En el marco del Día Internacional de la Mujer, la Fundación CERMI Mujeres (FCM) ha lanzado un llamado enérgico a toda la sociedad, instando a la reivindicación y al compromiso activo para forjar un mundo más justo, inclusivo y equitativo. Bajo el lema "¡El futuro que queremos!", el manifiesto feminista elaborado por la entidad resalta la importancia de reconocer y abordar los desafíos particulares que enfrentan las mujeres con discapacidad, enfocándose en la consecución de una sociedad libre de discriminación, violencia y exclusión.
CERMI Mujeres ha destacado la necesidad imperante de que estas mujeres sean vistas como protagonistas únicas de sus vidas. En este sentido, el manifiesto aboga por la oportunidad de vivir sin discriminación y violencia, promoviendo una visión donde las mujeres y niñas con discapacidad sean líderes y agentes de cambio en su entorno.
Uno de los aspectos cruciales señalados por CERMI Mujeres es la erradicación total de la violencia contra las mujeres con discapacidad. Este llamamiento va acompañado de la exigencia de medidas efectivas que prevengan y respondan a todas las formas de violencia. La entidad subraya la necesidad de asegurar servicios de apoyo adecuados, así como sistemas de justicia accesibles y sensibles a sus necesidades, superando las barreras capacitistas y patriarcales que persisten en la actualidad.
Además, la FCM ha abogado por el empoderamiento económico de las mujeres con discapacidad, instando a la implementación de políticas que fomenten la igualdad de oportunidades en el empleo y la educación, permitiéndoles un desarrollo profesional pleno.
En el ámbito de la salud, CERMI Mujeres reclama el derecho de estas mujeres a acceder a servicios integrales, incluyendo la salud sexual y reproductiva, sin discriminación ni coacción. Asimismo, aboga por una representación equitativa en todos los espacios de toma de decisiones, desde el ámbito local hasta el internacional, para garantizar la voz y participación de las mujeres y niñas con discapacidad.
La FCM también pone énfasis en el ámbito educativo, exigiendo una educación accesible e inclusiva que reconozca y atienda las demandas específicas de las niñas con discapacidad desde temprana edad. A su vez, la eliminación de barreras físicas, comunicativas y actitudinales es una demanda clave para permitir que estas mujeres vivan de manera independiente y participen plenamente en la vida comunitaria.
Todas estas demandas convergen en un objetivo común: que las mujeres y niñas con discapacidad sean reconocidas como líderes y agentes de cambio, libres de discriminación, violencia y exclusión. La lucha por la igualdad y la inclusión de estas mujeres es responsabilidad de toda la sociedad, y solo mediante un compromiso activo y continuo podremos construir el futuro justo e inclusivo que todas merecemos.