La Guardia Civil ha detenido en el puerto de Algeciras a tres personas, dos mujeres y un hombre, de nacionalidad marroquí, que intentaban cruzar a Tánger con el ordenador sustraído a Guadalupe Sánchez, abogada de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso. El dispositivo, robado en Guardamar del Segura (Alicante), contenía documentación relacionada con la defensa del empresario, imputado por fraude fiscal y otros delitos.
Un robo con más preguntas que respuestas
El robo se produjo el pasado 10 de enero en una segunda residencia de la letrada. En un primer momento, Sánchez denunció el incidente como un delito común, pero tras conocer otros sucesos similares en el entorno de González Amador, amplió su declaración para solicitar que se investigara si el robo estaba relacionado con los casos legales que afectan al novio de Ayuso. Entre los objetos recuperados por la Guardia Civil también se encontraba una tablet propiedad de uno de los hijos de Sánchez.
Este caso no es el único que ha generado sospechas en el entorno del empresario. Otros dos abogados vinculados a la defensa de González Amador han sido víctimas de robos en circunstancias parecidas. Uno de ellos, Carlos Neira, sufrió un intento fallido de sustracción en su residencia en Toledo el pasado mes de diciembre, donde los ladrones solo lograron llevarse bisutería tras ser interrumpidos por la alarma. Además, el arquitecto que reformó la vivienda de Ayuso y González Amador también denunció un robo en su domicilio.
Un posible grupo organizado
Las autoridades sospechan que los tres detenidos en Algeciras podrían formar parte de un grupo criminal dedicado al robo de dispositivos electrónicos para su posterior venta en Marruecos. Durante el registro, además del ordenador de Sánchez, se encontraron otros dispositivos robados, lo que refuerza esta hipótesis. Sin embargo, el hecho de que los delincuentes se centraran en objetos específicos, como el ordenador de la abogada y no el de su marido, ha alimentado las especulaciones sobre un posible interés en la información contenida en los dispositivos.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no tardó en relacionar los hechos con una supuesta “operación de Estado” contra ella y su entorno. “Es parte de lo que está sucediendo, pero no puedo dar más información por ahora”, declaró recientemente, alimentando la controversia sobre los incidentes. Por su parte, el portavoz del Partido Popular, Miguel Tellado, afirmó: “A veces parece que nos gobierna una mafia”.
Polémicas y coincidencias
El suceso ha avivado las especulaciones sobre posibles maniobras políticas en torno a Ayuso y su entorno. Además del robo del ordenador, se suma otro episodio relacionado con González Amador: el empresario denunció recientemente que alguien forzó la cerradura de su coche, aunque no presentó ninguna denuncia formal sobre el incidente. Según fuentes policiales, no se sustrajo nada del vehículo a pesar de que contenía dinero en su interior.
Otro detalle que ha generado interés mediático es el dibujo realizado por González Amador, publicado por The Objective, en el que describe un coche que, según él, lo seguía. El vehículo tenía unas extrañas aletas en el techo, lo que para algunos refuerza la idea de vigilancia o seguimiento.
Delincuencia común
Mientras tanto, Ayuso y el Partido Popular insisten en que estos sucesos son parte de una estrategia para desestabilizar su figura política. No obstante, las fuentes policiales consultadas por medios como eldiario.es y El Confidencial han subrayado que, hasta el momento, no hay pruebas concluyentes que relacionen los robos con una operación política.
La detención de los tres sospechosos en Algeciras aporta nuevas piezas a este complicado puzzle, pero las incógnitas siguen abiertas. ¿Se trata realmente de un grupo de delincuencia común o hay algo más detrás de estos robos? Las declaraciones de Ayuso no han hecho más que aumentar la tensión política en torno al caso. Por ahora, los investigadores deberán determinar si estos incidentes forman parte de una red de delitos organizados o si, como apunta el entorno de Ayuso, son el reflejo de intereses más oscuros.
Todo apunta a que la presidenta madrileña, respaldada por el resto de la cúpula de su partido, seguirá insistiendo en las falsas hipótesis sobre el supuesto robo de información. Este movimiento parece diseñado para desviar la atención mediática y evitar abordar cuestiones clave como las pensiones o el transporte.