Luis Rubiales ha llegado al final del camino. Desde el domingo hasta hoy la presión mediática y política por su beso forzado a Jenni Hermoso ha sido tan asfixiante que ha terminado por convencerle de que la mejor salida es presentar su dimisión, algo que con casi toda probabilidad ocurrirá mañana en la Asamblea Extraordinaria de la Federación Española de Fútbol. Rubiales ha pasado horas agónicas encerrado en su despacho con sus colaboradores más directos tratando de buscar una solución para dejar atrás el escándalo en el que se ha visto envuelto y permanecer en el cargo. Incluso había propuesto a las autoridades deportivas del país reconocer su culpa y autocondenarse a una suspensión cautelar de entre dos y seis meses.
Sin embargo, la presión de Moncloa (Pedro Sánchez ya lo sentenció el pasado martes), la denuncia de Jenni Hermoso a través de su sindicato internacional de futbolistas y el expediente sancionador abierto por la FIFA en las últimas horas han terminado por derrotar al presidente de la RFEF, que ha arrojado la toalla. También ha ayudado a convencerle de que se ha quedado solo y sin apoyos el hecho de que varios clubes de Primera y Segunda división hayan manifestado públicamente su intención de no acudir a la asamblea de mañana, que Rubiales había planteado como una pantomima o farsa para tratar de afianzarse en el poder.
Comportamiento indecoroso
En las últimas horas, Josep Pedrerol, en el Twitch de El Chiringuito, ha dado por hecho que Luis Rubiales dimitirá mañana viernes, una noticia que ya llevan en portada los principales diarios nacionales y extranjeros. Luis Rubiales ya no será el presidente de la Real Federación Española de Fútbol. Saldrá por la puerta de atrás tras su lamentable espectáculo en el palco del estadio de Sidney, durante la final del Mundial femenino, donde celebró el gol de la selección española llevándose la mano a los genitales en presencia de la reina Letizia, la infanta Sofía y el resto de autoridades invitadas al partido. Más tarde, durante la entrega de trofeos y medallas al combinado español, forzó un beso a Jenni Hermoso sin el consentimiento de la jugadora.
La propia Jenni Hermoso, que emitió un comunicado en la tarde del miércoles, pidió medidas contra el presidente para que “actos como los que hemos visto nunca queden impunes, sean sancionados y se adopten las medidas pertinentes que protejan a las futbolistas de acciones que creemos son inaceptables”, según informa La Sexta.
Miquel Iceta, ministro en funciones de Cultura y Deporte, había avisado de que la semana que viene el CSD presentaría una denuncia ante el TAD contra Rubiales para inhabilitarle. Pero no ha sido necesario porque en la tarde de este jueves ha anunciado su dimisión.
Disculpas inadecuadas de Rubiales
La presión era total sobre el presidente. La política y el fútbol, además de las redes sociales, han cargado con dureza contra su comportamiento. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aseguró que sus disculpas “no eran adecuadas”.
En ese vídeo que publicó la RFEF, durante la escala de la selección en Doha, Rubiales dijo que no le quedaba otra que pedir disculpas. “En un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención ni mala fe, ocurrió lo que ocurrió de manera muy espontánea. Aquí no se entendía, porque lo veíamos muy natural, pero fuera se ha montado un revuelo”, expresó.
Disculpas, de aquella manera, que le costaron aún más críticas. Y finalmente ha presentado su renuncia a pesar de “sentirse fuerte”. Su equipo le había recomendado que diera un paso al lado antes de la Asamblea Extraordinaria que iba a celebrar la Federación el viernes. Y Rubiales dejará de ser presidente de la RFEF.