Los sindicatos llaman a reforzar la seguridad laboral frente a la digitalización y el cambio climático

16 de Abril de 2024
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accidentes laborales

En un mundo marcado por transformaciones rápidas y profundas, la seguridad y la salud en el trabajo se enfrentan a retos sin precedentes. A lo largo de 2023, se registraron 624.911 accidentes laborales con baja y 721 muertes, cifras que revelan una preocupante realidad: el trabajo puede ser un lugar peligroso. Las estadísticas no solo reflejan la presencia de riesgos tradicionales en el entorno laboral, sino que también subrayan la necesidad de adaptar las medidas de seguridad a nuevos desafíos, como la digitalización y el cambio climático.

El envejecimiento y la seguridad laboral

El envejecimiento de la población en sociedades occidentales presenta un panorama complejo para la gestión de la seguridad laboral. La fuerza laboral envejecida, con una vida laboral prolongada, enfrenta problemas para adaptarse al incremento de la carga de trabajo y a los riesgos asociados. Paralelamente, los trabajadores más jóvenes continúan siendo los más afectados por accidentes de trabajo, indicando que la prevención debe considerar la diversidad de la fuerza laboral y adaptarse a las necesidades específicas de cada grupo.

La digitalización ha reformado el panorama laboral, no siempre para mejor. La constante monitorización, la intensificación del trabajo y la reducción de la autonomía debido a la integración de la inteligencia artificial en los procesos laborales están provocando serios problemas de salud física y mental. Esta "epidemia de salud mental", emergida en tiempos recientes, está intrínsecamente ligada a las condiciones de trabajo modernas, resaltando la necesidad de que las políticas de prevención de riesgos laborales incorporen la protección contra los riesgos psicosociales.

La emergencia del cambio climático

Por otro lado, el cambio climático se ha convertido en una emergencia que no puede ser ignorada. El aumento de desastres relacionados con el clima, como incendios forestales, olas de calor y sequías, no solo causa desplazamientos y pérdidas agrícolas, sino que también eleva el riesgo de enfermedades y condiciones potencialmente mortales para los trabajadores. Los efectos del cambio climático en la salud laboral incluyen desde lesiones físicas hasta enfermedades cardiovasculares y respiratorias, pasando por cáncer y problemas psicosociales.

Ante esta realidad, es imperativo que la prevención de riesgos laborales evolucione para abordar tanto los desafíos tradicionales como los emergentes. Las estrategias de prevención deben ser integrales y considerar las múltiples dimensiones de riesgo que enfrentan los trabajadores hoy en día. Esto incluye desde la adaptación de las prácticas laborales para proteger a los trabajadores de las temperaturas extremas y otros fenómenos asociados al cambio climático, hasta la revisión de las políticas para asegurar entornos de trabajo seguros frente a los riesgos introducidos por la tecnología.

Nuevas enfermedades profesionales

Además, el subregistro de enfermedades profesionales, particularmente el cáncer laboral, sigue siendo un problema significativo. Aunque en España, anualmente fallecen miles debido a exposiciones laborales, apenas se reportan casos de enfermedad profesional. Este subregistro impide una respuesta adecuada y la implementación de políticas eficaces de prevención y compensación.

La respuesta a estos desafíos requiere una colaboración sin precedentes entre gobiernos, empresas y trabajadores. La Mesa de Diálogo Social sobre Salud y Seguridad en el Trabajo, que incluye a gobierno, patronales y sindicatos, es un foro crucial para este debate. Es fundamental que todas las partes involucradas reconozcan la magnitud de los riesgos y se comprometan a implementar medidas efectivas que protejan la salud y la seguridad de todos los trabajadores.

Los sindicatos, especialmente UGT y CCOO reafirman su compromiso de luchar contra la siniestralidad laboral y de colocar la seguridad y salud en el trabajo como prioridades en todas las políticas públicas. Las transformaciones que enfrenta nuestra sociedad —demográficas, tecnológicas y medioambientales— demandan una reevaluación profunda y un refuerzo de las estrategias de seguridad y salud en el trabajo. El objetivo debe ser claro: garantizar que todos los trabajadores, independientemente de su edad o sector, tengan derecho a un trabajo seguro y saludable. La urgencia de actuar es evidente, y es responsabilidad de todos los actores involucrados dar un paso al frente para proteger a quienes, día a día, construyen el futuro de nuestra sociedad.

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