Carlos Neira, abogado de Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, tiene motivos para estar preocupado. Y no solo porque la posición jurídica de su defendido es ciertamente delicada (ni el mejor de los letrados del mundo podría exculpar a Alberto González Amador de la investigación que pesa sobre él por delitos fiscales), sino porque Miguel Ángel Rodríguez, asesor de la presidenta madrileña, lo ha puesto en la diana al lanzar críticas veladas hacia su actuación profesional en el caso. En efecto, durante el programa Todo es mentira, el presentador Risto Mejide preguntó a MAR sobre diferentes aspectos de la filtración a la prensa del expediente tributario del compañero sentimental de la lideresa, un affaire por el que ha sido imputado el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Y ahí es donde Rodríguez llega a cuestionar implícitamente la gestión que Neira ha hecho del caso.
En un momento del cara a cara con Mejide, MAR afirma que no sabía de la existencia de un primer correo electrónico fechado en el mes de febrero, cruzado entre el despacho de abogados y la Fiscalía y anterior al polémico de marzo en el que Neira ofrecía un pacto al fiscal para rebajar la pena para su defendido. Es en ese momento cuando el consejero de Ayuso asegura que Amador es un hombre honrado que “nunca se ha declarado culpable de nada”, de modo que “no es un delincuente confeso”, como trata de presentarlo la prensa izquierdista. “Delincuente confeso se ha declarado Aldama”, añade, y es entonces cuando sugiera que si él hubiese sido el abogado de Amador hubiese actuado con una estrategia judicial muy diferente a la llevada a cabo por Neira. Y aunque le deja caer a Mejide que prefiere guardar silencio sobre el trabajo del despacho de abogados que ha entendido del caso, porque él no es el defensor de Amador, en realidad le afeó al abogado que enviara los correos electrónicos al fiscal Salto reconociendo que “ciertamente” González Amador había cometido dos delitos fiscales. Lo que viene a decir Rodríguez, en definitiva, es que, si de él hubiese dependido, si él hubiese sido el representante legal de Ayuso, probablemente nunca habría hecho ese ofrecimiento a la Fiscalía para llegar a un acuerdo con rebaja de la pena y habría ido hasta el final del proceso, manteniendo la inocencia del investigado. Es decir, MAR jamás hubiese reconocido la existencia de los fraudes a Hacienda de Amador, ya que este, según él, es un “hombre brillante y honorable”.
En la entrevista quedaron patentes las mentiras de MAR, que ante el gesto de estupor de Mejide reconoció haber mezclado “opinión e información” en sus tuits sobre el caso. De hecho, el propio MAR ha reconocido ante el Supremo que filtró a la prensa el mail en el que la Fiscalía y la defensa de González Amador hablaban sobre la posibilidad del acuerdo. Eso sí, filtró la información dándole la vuelta a la verdad, ya que el pacto de conformidad no lo propuso la Fiscalía, como él ha dicho, sino al contrario, fue Carlos Neira quien se lo ofreció al Ministerio Público, lo que supuso un reconocimiento, de facto, de los delitos presuntamente cometidos por su defendido.
MAR añadió que asociaciones de abogados, fiscales, personalidades, claman contra la Fiscalía por la revelación de secretos. “El colegio de abogados, que no es una asociación de vecinos de Leganés, clama que se están revelando datos de un español”, agrega. También aseguró que el asunto se ha exagerado en la prensa para atacar a Ayuso. Rodríguez negó haber filtrado información a la prensa y aclaró que no ha lanzado ningún bulo ni desinformación alguna para ocultar la verdad sobre el pacto judicial entre Amador y el fiscal, aunque reconoció haber mezclado datos con opiniones personales en sus tuits. La conversación entre Rodríguez y Mejide fue bastante tensa, con Rodríguez intentando cambiar de tema y Mejide insistiendo en obtener respuestas claras.
¿Cuándo comenzó el bulo difundido por MAR? Todo se remonta al 13 de marzo del pasado año. Aquel día, a las 21.30 de la noche, el periódico El Mundo publica una noticia según la cual era la Fiscalía quien había propuesto un pacto de conformidad a Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso. Apenas tres cuartos de hora después La Sexta lo desmiente. La historia era justo al revés: fue el abogado de Amador quien ofreció el pacto a la Fiscalía, confesando los presuntos delitos.
¿Qué hace veinte minutos después Miguel Ángel Rodríguez, según ha admitido ante el Supremo? Mandar al chat abierto con un grupo de periodistas la respuesta de la Fiscalía a esa propuesta de pacto de la pareja de Ayuso, como si fuese la propia Fiscalía quien lo estaba proponiendo. Y aquí cabe preguntarse por qué solo envió el mail en el que parece que es la Fiscalía quien le está ofreciendo un acuerdo a González Amador y no el correo anterior del 2 de febrero que prueba que la historia fue justo al revés: González Amador ofreció un pacto al fiscal por el que se declaraba culpable de dos delitos fiscales por defraudar más de 350.000 euros de los beneficios obtenidos por la venta de mascarillas en la pandemia. En ese punto Rodríguez se defiende alegando que “no sabía que había un mail previo” porque él no está en la mecánica diaria del sumario judicial. De alguna manera, MAR termina cargándole la responsabilidad al abogado del novio de Ayuso, y no solo por haberse bajado los pantalones ante la Fiscalía y por no haber sabido defender la inocencia de Amador hasta el final, sino por no avisarle de que había más correos electrónicos sobre la negociación de cara al acuerdo de conformidad. Neira tiene motivos para estar preocupado porque Rodríguez lo ha puesto en la diana. En una de estas, el asesor se lava las manos y es el abogado Neira, quien por cierto es inspector fiscal en excedencia, quien termina pagando el pato de las polémicas filtraciones, unas filtraciones que ya se ha llevado por delante a todo un fiscal general del Estado. Está visto que todo aquel que se acerca al Rasputín de Ayuso terminado quemado. Es como la radiactividad.