El ataque del accionista mexicano Antonio del Valle y la falta de respuesta del Popular han puesto en evidencia una debilidad de la entidad a la hora de defender su independencia. Estas operaciones bajistas capitaneadas por Del Valle y el grupo inversor mexicano pueden ser confirmada por los informes presentados por la prestigiosa agencia de detectives Kroll que está especializada en investigaciones financieras y de fraudes. Para poder alcanzar los objetivos interesados marcado por el ministro Luis De Guindos esta operación necesitaban de un hombre clave: el mejor profesional liquidador.Los consejeros que capitanean el asalto, que son minoría, contrataron en febrero a Emilio Saracho, que viene de ser vicepresidente mundial de JP Morgan, banco implicado en múltiples escándalos, por los que ha pagado docenas de miles de millones de dólares en sanciones e indemnizaciones. Banco «relevantísimo» en el escándalo subprime, en el fraude del Euribor o investigado por al asunto de la Ballena de Londres. Conviene repetir que Saracho es uno de los vicepresidentes mundiales.El vicepresidente de la compañía financiera americana está de salida cuando Calderón y Antonio del Valle se le acercan. Estaban detrás de él desde hace varios meses por indicación del Ministro de Guindos, ya que éste deseaba, por conocimiento y relación personal, poder contratar al «mejor liquidador». Para mayor abundamiento Emilio desde su anterior cargo había colaborado con el mexicano Antonio Del Valle en asuntos al límite de la ética empresarial, espacio donde el mexicano y sus socios se saben mover con el asesoramiento adecuado con suma facilidad.Estos consejeros deciden filtrar el nombramiento de Saracho, antes de haber acordado las condiciones económicas de su incorporación. Emilio Saracho aprovecha estas circunstancias y exige un bonus de bienvenida incondicional de cuatro millones de euros, a cobrar en cualquier circunstancia y con unas condiciones económicas que obligan a modificar los estatutos del banco. Sabe que, si dicen que no el banco va a padecer enormemente, pues su destino ya lo habían decidido. ¿Cómo puede interpretarse la renuncia de su cargo anterior de alguien antes de tomar posesión? Además, consigue un salario fijo de un millón y medio de euros, un variable de hasta dos veces el fijo, un año de contrato como asesor con una retribución de un millón y medio de euros en caso de terminación del contrato, los gastos de mudanza, asesoramiento fiscal y un seguro de salud con una prima de 50.000 euros al año, que incluye a su familia.Pero, ¿a qué viene y para qué es contratado el nuevo presidente? Como recoge un comunicado de la CGT del Banco del 19 de mayo claramente a liquidar la entidad. Muy lejos de para lo que llegó José Ignacio Goirigolzarri a Bankia. De hecho, el nuevo presidente al banco no le dedica ni un minuto, aseguran fuentes cercanas consultadas por Diario16. Es un banquero de inversión que no conoce el sector y desprecia la banca comercial. Los grandes logros de su gestión van relacionados directamente con la liquidación de entidades.Desde el principio pone encima de la mesa una serie de condiciones innegociables:
- No va a gestionar el banco, lo va a liquidar.
- Dice que la acción está cara. ¿Por qué?, no se conoce hecho fehaciente que lo corrobore.
- Informa y publica que hará una ampliación de capital, para lo que hay que "levantar alfombras". Nada se ha sabido hasta ahora, presuntamente, pese al patético comunicado sobre una revisión no material de las cuentas, sobre la base, por el momento de indicios, no de realidades probadas.
- En un momento de esta historia, pese a que no estaba nombrado presidente, sino sólo anunciada su contratación, llegó a convocar a los directivos y presuntamente les amenaza con hacerles un tercer grado, una probatio desfavorable sobre la conveniencia de las decisiones tomadas en el pasado, y pide que el cierre del ejercicio sea durísimo, información que nos han hecho llegar a Diario16 empleados de la propia entidad.
- Manifiesta tanto que hay una posibilidad de hacer una ampliación –para favorecer a Del Valle-, como que hay que hacer una operación corporativa –lo que perjudicaría a Del Valle, salvo que éste ostente una participación mayor a través de testaferros, superior a la que declara tener en el banco. Del Valle ha manifestado reiteradas veces que tiene más capital del que declara y habría comprado la misma a muy bajo precio aprovechando las posiciones cortas generadas.
- Manifestar que no le interesa la gestión de la banca comercial, base de la actividad del Popular, en la que es muy rentable.
- Asegura que la acción está cara, amaga con reformular las cuentas y sólo las revisa, pasar por encima de cuatro auditorías en los dos últimos ejercicios y bajar la acción, cosa que consigue.
- Anuncia una posible ampliación sin detallar importe, ni fecha, para accionistas institucionales (¿los mexicanos?) y consigue una caída del 20%. Esto no es casual, es un banquero de inversión, profesional de los mercados.
- Los medios de comunicación afines informan sorprendentemente sobre un proceso de venta ante un escenario de quiebra, contra la opinión de los reguladores y los datos contables anunciados por el banco en marzo. Esto consigue otra caída estruendosa, poniendo fin a una recuperación de la acción que había comenzado tras la presentación de resultados el viernes de la primera semana de mayo.
- Pese a que Saracho se ha ido de JP Morgan antes de su jubilación, JP Morgan le ha respetado sus derechos económicos acumulados, presuntamente contraviniendo lo establecido en su contrato.
- JP Morgan, el banco de la subprime y del escándalo del Euribor, es designado por el Consejo del Popular como asesor, con un coste de 20 millones de euros y un premio por éxito -conocida la situación de cotización en bolsa a saber qué es el éxito- de un 1% de lo conseguido.