Del Congreso de Sevilla del PSOE sale la orden de Pedro Sánchez de borrar el símbolo ‘Q+’ del colectivo LGTBI (lesbianas, gais y bisexuales). Q+ es el término que emplean las personas transexuales para referirse a su movimiento queer, las distintas orientaciones sexuales o identidades de género. El movimiento feminista clásico no lo tolera por “su significado misógino, ultraliberal y antifeminista” y sus presiones han dado frutos en el Congreso sevillano. Lógicamente, la decisión del secretario general no ha gustado a los socialistas trans, que prometen rebelarse contra el líder.
Carla Antonelli, referente de las personas trans, ya ha advertido de que esto no quedará así. “Es una vergüenza, es anticonstitucional y además está amparado por el PP”, asegura. Antonelli recuerda que la derecha está utilizando las instituciones democráticas parlamentarias para introducir terapias reparativas por electroshock para las personas trans y anuncia: “Vamos a dar la batalla”. La activista recuerda que las mujeres, los homosexuales y las personas trans llevan décadas en la lucha contra la involución retrógrada: “No han aprendido nada, el tiempo pondrá a cada uno en su lugar. Cada vez que nos han intentado tirar por tierra nos hemos vuelto a levantar y cuanto más nos ataquen más nos volveremos a levantar”, añade Antonelli.
También Sumar y Podemos han criticado la aprobación de la enmienda en la ponencia política del PSOE para que “ninguna persona de sexo masculino” pueda participar en competiciones deportivas destinadas a mujeres. Hace tres años, en el Congreso Federal que el PSOE celebró en València, las corrientes feministas contrarias a la ley trans perdieron la batalla y el Gobierno, entonces en coalición con Podemos, sacó adelante una norma que abrió la puerta a la autodeterminación de género, informa Efe.
En el Congreso de Sevilla los socialistas han marcado límites, al introducir en su ponencia política una enmienda presentada por la delegación de Guadalajara para que “ninguna persona de sexo masculino pueda participar en las categorías destinadas a mujeres”.
Era uno de los argumentos recurrentes de las corrientes feministas opuestas a la ley trans, que consideran que la autodeterminación de género acabaría dañando los derechos de las mujeres. “La lucha por los derechos no puede dejar a nadie atrás. No se lucha contra la extrema derecha con las ideas de la extrema derecha”, advierte Sumar a los socialistas desde su cuenta en X.
También ha sido tajante la reacción de la eurodiputada de Podemos Irene Montero, impulsora de la ley trans como ministra de Igualdad en el anterior gobierno de Pedro Sánchez. “El PSOE ha aprobado en su congreso federal defender la prohibición de la participación de las mujeres trans en competencias femeninas. Esto es transfobia, las mujeres trans son mujeres, tengan pene o tengan vagina”, manifiesta en un vídeo colgado en X.
Montero, que rechaza que se pueda presentar esa enmienda desde del feminismo, subraya que Human Rights Watch considera que las pruebas de sexo que realizan algunas federaciones u organismos deportivos son “prácticas degradantes en base a definiciones arbitrarias de la feminidad y de estereotipos raciales” y asegura que también la ONU las ha considerado innecesarias y humillantes. A quien tenga dudas al respecto, le ha animado a informarse y a no mirar hacia otro lado porque la “transfobia” en el deporte, ha alertado, genera “violencia tránsfoba” en otros ámbitos de la vida. Además de esta enmienda, y también a petición de grupos feministas, el PSOE ha aceptado borrar el Q+ de las siglas LGTBIQ+, para eliminar las referencias al término queer, el paraguas que cubre las orientaciones sexuales o identidades de género más allá de lesbianas, gais y transexuales.
La Plataforma Trans, que agrupa a los principales colectivos transgénero, ha mostrado también su repulsa e indignación con el PSOE. Tras su decisión, Sánchez se aleja de los criterios de la ONU sobre los derechos de las personas trans. Así, la decisión es contraria a la doctrina que establecen organismos internacionales, que siempre se refieren al colectivo con las siglas LGBTIQ+. En la Estrategia contra la Violencia y la Discriminación aprobada este año se recoge así y, ya en 2015, en la declaración con la que todas las instituciones de la ONU sentenciaban su compromiso por la defensa de los derechos de este colectivo, matizaban que ello era aplicable a “cualquiera que sufra discriminación por su orientación sexual o identidad de género, aunque se identifiquen con otros términos no incluidos en las siglas”. Además, Sánchez fuerza una fractura con Sumar por tratar a las trans como “estorbo”. Es evidente que el secretario general del partido ha optado por acercarse al movimiento feminista tradicional, jugando sobre seguro en esta batalla. La minoría trans queda relegada. Un nuevo quebradero de cabeza para el presidente del Gobierno.