La Justicia llamará a declarar a Maribel Vilaplana, como testigo, para aclarar la nefasta gestión de Mazón

Las mentiras del presidente de la Generalitat sobre la famosa comida en El Ventorro convierten a la periodista en parte crucial de las horas más dramáticas de la historia de Valencia

16 de Noviembre de 2024
Actualizado el 17 de noviembre
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Mazón con Maribel Vilaplana en una imagen de archivo. Foto: La Sexta
Mazón con Maribel Vilaplana en una imagen de archivo. Foto: La Sexta

El escándalo en la gestión de la dana por parte de Carlos Mazón ha salpicado, injustamente, a Maribel Vilaplana, una conocida periodista valenciana. En las horas posteriores al 29 de octubre, el martes negro, fuentes de la Generalitat Valenciana filtraron que el president comió –en plena tragedia de la riada– con Vilaplana, actualmente consejera de comunicación del club de fútbol Levante UD. La comida entre ambos se celebró en el restaurante El Ventorro, un local céntrico cercano al Palau de la Generalitat, y se prolongó hasta bien entrada la tarde. Mazón estuvo cinco horas desaparecido, mientras cientos de valencianos se encontraban con el agua al cuello. Pudo haber apretado el botón rojo de la alerta, que hubiese salvado cientos de vidas, pero no lo hizo hasta pasadas las 20.00 horas, cuando ya era tarde. Ese, a grandes rasgos, es el relato cronológico de los hechos.

Más allá de cuestiones personales, la comida de Mazón y Vilaplana, en la que el honorable llegó a ofrecerle a la periodista la dirección de À Punt, la cadena de televisión autonómica, se ha convertido en un lapso de tiempo crucial para saber qué ocurrió aquella fatídica jornada. Desde mediodía, cuando el líder popular terminó con su agenda oficial (recogida de un premio y reunión con patronal y sindicatos) hasta más allá de las siete de la tarde, transcurrieron demasiadas horas, y ya no valen débiles coartadas o simples excusas, como que Mazón cumplía con su apretado programa diario. Varias organizaciones y personas a título privado han presentado denuncias y querellas contra el president de la Generalitat, acciones judiciales que de ser admitidas a trámite terminarán con la declaración del propio Mazón en un juzgado. El Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valencia ya ha reclamado los expedientes sobre la gestión de la dana a la Agencia Valenciana de Emergencias, según informa Levante-EMV, y en breve se irán conociendo más detalles de la instrucción sumarial. En primer lugar, están las víctimas mortales y los heridos: más de doscientos fallecidos es una tragedia suficientemente grave como para que se abra una investigación en profundidad. Y luego están los daños materiales inmensos. Con total seguridad se van a reclamar miles de millones en indemnizaciones y reparaciones compensatorias a la Generalitat (primera responsable de que no se hubiese activado la alerta a tiempo).

El honorable se enfrenta, por tanto, a un más que probable chaparrón de denuncias de todo tipo, aunque en su discurso ante las Corts del viernes pasara de puntillas sobre este asunto y no se refiriera ni por un momento a su apurada situación judicial. En ese escenario diabólico para él, Maribel Vilaplana se ha convertido (muy a pesar de la periodista, ya que no tiene nada que ver con la nefasta gestión de la dana) en testigo tan accidental como crucial. De momento, la acompañante de Mazón en aquel infortunado ágape guarda silencio. Desde que estalló la crisis, nada se sabe de una mujer que se convirtió en rostro popular durante los años de la zaplanista Canal 9. Es como si se la hubiese tragado la tierra. ¿Decisión propia o acordada con el Consell? Solo ella puede aclarar, con detalle, qué ocurrió en esas horas trascendentales, en esa maratoniana sobremesa, si es verdad que Mazón estuvo comunicado permanentemente con el Cecopi; si el presidente tomó alguna decisión o dejó de tomarla; si recibió en su teléfono móvil, como presumiblemente debió suceder, las decenas de alertas de los organismos meteorológicos competentes. La declaración de Vilaplana se antoja, pues, “muy importante”, más que eso, trascendental, según informan fuentes judiciales.

Quien sí ha roto su silencio ha sido Xavi Carrau, exmarido de la periodista, que se ha pronunciado sobre el caso. “Ahora, ya con la realidad sobre la mesa, ha sido Carrau quien ha querido volver a pronunciarse a través de sus redes sociales. Tres únicas palabras que dejan clara su postura, la relación que mantiene con Vilaplana y la opinión que le merece todo lo que está ocurriendo en Valencia. ‘Pasó del móvil’, escribe el periodista. Una frase que señala a la ausencia de Mazón durante el almuerzo que mantuvo con su exmujer”, informa la revista Lecturas. Poco antes había escrito un revelador mensaje: “Felizmente divorciado desde hace siete años”, para dejar claro que su relación con Vilaplana “estaba rota y que se encontraba más que aliviado viendo lo que estaba ocurriendo a nivel público”.

Sea como fuere, la periodista se ha convertido en una pieza clave del affaire Mazón. Tuvo la mala suerte de estar en el lugar equivocado a la hora fatal, pero no podrá eludir el trance judicial, ya que hay muchas probabilidades de que sea llamada a declarar como testigo. Y aunque ha rechazado el cargo que le proponía el president, lo cual la honra, hay muchas cosas por aclarar aún. ¿Ofrecerle un puesto a una profesional de la comunicación al margen de los procedimientos de oposición establecidos para la función pública? Otra cuestión más a aclarar por el presidente, que suele elogiar a la informadora en cada acto público en el que ambos coinciden. El pasado 14 de octubre, Mazón acudió a una gala presentada por la periodista, donde se deshizo en piropos hacia ella: “La noche ha empezado fenomenal con la aparición de Maribel Vilaplana (…) En Valencia hay dos tipos de gala: las que presenta Maribel Vilaplana y las demás”.

“Vilaplana forma parte de la generación de jóvenes periodistas que se incorporaron a la televisión pública a finales de los 90, en los primeros años de la época del PP. Durante sus 15 años en la cadena pública, desde su entrada en 1999 al fundido en negro de las emisiones en 2013, se convirtió en uno de los rostros más populares de la comunicación en la Comunitat Valenciana, con todo lo que ello significa: también formar parte de una época cuyo recuerdo quedó condicionado por la manipulación informativa”, publica Levante-EMV. “Pese a la época complicada que vivió, la del control del PP, siempre estuvo interesada en hacerlo lo mejor que se podía en aquellas circunstancias”, comenta un veterano de aquella redacción. “Una mujer inteligente que se desmarcó de aquella época”, asegura un periodista citado por Levante. Entre otras actividades profesionales, Maribel Vilplana fue presentadora y redactora del informativo Notícies 9, de la tertulia matinal Bon Dia Comunitat Valenciana, del magazine matinal Matí, Matí y jefa de área de Contenido, Retransmisiones y Reportajes Especiales. “También fue la encargada de guiar coberturas especiales, como elecciones autonómicas y nacionales, el 11-S o la guerra de Irak”. La Justicia dirá hasta dónde es necesario su testimonio como testigo (en ese caso tendrá la obligación de decir verdad bajo penas muy graves). Los valencianos tienen derecho a saber, y ella, por desgracia, ya que estuvo por accidente en el lugar de la noticia, sabe cosas que deben salir a la luz pública.

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