La Generalitat Valenciana ha quedado en el ojo del huracán tras una cadena de errores y contradicciones en su gestión de la reciente DANA. La situación en la Comunidad Valenciana se tornó crítica el 29 de octubre, cuando varios municipios comenzaron a sufrir graves inundaciones, y la respuesta por parte de las autoridades autonómicas no solo llegó tarde, sino que estuvo marcada por una serie de despropósitos que al final empeoraron la situación. Según revela El País, el error más flagrante ocurrió a las 15.29 de la tarde, cuando el Centro de Coordinación de Emergencias, dependiente de la Generalitat, envió una solicitud a la autoridad estatal pidiendo la “desmovilización” de la Unidad Militar de Emergencias (UME), en lugar de su “movilización” para intervenir en las zonas afectadas.
Este descuido, más allá de ser una equivocación semántica, retrasó la llegada de la UME a un punto crítico en el que muchas localidades ya se enfrentaban a inundaciones y situaciones de emergencia. No fue hasta que la autoridad estatal advirtió del error que la Generalitat rectificó su solicitud, enviando una nueva a las 15.41. En cualquier caso, este nuevo formulario también mostraba inconsistencias: indicaba que la solicitud se había realizado a las 15.00, cuando en realidad se había remitido casi media hora después. Pese a la corrección, la UME comenzó a movilizarse inmediatamente, aunque el caos continuó en la gestión autonómica de la crisis.
A pesar de la gravedad del error y de sus repercusiones, las explicaciones ofrecidas por la Generalitat fueron confusas e insuficientes. En un intento de justificar su actuación, la Generalitat llegó a afirmar que la delegada del Gobierno, Pilar Bernabé, no había ofrecido los efectivos de la UME, una declaración que rápidamente se desmintió. El País añade que las versiones dadas por la Generalitat sobre la gestión de esta crisis se han ido transformando constantemente, y las autoridades autonómicas incluso han señalado que la primera solicitud se envió a las 15.00, lo que contradice el horario real de los documentos oficiales.
Además, en lugar de una petición para toda la provincia de Valencia, como hubiera sido esperable ante una situación de tal magnitud, la solicitud inicial se limitó a la comarca de Utiel-Requena. No fue hasta las 20.36 cuando la Generalitat finalmente pidió la intervención de la UME para toda la provincia, después de recibir múltiples advertencias de alcaldes y autoridades locales que denunciaban el desborde de la situación en sus localidades. En concreto, a las 19.00, la alcaldesa de Paiporta contactó con Pilar Bernabé para informar de las inundaciones en su municipio, mientras Carlos Mazón, presidente de la Comunitat Valenciana, estaba aún en un almuerzo privado en el restaurante El Ventorro, según detalla El País.
Este cúmulo de descoordinaciones y errores ha dejado en evidencia a la Generalitat, que, en vez de admitir la responsabilidad por la tardanza en la petición de ayuda, intentó culpar a otros organismos, agravando aún más la tensión en el momento de crisis.