Aunque las víctimas de violencia de género disminuyeron en 2024, el número de hombres condenados alcanzó cifras históricas, según revela el Instituto Nacional de Estadística (INE). El contraste entre ambas tendencias plantea nuevos interrogantes sobre la eficacia y el alcance de las políticas de protección.
El año 2024 cerró con 39.056 hombres condenados por violencia de género con sentencia firme, lo que supone un incremento del 5,1% respecto al año anterior y la cifra más elevada desde 2015. Así lo indica la Estadística de Violencia Doméstica y de Género publicada por el INE. Estas condenas corresponden a procedimientos con órdenes de protección o medidas cautelares inscritos en el Registro Central para la Protección de las Víctimas.
En paralelo, se registraron 34.684 mujeres víctimas de violencia de género, una reducción del 5,2% en comparación con 2023. Se trata del primer descenso desde 2021. Casi la mitad de las víctimas (un 47,7%) tenían entre 30 y 44 años, grupo que también concentra el mayor porcentaje de hombres denunciados (48,2%).
Respecto a la relación entre víctima y agresor, más del 77% de los casos se dieron en el contexto de relaciones sentimentales actuales o pasadas, siendo las parejas de hecho y las novias o exnovias los vínculos más frecuentes.
También se observó un descenso entre las víctimas menores de edad, con 1.758 casos registrados, un 3,2% menos que en 2023. De estos, la mayoría eran hijos biológicos de la víctima.
En total, se dictaron 103.035 medidas cautelares por violencia de género, lo que representa una bajada del 5,8%. De ellas, el 73,3% fueron de carácter penal y el 26,7% de tipo civil.
A nivel territorial, Melilla encabeza la tasa de víctimas con 4,8 por cada 1.000 mujeres mayores de 14 años, seguida por Ceuta, La Rioja y Cantabria. En el otro extremo se sitúan Cataluña y el País Vasco, con 0,8 y 0,7 respectivamente.
En lo referente a la violencia doméstica, se notificaron 8.860 víctimas con medidas cautelares, de las cuales un 60,6% fueron mujeres. En este ámbito, el agresor suele ser un familiar directo: en más de un tercio de los casos, se trataba del padre o la madre de la víctima.
Desde el Ministerio de Igualdad, la titular Ana Redondo ha valorado positivamente el descenso de víctimas, señalando que “España está en el buen camino”, aunque advirtió que el “sufrimiento de cada víctima nos obliga a seguir avanzando”.
El cruce de datos entre condenas y víctimas pone sobre la mesa la complejidad del fenómeno de la violencia de género, en un contexto donde el endurecimiento de la respuesta judicial convive con señales de cambio en la denuncia y protección de las víctimas.