Tal y como publicamos en Diario16, la Plataforma de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género y la Asociación Hispano Palestina Jerusalén ha presentado hoy, en la sede de la Embajada de Palestina en Madrid y junto al embajador Sr Husni Abdel Wahed, el Manifiesto del mundo de la cultura española condenando la masacre en Gaza y la inacción ante el genocidio contra el pueblo palestino.
Entre los firmantes del manifiesto se encuentran Marisa Paredes, Juan Diego Boto, Emma Suárez, Montxo Armendáriz, Rozalen, Ismael Serrano, Cristina del Valle, Ana Fernández, Lluís Pasqual, Beatriz Rico, Coque Malla, Silvia Marsó, Luis Pastor o Carmen París.
MANIFIESTO DE ARTISTAS ESPAÑOLES CONTRA LA MASACRE EN GAZA Y LA INACCIÓN ANTE EL APARTHEID Y GENOCIDIO EN PALESTINA
Los abajo aquí firmantes nos dirigimos al Gobierno de España para solicitar un alto el fuego y la apertura inmediata de corredores humanitarios en Gaza.
El hecho de que condenemos firmemente la muerte de civiles inocentes israelíes por la operación de Hamas precede en su expresión a la exigencia de frenar la destrucción indiscriminada que está llevando nuevamente el ejército israelí-
Asimismo, pedimos que cesen los ataques de colonos fuertemente armados que en los territorios ocupados de Cisjordania hostigan, agreden y disparan a la población palestina. Denunciamos los asesinatos que, aunque han sido habituales en los últimos años, han repuntado en los meses recientes de forma alarmante frente a la impotencia de los civiles palestinos indefensos. Aquí también el silencio se torna complicidad cuando se producen violaciones sistemáticas de los derechos humanos y por ello denunciamos firme y contundentemente las quiebras continuas que ejerce el estado de Israel contra la población palestina.
Asistimos con impotencia y vergüenza al siguiente catálogo de violaciones ante la impunidad consentida de la comunidad internacional:
- Violación del Artículo 1 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros. La opresión del Estado de Israel hacia la población palestina supone una clara violación de este artículo.
- La detención y la agresión a equipos médicos, así como el bombardeo de centros sanitarios y hospitales, supone una Violación del Derecho Internacional Humanitario.
- Los ataques aéreos indiscriminados contra la población civil de la Franja de Gaza suponen Crímenes de guerra, una clara violación del artículo 7 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.
- Con la excusa de generar una defensa contra Hamás, Israel viola el artículo 51.4 del Protocolo I del Convenio de Ginebra que prohíbe los ataques indiscriminados, es decir, los que “pueden alcanzar indistintamente a objetivos militares y a personas civiles o a bienes de carácter civil”.
- Palestina no tiene ejército por lo que los bombardeos a la Franja de Gaza suponen una violación del Artículo 51.5.b del Protocolo I del Convenio de Ginebra.
- Acorde con el artículo 147 del IV Convenio de Ginebra, “la destrucción y la apropiación de bienes no justificadas por necesidades militares y realizadas a gran escala de modo ilícito y arbitrario” constituyen una infracción grave y por ende un crimen de guerra.
- Violación de el artículo 55 del IV Convenio de Ginebra,:”la potencia ocupante tiene el deber de abastecer a la población en víveres y productos médicos; y tendrá la obligación especialmente, de importar víveres, medicamentos y cualquier otro artículo necesario cuando sean insuficientes los recursos del territorio ocupado. Israel lleva bloqueando la Franja de Gaza por tierra, por mar y por aire desde 2007, evitando el acceso de víveres, medicamentos, material de reconstrucción, productos de primera necesidad como el agua y la electricidad a más de 2 millones de personas que sobreviven en la franja. Este castigo también ha sido anunciado por miembros del actual gobierno israelí.
- La ocupación ilegal de Israel de los Territorios Palestinos supone violaciones del Reglamento de La Haya de 1907 (arts. 42 a 56), el IV Convenio de Ginebra (IV CG, arts. 27 a 34 y 47 a 78), así como en ciertas disposiciones del Protocolo adicional I del Convenio de Ginebra y del derecho internacional humanitario consuetudinario.
- Las violencias desmedidas militar y policial de las fuerzas israelíes supone una violación del IV Convenio de Ginebra que prohíbe específicamente las acciones punitivas globales. Su artículo 33 dispone: “Están prohibidos los castigos colectivos, así como toda medida de intimidación o de terrorismo”.
- La anexión de los territorios palestinos por parte del Estado de Israel supone una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas y de los Convenios de Ginebra, y es contraria a la norma fundamental afirmada muchas veces por el Consejo de Seguridad y la Asamblea General de las Naciones Unidas: la adquisición de territorio por la guerra o la fuerza es inadmisible.
- Es habitual que Israel someta a los palestinos y a las palestinas a detención administrativa sin cargos ni juicio, práctica que supone la violación de las disposiciones del artículo 75 del Protocolo I del Convenio de Ginebra. Hay más de 5.000 prisioneros palestinos en las cárceles israelíes.
- Acorde con el Convenio sobre los Derechos del Niño, Naciones Unidas, 20 de noviembre de 1989, Israel estaría violando este convenio con su práctica de detención, agresión y asesinato de niños/as palestinos. El asesinato y la mutilación de menores es una grave violación y el asesinato intencionado es un incumplimiento grave del Derecho Internacional Humanitario.
- La tortura y las vejaciones con las que somete el Estado de Israel al pueblo palestino suponen una violación del Artículo 8 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.
- Extorsionar a palestinos para forzarles a que sirvan en sus fuerzas de inteligencia suponen también la violación del Artículo 8 del Estatuto de la Corte Penal Internacional.
- La destrucción de medios de comunicación en Gaza, la agresión, detención de periodistas, fotógrafos, personas que cuentan o comparten lo que se está viviendo en Palestina, especialmente en Gaza supone una violación parte de Israel de El artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH) de 1948 el cual reconoce el derecho a la libertad de opinión y de expresión.
La lista de las violaciones de los Derechos Humanos por parte de Israel es interminable, sin olvidar que Israel fue creado por las Naciones Unidas, lo que supuso el desplazamiento de casi 800.000 personas. Irónicamente Israel es el Estado que menos respeta las Resoluciones de su creador, las Naciones Unidas, y continúa impune con su violación sistemática a los Derechos Humanos Universales.
Es por esto que pedimos al Gobierno de España que tome una fuerte posición, aquí no cabe neutralidad ni equidistancia.
La historia de la humanidad tiene muchos capítulos negros, y Palestina es uno de ellos. Si el mundo hubiese alzado la voz contra la Alemania Nazi, contra el Apartheid en Sudáfrica... habríamos salvado millones de vidas humanas por lo que ahora más que nunca es imprescindible que plantemos cara al Estado de Apartheid de Israel y nos posicionemos a favor de los Derechos Humanos porque como dijo Martin Luther King “No duelen los actos de la gente mala, duele la indiferencia de la gente buena”.
El Consejo Editor de Diario16, con su presidente a la cabeza, se suman a este comunicado. La línea editorial de Diario16 ha estado marcada por la defensa de los derechos de los pueblos oprimidos por la invasión ilegal. Por esa razón, lo que está sucediendo en Palestina siempre nos ha puesto, nos pone y nos pondrá en favor de las reivindicaciones del pueblo palestino. Esto no es óbice para la condena más absoluta de cualquier acto terrorista en el que se asesine de manera indiscriminada a civiles.
Para que haya paz en Palestina, en primer lugar tienen que cesar las políticas de apartheid que aplica el Estado de Israel y las estrategias colonialistas, y, en segundo término, debe existir un diálogo fuerte, con todos los mediadores que sean necesarios, en el que se respeten las creencias de ambos bandos. En el siglo XXI no caben conflictos basados en la religión ni, por supuesto, el supremacismo teocrático que Israel pretende imponer por la fuerza de las armas, como si estuviésemos aún en las Cruzadas.