Íñigo Errejón se ha declarado inocente. El expolítico de Sumar ha asegurado ante el juez que su relación sexual con la actriz Elisa Mouliaá fue consentida, de modo que no tiene que pedir perdón por nada. Además, ha contestado a todas las preguntas, salvo las de la acusación popular, y acto seguido ha salido del juzgado sin facilitar más información. La prensa esperaba que el exlíder de Más Madrid aportara alguna explicación más contundente, pero él se ha limitado a decir que todo lo que tenía que decir se lo diría al magistrado instructor. Antes, la víctima se ratificó en la presunta agresión sexual, dejando claro que nunca quiso mantener relaciones sexuales con él, aunque el presunto agresor insistió. Además, añadió que ella había bebido mucho, al tiempo que ha sugerido que el político pudo echarle “algo” en el vaso para adormecerla. De esta manera, apunta a la posibilidad de haber sufrido sumisión química.
Mouliaá declaró durante más de una hora ante el juez Adolfo Carretero, ante el que ha ratificado la denuncia que interpuso en la Policía y ha aportado más detalles, según han precisado fuentes presentes en la declaración, informa Efe.
Terminada su declaración ante el juez, la denunciante compareció brevemente ante los periodistas y manifestó que le ha resultado muy duro “revivirlo todo de nuevo”, pero subrayó que ha contado “la verdad” y que confía “muchísimo en la Justicia”.
Tras su citación, comenzó la declaración de Errejón, que entró al juzgado sin cruzarse con Mouliaá, ya que el magistrado ha activado un protocolo con ese fin. La denunciante (que ha contestado a las preguntas de todas las partes), declaró con cierto nerviosismo y en ocasiones visiblemente emocionada al relatar lo que ocurrió aquella noche de septiembre de 2021 tras la presentación de un libro del entonces político.
La actriz cuenta que tras la presentación del libro del expolítico, Errejón la invitó a tomar algo y ella accedió, aunque no se sentía cómoda, tras lo cual decidieron ir a una fiesta de unos amigos de ella. A partir de ahí se sucedieron tres agresiones sexuales: una en el ascensor de camino al piso de la fiesta, otra en una habitación de esa vivienda y la tercera en el piso de Errejón, al que fueron posteriormente.
Relata que ella bebió en la fiesta, y que hacía tiempo que no lo hacía, mientras que el expolítico le dio dos o tres copas tras las que rápidamente se sintió borracha, por lo que no sabe si le echó “algo” en esas bebidas. Mouliaá describe en la denuncia que Errejón la quitó el sujetador, profirió frases “lascivas” del tipo “cómo me pones”, acto seguido la empujó sobre la cama, se sacó su miembro y la hizo tocamientos. “Paralizada”, “fue en ese momento cuando le dijo que ella quería seguir en la fiesta”. Errejón le habría contestado que “salía de la habitación con la condición de que en 20 minutos ambos tenían que irse a su casa”. “Estuvieron un rato más en la fiesta”, pero se trasladaron rápidamente en un mismo coche al domicilio del político.
Allí, “sin mediar palabra”, él habría reanudado los tocamientos. Ella “le comentó que se estaba sintiendo muy incómoda”, que lo que estaba ocurriendo le estaba pareciendo “muy violento”. Y finalmente le dijo: “Íñigo, 'solo sí es sí', parece mentira que me esté pasando esto contigo”, culminando ahí el relato plasmado en la denuncia.
Los hechos denunciados por Mouliaá el pasado 24 de octubre ante la Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional (UFAM) podrían ser constitutivos de un delito de agresión sexual castigado con penas que van de 1 a 5 años de cárcel.