El Ministerio de Defensa ha tomado una medida drástica cesando al capitán responsable de dirigir unos ejercicios militares que resultaron en la trágica muerte de dos militares en Cerro Muriano, Córdoba. Esta acción ha situado al mando en una posición de servicio activo pero pendiente de asignación de destino, según lo publicado en el Boletín Oficial de Defensa (BOD). Este cese permite la posibilidad de presentar un recurso de alzada en el plazo de un mes.
Este suceso ha captado la atención pública días después de que la familia de uno de los militares fallecidos, Carlos León Rico, natural de El Viso del Alcor (Sevilla), emitiera una carta dirigida a la ministra Margarita Robles, solicitando información detallada sobre el estado del capitán investigado, especialmente en cuanto a su capacidad de mando sobre las tropas tras los eventos fatales.
Las circunstancias de las muertes han sido objeto de investigación judicial, con la comparecencia del ahora cesado capitán Zúñiga, junto con otros mandos, ante el Juzgado Togado Militar número 21 de Sevilla. La familia de Rico, a través de su abogado Luis Romero, ha planteado interrogantes sobre el manejo de las responsabilidades y la seguridad dentro de las maniobras militares, particularmente durante el ejercicio que involucraba el cruce de un lago artificial en la base militar el pasado 21 de diciembre.
Romero ha cuestionado si el capitán y el teniente investigados continuaron liderando ejercicios o maniobras después del incidente y ha demandado claridad sobre si se han tomado medidas disciplinarias previas contra el capitán Zúñiga. Asimismo, el letrado ha criticado la falta de medidas de seguridad básicas durante el ejercicio fatal, citando testimonios de soldados que sugieren una negligencia grave y una falta de precaución por parte de los mandos.
El relato ofrecido por la acusación particular dibuja un cuadro de imprudencia, donde se alega que el capitán insistió en llevar a cabo el ejercicio a pesar de las advertencias y la evidente falta de medidas de seguridad. Además, se menciona que algunos soldados experimentaron consecuencias físicas severas, incluida la hipotermia y el desmayo.
La familia del soldado fallecido ha subrayado que la maniobra no formaba parte del Plan de Instrucción Básico para un soldado de infantería y cuestiona la supervisión y la legalidad de la práctica. La falta de preparativos de seguridad, como socorristas, equipos de salvamento, y personal médico de emergencia en las proximidades del lago, ha sido también un punto de crítica.
La decisión del Ministerio de Defensa de cesar al capitán involucrado destaca la seriedad con la que se está abordando el incidente y la necesidad de garantizar la seguridad y el bienestar de los efectivos militares en todo momento.