La Comunidad de Madrid vuelve a situarse en el último lugar en inversión sanitaria por habitante para 2025, una constante durante el mandato de Isabel Díaz Ayuso. Con un presupuesto per cápita de 1.482,25 euros, Madrid está lejos de la media nacional de 1.944,47 euros y aún más de los 2.422,28 euros que encabezan Asturias. Este desfase se produce en un contexto de crecientes problemas en la sanidad pública, con largas listas de espera y una saturación de la atención primaria que contrasta con el auge del sector privado.
Desigualdades flagrantes entre comunidades autónomas
El análisis de los presupuestos autonómicos para 2025 revela diferencias abismales en la inversión sanitaria. Asturias lidera con una cifra que supera en 940 euros la de Madrid, la comunidad que menos destina a este sector esencial. Estas desigualdades afectan directamente la calidad y cantidad de los servicios sanitarios que se pueden ofrecer en cada región, erosionando la equidad y la cohesión entre territorios.
En el caso de Madrid, el presupuesto total destinado a sanidad alcanza los 10.459 millones de euros, un incremento de 294 millones respecto al año anterior. Sin embargo, esta subida no compensa el bajo gasto por habitante ni la falta de inversión en infraestructuras y recursos humanos. Mientras tanto, regiones como el País Vasco (2.290,32 euros por habitante) y Navarra (2.219,43 euros) consolidan su posición en los primeros lugares de inversión.
El auge de la sanidad privada
La falta de inversión en sanidad pública ha fomentado un crecimiento notable del sector privado en la Comunidad de Madrid. Según datos de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP), durante el mandato de Ayuso los seguros sanitarios privados han crecido más de un 10%. Este crecimiento desbocado ha situado a Madrid como líder en volumen de primas del mercado nacional, con un 23% del total.
Este auge no es casual: las políticas de Ayuso han favorecido un entorno donde los ciudadanos, cansados de largas listas de espera y servicios saturados, se ven empujados hacia la sanidad privada. Pero esta solución no es sostenible. “Cuando se enfrentan a enfermedades graves o tratamientos costosos, los pacientes vuelven al sistema público, lo que demuestra que la privada no es una alternativa real para todos”, explica Marciano Sánchez Bayle, portavoz de FADSP.
Un sistema sanitario en crisis
La situación es especialmente preocupante en la atención primaria, considerada el eje del sistema sanitario. En Madrid, esta área recibió un aumento del 2% en su presupuesto para 2025, un incremento insuficiente para abordar las carencias crónicas que afectan a centros de salud y consultorios. Con un total de 2.622 millones de euros asignados, la comunidad queda muy por debajo de la media nacional en atención primaria, tanto en porcentaje del presupuesto como en inversión por habitante.
Los problemas no terminan ahí. Las listas de espera para consultas médicas en Madrid alcanzaron las 1.069.548 citas en octubre, una cifra que ha ido en aumento desde 2020. Además, la falta de recursos humanos sigue siendo un obstáculo clave. Muchos profesionales sanitarios formados en Madrid eligen trabajar en otras comunidades o países donde las condiciones laborales son más atractivas.
El papel de los presupuestos en la sanidad pública
Los presupuestos autonómicos para sanidad son un reflejo directo de las prioridades de cada gobierno regional. Mientras algunas comunidades han apostado por aumentar significativamente sus partidas sanitarias, otras, como Madrid, han optado por mantener un gasto insuficiente que perpetúa las desigualdades. Este año, cuatro comunidades (Cataluña, Valencia, Aragón y Murcia) ni siquiera han presentado nuevos presupuestos y, según la FADSP, probablemente prorroguen los de 2024.
A nivel nacional, el presupuesto medio per cápita para 2025 crece 72,34 euros respecto a 2024, lo que supone un aumento del 1,04%. Sin embargo, esta subida está muy por debajo de la inflación prevista del 2,8%, lo que implica una pérdida de poder adquisitivo en términos reales. Además, cuatro comunidades —Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana y Murcia— han reducido su inversión per cápita, agravando aún más las desigualdades.
Presupuestos Comunidad Madrid
Desde la oposición, los presupuestos de Ayuso para 2025 han sido duramente criticados. Marta Carmona, diputada de Más Madrid, denuncia que estas cuentas “profundizan en las desigualdades y perpetúan un modelo de sanidad pública de dos velocidades”. Por su parte, Carlos Moreno, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, señala que “las partidas presupuestarias no son suficientes para abordar los problemas estructurales del sistema sanitario”.
Los sindicatos también han mostrado su descontento. CC OO y Amyts critican que el documento del presupuesto sanitario les fue entregado apenas unas horas antes de la reunión del Consejo de Administración, impidiendo un análisis detallado. “Es una falta de transparencia que refleja el desinterés del Gobierno regional por una sanidad pública fuerte y equitativa”, afirma un portavoz de CC OO.
Hacia un sistema sanitario más justo
La FADSP ha reiterado la necesidad de un esfuerzo presupuestario significativo para reforzar la sanidad pública y garantizar el acceso equitativo a los servicios sanitarios en todo el país. Entre sus propuestas destacan:
1. Incrementar el presupuesto sanitario per cápita en al menos 1.000 euros para equipararlo con la media de la UE.
2. Establecer mecanismos de financiación finalista que reduzcan las diferencias entre comunidades.
3. Priorizar la inversión en atención primaria como base del sistema sanitario.
Mientras tanto, la realidad de Madrid sigue siendo un espejo de las desigualdades en la sanidad pública española. Con el presupuesto más bajo por habitante y un sistema cada vez más dependiente del sector privado, los madrileños enfrentan un panorama incierto que exige soluciones inmediatas y contundentes.