El camino hacia una carrera en el servicio público, especialmente para aquellos en el campo de la ingeniería forestal y de montes, está plagado de desafíos. En Galicia, este viaje se ha vuelto particularmente penoso para un grupo de ingenieros que, tras superar con éxito las rigurosas pruebas de oposición convocadas por la Xunta, se han encontrado en un limbo profesional debido a la inexplicable demora en la asignación de sus plazas. Esta situación no solo subraya un preocupante desinterés por parte de las autoridades gallegas en cumplir con su propia normativa y procesos, sino que también revela una desconsideración hacia el futuro profesional de los ingenieros afectados.
Dos años de espera
La espera ha superado ya los dos años desde la última evaluación, una demora que excede cualquier expectativa razonable y pone en evidencia una gestión deficiente. Los ingenieros, que habían depositado su confianza en el sistema, se encuentran ahora en una situación de desamparo, con su paciencia agotada y sus carreras profesionales en pausa. Esta inacción por parte de la Dirección Xeral de Función Pública no solo afecta a los individuos directamente involucrados, sino que también socava la confianza en las instituciones públicas gallegas y su capacidad para gestionar de manera efectiva y justa el talento local.
Los ingenieros forestales y de montes han demostrado su competencia y su compromiso con el servicio público, superando un proceso de selección que exige un alto nivel de conocimiento y preparación. La demora en la asignación de plazas no solo les priva de la oportunidad de contribuir con su pericia al cuidado y gestión de los recursos naturales de Galicia, sino que también plantea serias preguntas sobre la eficiencia y la priorización de recursos dentro de la administración gallega.
La ley de empleo público en Galicia ofrece mecanismos para evitar precisamente estas situaciones, permitiendo la toma de posesión provisional de los seleccionados. La falta de uso de estas herramientas legales no hace más que acentuar la percepción de una gestión ineficaz y desinteresada por parte de las autoridades responsables.
Cuestión de justicia profesional y personal para los afectados
Esta prolongada espera no es solo un problema administrativo, sino que se ha convertido en una cuestión de justicia profesional y personal para los afectados. La situación requiere una respuesta urgente y medidas concretas por parte de la Xunta para rectificar este estado de cosas. La capacidad de Galicia para enfrentar desafíos ambientales y gestionar sus recursos naturales de manera efectiva depende en gran medida del talento y la dedicación de profesionales como estos ingenieros forestales y de montes. Es necesario que la administración reconozca su valor y actúe de manera que refleje un compromiso real con sus profesionales y con el futuro ambiental de la región.