto que se ha pasado de 37,7 horas semanales a 37,6. Este indicador demuestra cómo el empleo que se crea es de peor calidad, de menor duración y, en consecuencia, con un menor salario.
A todo lo anterior hay que añadir que las horas extras no pagadas por los empresarios siguen ocupando el 43% del total, una cifra disparatada. Se trata de un fraude empresarial que el gobierno de Sánchez es incapaz de frenar.
Según la EPA, los empresarios dejan de pagar 135,2 millones de horas extra al año. Esto supone, además de una pérdida de puestos de trabajo, un fraude a la Seguridad Social y a la Hacienda Pública.
Por tanto, la situación en la España de Pedro Sánchez no es de avance, como pueden indicar los índices macroeconómicos, sino que el actual presidente del Gobierno no ha logrado mejorar lo que encontró en los ámbitos que afectan directamente a la vida de las familias. Sánchez prometió que gracias a él y «su excelencia» todo iba a mejorar para las clases medias y trabajadoras. Los datos oficiales demuestran que en esto también «ha cambiado de opinión».