La Marcha Republicana vuelve a convocar a miles de personas en Madrid este domingo con un grito nítido: “¡Hasta que se vayan!”. El lema, que se convierte ya en consigna anual del republicanismo militante, pone en el punto de mira al rey Felipe VI y a una monarquía que, a juicio de los organizadores, simboliza no solo el continuismo del franquismo, sino también la alianza con los intereses del militarismo y el rearme internacional.
Por segundo año consecutivo, el movimiento republicano impulsa una movilización unitaria con epicentro en la capital del Estado. La protesta partirá a las 12:00 del mediodía del domingo 15 de junio desde la madrileña Plaza de Neptuno, y busca reunir una cifra igual o superior a los 30.000 asistentes que, según la organización, participaron en la marcha de 2024. Aquella primera edición coincidió con el décimo aniversario de la coronación de Felipe VI, y supuso un punto de inflexión para los colectivos republicanos, que aspiran a instaurar una fecha de lucha sostenida en el mes de junio, paralela a la ya tradicional conmemoración del 14 de abril.
La edición de este año se desarrolla, además, en un contexto de creciente preocupación social por el rearme militar y el aumento del gasto en defensa. “La monarquía representa el militarismo”, afirma el comunicado de la organización, que ha puesto el foco en el papel histórico de la Corona como garante de las estructuras armadas del Estado. Los organizadores denuncian el “avance de la apología de la guerra” y hacen un llamamiento a movilizarse “por la paz y contra el militarismo”, vinculando la lucha republicana con una defensa activa de los derechos sociales.
La marcha de 2025 cuenta con un respaldo político plural, aunque no unánime. El PSOE no se adhiere oficialmente, si bien sectores minoritarios dentro de la formación han mostrado su apoyo. Este jueves, 12 de junio, grupos republicanos del Congreso —entre ellos Sumar, Podemos, ERC, EH Bildu y BNG— protagonizarán un acto de respaldo público a la marcha, con el objetivo de impulsar la participación ciudadana en un evento que aspira a mantener viva la llama republicana en el calendario político español.
La cita se perfila como un acontecimiento de dimensión estatal. Quince autobuses partirán desde diferentes comunidades autónomas hacia Madrid, a los que se sumarán asistentes en trenes y vehículos particulares, cuya afluencia se espera que supere la del año anterior. Desde la organización aseguran que el objetivo no es solo cuantitativo, sino estratégico: consolidar una movilización anual hasta lograr una III República.
Choque simbólico en las calles de Madrid
En un movimiento que muchos consideran una contraprogramación calculada, la Casa Real ha impulsado una carrera popular para el mismo domingo, que cuenta con el respaldo del Gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso, el Ayuntamiento de Madrid, las Fuerzas Armadas y Patrimonio Nacional. Aunque ambas convocatorias coinciden parcialmente en recorrido, la Delegación del Gobierno ha asegurado que no habrá conflictos, dado que la carrera comienza dos horas antes de la concentración en Neptuno.
La Marcha Republicana ha sido concebida como un acto festivo, reivindicativo y cultural, que abrirá el sábado anterior con la paella republicana de Vallecas, pospuesta desde abril por las lluvias. El cierre del acto correrá a cargo del actor Patxi Freytez y la periodista Laura Arroyo, quienes leerán el manifiesto final en castellano y en todas las lenguas cooficiales, incluyendo el asturiano y el aragonés.
En su presentación, celebrada en el Teatro del Barrio en enero, se subrayó la necesidad de articular la memoria histórica con la lucha por los derechos sociales. En palabras de la periodista Irene Zugasti: “La república es el modo de blindar los derechos feministas, antirracistas, a la vivienda y a la salud”. Así, entre banderas tricolores, consignas contra la monarquía y demandas de un nuevo modelo de Estado, el movimiento republicano se prepara para reclamar de nuevo las calles. Como insisten los promotores: “Cada junio, hasta que los borbones se vayan”.