La imagen de cualquier organización, en el ámbito que sea, es el reflejo de quien la lidera. Eso es lo que está ocurriendo en España con el Ejecutivo de Pedro Sánchez porque la incoherencia entre las palabras y los hechos se ha trasladado a la práctica totalidad del gabinete.
Pedro Sánchez, por su grave déficit de liderazgo activo y empático, además de por sus enormes carencias ideológicas, está llevando a su gabinete a unos niveles de incoherencia que, finalmente, provocarán el hundimiento de un proyecto de país que nació de la ilusión de un pueblo y que finalizará con el abandono absoluto. La ciudadanía sabe olvidar los errores si quien tiene la capacidad de decisión sabe reaccionar y revertirlos. Sin embargo, el pueblo no perdona ni las imposiciones absolutistas ni las decisiones adoptadas para alimentar la figura del líder.
Interinos del SEPE
El último ejemplo de incoherencia absoluta del Ejecutivo de Sánchez lo encontramos en la no renovación de 1.500 empleados interinos del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE) que fueron contratados como refuerzo tras la saturación del organismo dependiente del Ministerio de Trabajo provocada por la pandemia.
En un momento en que la gestión de las prestaciones es fundamental, tanto las aún derivadas de las medidas extraordinarias aprobadas durante la pandemia, como las habituales del SEPE, al Gobierno no se le ha ocurrido otra cosa que dejar a la plantilla sin recursos humanos que eran fundamentales para aliviar la saturación y poder dar un buen servicio al pueblo.
Esta no renovación de este colectivo de trabajadores llega, además, en un momento en que Europa tiene puesto el punto de mira en España por las políticas laborales aplicadas en las administraciones públicas españolas. No es sólo incoación de expedientes sancionadores a España, sino porque ya hay sentencias del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que obligan al Estado español a revertir la temporalidad del empleo público. Sentencias que, por cierto, el actual gobierno aún no ha cumplido.
Un Ejecutivo que se autodenomina de izquierdas y progresista no puede caer en los mismos errores que un gobierno de derechas y liberal a la hora de debilitar los servicios públicos. Por esa razón surge una pregunta: ¿quién gobierna realmente en España?
Guerra de ministerios
Respecto a los interinos del SEPE, Trabajo culpa a los departamentos de María Jesús Montero y Miquel Iceta de que no le hayan dado la autorización para renovar los contratos de esos 1.500 trabajadores. Hay que recordar que es Hacienda quien tiene la última palabra cuando hay que aprobar gastos extraordinarios. Sin embargo, la actitud de Montero contrasta con la medida que se espera de una ministra socialista. ¿A quién beneficia la saturación del SEPE? A nadie, ni siquiera a los empresarios. ¿Entonces? Es tan incoherente la decisión que podría ser interpretada como el primer paso a la hora de externalizar los servicios a una multinacional de recursos humanos controlada por algún banco español o extranjero. Si eso lo hiciera el PP, nadie se sorprendería. Pero el PSOE… Es absolutamente absurdo e incoherente.
El departamento de Iceta tampoco se queda corto en la incoherencia, puesto que, según ha publicado Economía Digital, están intentando que se mantengan un 66% de esos interinos durante tres meses más, pero recuerdan que esos empleados están contratados dentro del programa Covid. Por tanto, y como bien dice la sabiduría popular, en una frase todo lo que va delante del «pero» no es válido.
Sánchez y el IBEX35
Determinadas decisiones adoptadas por el Ejecutivo de Sánchez están provocando que el presidente se esté convirtiendo en el mejor activo de los poderes empresariales, económicos y financieros de España.
Han pasado ya 3 años desde que accediera al poder con promesas progresistas que no se han convertido en una realidad porque, evidentemente, perjudican a las grandes empresas y bancos de España. El ejemplo más significativo es el de la reforma laboral. Nada más ganar sus primeras primarias, Sánchez afirmó que «lo primero que hará el PSOE será derogar la reforma laboral de Rajoy para recuperar los derechos de los trabajadores».
En el acuerdo de gobierno con Unidas Podemos, el punto 1.3 de dicho pacto, firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, afirmaba lo siguiente:
Sin embargo, a día de hoy, no se ha hecho absolutamente nada y es una demostración de que Sánchez se ha aliado con Calviño y Escrivá para defender los intereses empresariales frente a los derechos de la clase trabajadora.
Por otro lado, Sánchez se está convirtiendo en el mejor paladín de la banca. Durante los primeros meses de gobierno llegó a afirmar que los abusos del sector financiero los pagarían los bancos y no la ciudadanía. No obstante, el precio a pagar para alinear a Ana Patricia Botín en la estrategia de Sánchez es seguir manteniendo la impunidad de los bancos en España que tanto dolor están causando a las familias de las clases medias y trabajadoras y, por supuesto, a las pymes y a los autónomos. Como se decía en Juego de Tronos: se está pagando el precio del hierro.
Entonces, si un gobierno teóricamente de izquierdas y progresista actúa como uno de derechas…, ¿quién gobierna realmente en España?