Los precios crecen al 10,2%, según el IPC adelantado del mes de junio y la inflación estructural al 5,5% revelando un fuerte efecto de segunda ronda con origen en los beneficios empresariales, mientras que los salarios prácticamente no crecen, un 1,33% (media del 2,42% para 5,8 millones de trabajadores y trabajadoras que ya tienen firmado un convenio, y del 0% para los 4,8 millones que aún no lo han suscrito).
Este efecto de segunda ronda se detecta también en la descomposición del deflactor del PIB. El fenómeno se da en todos los países occidentales, pero en España adquiere especial intensidad.
En el cuarto trimestre del año pasado los beneficios fueron responsables del 106,3% del aumento de los precios y en el primer trimestre de este año del 83,4%.
Según los datos analizados por el Gabinete Económico, los márgenes de beneficio empresarial por unidad producida en España han estado históricamente por encima de los europeos; resultado de muchos factores, entre los que destaca el desequilibrio en el poder de negociación individual y colectivo a favor de las empresas que han provocado las sucesivas reformas laborales.
Los márgenes empresariales flexionaron a la baja durante la pandemia, pero en 2021 iniciaron una senda alcista, habiendo recuperado en la actualidad el nivel prepandemia y por encima de los márgenes europeos.
En cuanto a ramas de actividad, destacan los márgenes de beneficio de las empresas energéticas (un aumento del 60.4% frente al 46,5% en la eurozona) y las financieras, cuyo margen de beneficios por servicio financiero prestado ha subido un 25,7% en el último año, mientras que en la eurozona se ha recortado un 0,6%.
El sector manufacturero ha elevado también sus márgenes, recuperándose de la rebaja de beneficios durante la pandemia y el confinamiento; la agricultura mantiene asimismo una importante diferencia con Europa, basada sobre todo en las malas condiciones de trabajo y la precariedad laboral existente en el sector; y comercio, transportes y hostelería han recuperado ya sus márgenes de beneficio tras el recorte sufrido en la pandemia.
La Comisión Europea ha propuesto el aumento de la fiscalidad a las empresas energéticas para recuperar los beneficios producidos por los márgenes excesivos (plan RePowerEU) pero, aunque este incremento impositivo sigue siendo recomendable, el fenómeno afecta a empresas fuera del sector de la energía por lo que, para CCOO, son necesarias medidas más incisivas e inmediatas.
En este sentido, CCOO propone que el Gobierno, haciendo uso de la potestad y competencia que el artículo 149.13 de la Constitución reconoce al Estado, establezca precios máximos sobre bienes y servicios básicos, revisables cuatrimestralmente, para corregir el aprovechamiento que algunas empresas están haciendo de la actual coyuntura de incertidumbre. Estos precios máximos deben garantizar la sostenibilidad económica en el medio plazo de las empresas que los apliquen y un margen de beneficio razonable.