Tras la manifestación del sábado, en Madrid, de 5.000 bomberos de toda España, resuena el mensaje de la Coordinadora Unitaria de Bomberos Progesionales (CUBP) denunciando la descoordinación que sufren ante tragedias como la DANA debido a la ausencia de una Ley Marco de Coordinación que debería de haberse aprobado hace ya años, como recoge incluso el programa del actual Gobierno.
"Buena parte de los 22.000 bomberos que somos en España no hemos podido acudir a Valencia a reforzar las labores de rescate por una cuestión de burocracia. A miles de compañeros que querían ayudar, que estaban capacitados y preparados para intervenir con los medios adecuados, no se les ha permitido. Es intolerable que no hayamos podido trabajar todos juntos y coordinados para ayudar a las víctimas y desaparecidos en un momento tan crítico", según Israel Naveso, presidente de la Coordinadora Unitaria de Bomberos Profesionales (CUBP).
La coordinadora, la asociación más representativa del país, recientemente remitió una carta al Ministerio del Interior denunciando que las negligencias detectadas en las zonas del Levante arrasadas por el temporal podrían haberse evitado si la Ley Marco de Coordinación de los Servicios de Bomberos (SSBB) estuviera ya en vigor y no fuera objeto del abandono por parte de los diferentes grupos políticos.
“Ojalá esta desgracia sirva, al menos, para promover medidas a nivel administrativo y legislativo para que cuando se repita una catástrofe de esta magnitud, que volverá a ocurrir, podamos responder de manera más rápida, eficaz y coordinada", destaca Naveso.
El presidente de la CUBP es tajante: “Tenemos que acortar los tiempos de respuesta. Y podríamos hacerlo con la aprobación de esta Ley. Los minutos de demora pueden costar vidas”.
Naveso recuerda que en la anterior legislatura pusieron de acuerdo a cuatro partidos políticos diferentes para mostrar la imperiosa necesidad de desbloquear esta ley, pero luego la norma no fue capaz de superar el periodo de enmiendas, donde estuvo 30 meses estancada. “Es ahí donde están las trabas. La burocracia en este país está costando vidas, no tiene ningún sentido que por la falta de esta ley no se puedan movilizar los medios necesarios para mitigar las consecuencias de esta catástrofe".
Pone como ejemplo lo que ocurrió con los bomberos de la Comunidad de Madrid dispuestos a desplazarse nada más conocer la magnitud de la tragedia. “Había más de 400 disponibles en las primeras 12 horas para ir a Valencia, pero dependemos del Ministerio del Interior, donde no se dio una respuesta coordinada y se alegó que no se podían activar oficialmente los servicios de bomberos si no son requeridos por el CENEM (Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de Emergencias), que es el Centro de Coordinación del Ministerio del Interior donde se tenía que haber gestionado toda esta coordinación".
"Una incomprensible inacción del Ministerio del Interior"
Los bomberos recuerdan que la denominada Ley Marco de Coordinación fue registrada en el Congreso por primera vez en 2018 y que habría podido mejorar cualitativamente la respuesta de los equipos de salvamento y emergencia ante esta catástrofe.
Dice la coordinadora que el último capítulo de "la desatención y el trato discriminatorio que sufren los bomberos se produjo el pasado 21 de noviembre, cuando el Congreso de los Diputados aprobó la moción del Grupo Popular sobre las responsabilidades y actuaciones del Ministerio del Interior durante la crisis provocada por la DANA. Mientras el Pleno instaba al Ejecutivo a poner en marcha un paquete de medidas que tiene como objetivo mitigar los efectos de la gota fría y garantizar una respuesta integral en áreas de emergencia, vivienda, educación, economía y salud, ni una sola de las medidas del paquete se refería a la Ley Marco de Coordinación", afean al ministerio de Grande Marlaska.
Por ello, la CUBP lamenta que "el bloqueo político de esta Ley siga comprometiendo la seguridad ciudadana, pues ante muchas emergencias no puede actuar el parque de bomberos más cercano, sino aquel al que le corresponda la zona afectada; lo que alarga los tiempos de intervención y deteriora peligrosamente los servicios de protección" que prestan los bomberos.