Los incendios forestales que azotan España desde principios de agosto han calcinado ya más de 340.000 hectáreas, lo que convierte este 2025 en el año con más superficie quemada de las últimas tres décadas. La mayoría de los focos se concentran en el noroeste peninsular, especialmente en las provincias de León, Zamora y Ourense, aunque hay fuegos activos también en Asturias, Extremadura y otros puntos del país.
La magnitud de los incendios ha provocado la evacuación de más de 33.000 personas desde que comenzó la emergencia, según datos del Ministerio del Interior. A día de hoy, 2.566 vecinos de 43 localidades de León siguen fuera de sus casas por riesgo directo de las llamas o por condiciones inseguras del entorno.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que el Consejo de Ministros aprobará el próximo 26 de agosto la declaración de zonas afectadas gravemente por una emergencia de Protección Civil para facilitar la llegada de ayudas económicas, reconstrucción de infraestructuras y apoyo a los afectados.
León, Ourense y Zamora concentran la emergencia
Uno de los principales focos continúa en el municipio de Porto (Zamora), donde el incendio avanza descontrolado y amenaza el entorno del Lago de Sanabria, una zona natural de gran valor ecológico. En Ourense, el fuego iniciado en Larouco ya ha arrasado más de 20.000 hectáreas, convirtiéndose en el mayor incendio registrado en la historia de Galicia. Las llamas ya han cruzado al municipio lucense de Quiroga, donde amenazan áreas protegidas de la sierra de O Courel.
En Castilla y León, el fuerte viento ha complicado en las últimas horas los trabajos de extinción en varios puntos. La Unidad Militar de Emergencias (UME) y brigadas de refuerzo trabajan intensamente en Sanabria, donde la orografía dificulta el acceso de medios terrestres. Diez pueblos de la zona siguen evacuados y 150 personas han pasado la noche en un albergue en Benavente.
La situación también afecta a las infraestructuras de transporte. La circulación ferroviaria entre Galicia y Madrid permanece interrumpida al menos hasta el miércoles al mediodía. Además, un incendio industrial en Toledo ha provocado la suspensión de las conexiones ferroviarias entre Madrid y Andalucía.
La despoblación, otro factor detrás del avance del fuego
Uno de los factores estructurales detrás de la virulencia de los incendios es la despoblación del medio rural. Según datos del INE, casi el 90% de los municipios afectados por incendios han perdido población desde el año 2000. En zonas como Molezuelas de la Carballeda (Zamora) o Dozón (Pontevedra) la pérdida supera el 50%. La falta de gestión del territorio, con montes cada vez más abandonados, incrementa el riesgo de incendios descontrolados.
Expertos forestales alertan de que la reducción del pastoreo, la recolección de leña o los cultivos tradicionales ha facilitado que la vegetación crezca sin control. Esto ha creado una enorme carga de combustible vegetal, especialmente en zonas montañosas con poca población, lo que explica la magnitud de muchos de los fuegos actuales.
El Gobierno central ha movilizado todos los recursos disponibles, incluidos medios aéreos del Ministerio de Transición Ecológica, brigadas forestales y unidades de la UME. También ha coordinado la llegada de ayuda internacional, con equipos procedentes de Francia, Portugal e Italia.
Mientras tanto, en algunas zonas como La Bañeza (León) o Ponferrada, centenares de personas se han manifestado en los últimos días para reclamar una gestión más eficaz por parte de la Junta de Castilla y León. Las protestas señalan la falta de planificación y la escasez de recursos humanos en la primera fase de los incendios.
Aunque las condiciones meteorológicas han mejorado ligeramente, con temperaturas más bajas y mayor humedad, la situación sigue siendo crítica en varios puntos del país. Las autoridades mantienen activos 21 fuegos en situación operativa 2 (alto riesgo), mientras se preparan nuevas evacuaciones si la evolución del fuego empeora.