Los recientes disturbios en localidades como Torre Pacheco, Salt o Alcalá de Henares no son hechos aislados, sino la consecuencia directa de una estrategia política que usa el odio como herramienta de agitación social. Así lo denuncia un informe interno elaborado por la Secretaría de Políticas Migratorias y Refugiados del PSOE, en el que se analiza el auge de la violencia racial como resultado de campañas de desinformación, bulos y mensajes incendiarios promovidos por sectores de la ultraderecha.
Una estrategia de agitación bien organizada
El documento apunta que estas movilizaciones responden a una agenda política internacional, coordinada en torno a partidos como Vox, que utiliza altercados puntuales para generalizar una narrativa de inseguridad asociada a la inmigración. En este contexto, barrios empobrecidos y socialmente olvidados se convierten en el caldo de cultivo ideal para la propagación de discursos de confrontación.
La fórmula es clara: aprovechar un hecho trágico, manipularlo en redes sociales, introducir bulos y generar alarma social. Según el PSOE, la mayoría de los participantes en estos actos violentos no son vecinos de las localidades afectadas, sino personas radicalizadas movilizadas con un propósito: romper los lazos de convivencia e imponer una visión excluyente de la sociedad.
La respuesta: políticas públicas, datos y convivencia
Frente a esta narrativa de confrontación, el documento socialista defiende una política migratoria responsable, legal y eficaz, con medidas ya puestas en marcha: la mayor reforma del Reglamento de Extranjería en 13 años, el refuerzo del sistema de acogida o el desarrollo de un Plan Nacional de Convivencia Intercultural.
También desmonta con datos los principales bulos:
No hay una correlación entre inmigración y delincuencia. De hecho, el 80% de los delitos los cometen personas con nacionalidad española.
Los migrantes no viven “de las ayudas”, sino que aportan un 10% de los ingresos a la Seguridad Social y apenas suponen un 1% del gasto.
El Ingreso Mínimo Vital está mayoritariamente en manos de ciudadanos españoles, con escasa representación de población migrante.
Lejos de ser un problema, la inmigración es una oportunidad para el país, especialmente en un contexto de despoblación rural, envejecimiento y vacantes laborales sin cubrir. La inclusión, afirma el texto, no ocurre sola: requiere planificación, recursos, compromiso institucional y valores compartidos.
El PSOE lanza así un mensaje claro: la neutralidad frente al odio no es una opción. Defender la convivencia no es solo un deber moral, sino una condición indispensable para la seguridad ciudadana. La mejor garantía de futuro no es el miedo, sino una sociedad cohesionada, justa y con oportunidades para todos.