El mismo día de la dana de Valencia, PP y Vox llegaban a un acuerdo para permitir construir hoteles a 200 metros de la costa en lugar de a 500, tal como está fijado hoy por ley. Este tipo de medidas vienen a demostrar lo que a las derechas españolas les preocupa el cambio climático y sus devastadores efectos: exactamente nada.
¿Cómo puede ser que con la amenaza que tenemos encima esta gente esté pensando en poner hoteles en primera línea de playa? Será dentro de diez años o de un siglo, pero esas construcciones están condenadas a quedar cubiertas por las aguas debido al progresivo aumento del nivel del mar como consecuencia del derretimiento de los polos. Este fenómeno ya se ha acreditado científicamente. Las ciudades costeras y las islas del Mediterráneo, las zonas más turísticas, son las más perjudicadas por la subida del nivel del mar, según informa la NASA. Y es que el nivel medio mundial del mar aumentó aproximadamente 0,76 centímetros de 2022 a 2023, un dato histórico y nunca registrado. El panorama es más bien negro. Las zonas costeras del este español serán las primeras en quedar anegadas en las próximas décadas y en lugar de estar trabajando con ese escenario, ¿a qué se dedican PP y Vox? A planificar un turismo de pelotazos que probablemente no se pueda ejecutar nunca por culpa del calentamiento global y el aumento del nivel de las aguas.
La dana de Valencia demuestra que está todo por hacer. Hay que sacar núcleos urbanos de las ramblas y cauces secos, construir diques y canalizaciones, limpiar barrancos y rediseñar toda una política urbanística. Esa sería la política de un Gobierno regional sensato, pero lejos de eso los tiros van por un lado completamente diferente. Seguir haciendo dinero con el turismo tal como se hacía en tiempos del desarrollismo franquista de los años sesenta.
La infamia se consumó el mismo día del cataclismo. PP y Vox llegaban a un acuerdo para permitir construir hoteles a 200 metros de la costa en lugar de a 500, como estaba fijado hasta ahora en la normativa del anterior gobierno del Botànic, informa Europa Press. Ambos grupos, exsocios de gobierno en el Consell, han consensuado esta distancia durante la celebración de la comisión de Justicia de Les Corts que ha debatido las enmiendas parciales al proyecto de ley de simplificación administrativa de la Generalitat. Una norma inicialmente aprobada como decreto del Consell y posteriormente sometida a cambios al pedir la oposición que se tramitara como proyecto de ley.
En el texto original aprobado por el Consell –desde julio gobierna el PP en solitario tras la salida de Vox– se estableció una distancia de cien metros para levantar hoteles en la costa valenciana, en lugar de los 500 establecidos en el Plan de Acción Territorial de la Infraestructura Verde del Litoral (Pativel).
Vox presentó una enmienda parcial para mantener esos 500 metros que aprobó el Botànic (PSPV-Compromís). Sin embargo, finalmente PP y Vox han llegado a una enmienda transaccional que establece que “los terciarios hoteleros no podrán emplazarse a una distancia inferior a los 200 metros medidos desde la primera línea de tierra no bañada por el mar”.
En esta enmienda se establece “una excepción cuando debido a barreras naturales o artificiales, como vías de transporte, se rompa la interacción entre el mar y las actividades humanas”. Además, se añaden “limitaciones” como controlar la densidad de la edificación, no añadir un “indeseado efecto de verticalidad que irrumpa en el paisaje”, contar con integración paisajística y ajustarse a la legislación en materia de costas y al planeamiento territorial y urbanístico.
En declaraciones a los medios antes de la comisión, la portavoz adjunta del PP Laura Chulià había reiterado la “disposición a llegar a acuerdos” de su grupo en “propuestas serias y rigurosas” hasta el “último momento”, sin desvelar si aceptarían cambiar la distancia para levantar hoteles en la costa. Desde Vox, el portavoz David Muñoz tampoco había confirmado si su grupo rebajaría su petición de mantener la distancia de 500 metros, a la espera de “llegar o no a alguna transaccional”.
Entre el resto de la oposición, José Muñoz (PSPV), en rueda de prensa tras la junta de síndics, ha acusado al PP de pretender “depredar el territorio” con este proyecto para “permitir que se pueda construir al lado de la costa como en la época de la burbuja inmobiliaria”, además de mostrarse seguro de que la enmienda de Vox no saldría adelante. Por parte de Compromís, el diputado Jesús Pla ha lamentado el “retroceso a la normativa urbanística” con este decreto que, ha denunciado, “da barra libre a los fondos buitre que están llenando a nuestro territorio de plantas fotovoltaicas”.