El ministro de Transformación Digital y Función Pública, Óscar López, ha defendido en el Congreso lo que se ha demostrado como una noticia errónea acerca de los mensajes del exagente de la UCO y actual gerente de Seguridad del Servicio Madrileño de Salud, Juan Vicente Bonilla. A pesar de las rectificaciones realizadas por varios medios, que han aclarado que nunca existió una amenaza contra el presidente Pedro Sánchez, López ha persistido en su versión de los hechos.
El origen de esta controversia se encuentra en unos mensajes de WhatsApp filtrados entre Bonilla y su confidente, en los que se discutía en tono irónico sobre la posibilidad de que "el sanchismo" pudiera atentar contra ellos, no sobre la amenaza de Bonilla de atentar contra el presidente. Sin embargo, López, al igual que otros miembros del Gobierno, se hizo eco de una interpretación errónea de los mensajes, afirmando que Bonilla había fantaseado con asesinar a Sánchez.
López, durante su comparecencia en el Congreso, ha afirmado que no ha dicho "ninguna falsedad" y que lo único que hizo fue hacerse eco de la noticia que le llegó. Sin embargo, las pruebas han demostrado que, en realidad, Bonilla nunca planteó la posibilidad de poner una bomba lapa al presidente. La rectificación de medios como LaSexta y RTVE, que inicialmente replicaron la versión errónea, ha dejado claro que los mensajes filtrados nunca hicieron referencia a una amenaza hacia Pedro Sánchez, sino que hablaban de una posible amenaza proveniente del "sanchismo".
A pesar de las rectificaciones públicas y la evidencia que desmonta sus declaraciones, López sigue defendiendo lo que él considera "una información correcta", ignorando las correcciones de los medios y manteniendo su acusación. Esta actitud ha generado malestar tanto en la oposición como en diversos sectores del público, que critican la falta de autocrítica del ministro y su persistencia en una narrativa equivocada.
¿Una "Kitchen II" en marcha?
En medio de la polémica, López ha lanzado acusaciones aún más graves contra el Partido Popular y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Según el ministro, lo que está sucediendo es una versión moderna de la operación "Kitchen", en la que el Gobierno de Mariano Rajoy estuvo involucrado en el espionaje y la manipulación de información sobre la oposición.
López asegura que "la Kitchen I la montaron desde el Gobierno, y la Kitchen II la están montando ahora desde la Comunidad de Madrid". Para el ministro, esta operación de "cloacas" tiene como objetivo atacar a los rivales políticos utilizando fondos públicos, sugiriendo que la Comunidad de Madrid está financiando campañas de desinformación, como la que, según él, se está llevando a cabo contra Bonilla.
El ministro ha vuelto a exigir a Ayuso el cese de Bonilla, argumentando que su comportamiento es incompatible con el cargo público que ocupa, y que es inaceptable que reciba 80.000 euros anuales por una actitud que considera inapropiada. Sin embargo, Ayuso ha guardado silencio frente a estas críticas, y hasta el momento no ha tomado medidas al respecto.
Feijóo y la "peor oposición"
Aprovechando la oportunidad, López también ha atacado al presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, a quien acusa de hacer "la peor oposición de la democracia". Según el ministro, Feijóo está inmerso en una "campaña de cloacas" que no solo está afectando a su imagen, sino que está dañando la política en general.
López ha señalado que, según los últimos sondeos, Abascal, líder de VOX, está siendo mejor valorado que Feijóo, incluso entre los votantes del PP. Para el ministro, este fenómeno se debe a la política de ultraderecha que ha adoptado Feijóo, quien estaría perdiendo apoyo frente a una figura más radical dentro de su propio partido.
"Feijóo está desesperado, está empeñado en enfangar todo, y ahora mismo está viendo cómo la ultraderecha le adelanta por la derecha", ha dicho López, apuntando a la incapacidad de Feijóo para dirigir una oposición efectiva.
El silencio del Gobierno ante otros casos relevantes
Mientras López defiende su versión errónea sobre Bonilla, el Gobierno de Pedro Sánchez ha mantenido un silencio notable ante otros escándalos que podrían resultar más relevantes. Un ejemplo de ello son los audios filtrados de Leire Díez, exdirectiva de Correos, en los que se menciona una operación para desmantelar la UCO, el órgano de investigación anticorrupción de la Guardia Civil. Este caso ha quedado fuera del debate público, mientras el Gobierno se enfoca en desmentir lo que ya ha sido corregido por la prensa.
La falta de respuesta del Ejecutivo a estos casos graves ha sido criticada por la oposición, que acusa al Gobierno de desviar la atención y de proteger a figuras clave dentro de su entorno.
Óscar López sigue defendiendo una interpretación errónea de los mensajes de Bonilla, mientras los medios rectifican y desmienten la información. Este comportamiento refleja la estrategia política que el ministro está utilizando para atacar al Partido Popular y desviar la atención de otros problemas mucho más serios que afectan al Gobierno. Ayuso, por su parte, guarda silencio ante las acusaciones que involucran a su administración, mientras Feijóo sigue sufriendo los efectos de una oposición ineficaz y cada vez más radicalizada.
La política española sigue marcada por las luchas internas, las estrategias de desinformación y las acusaciones cruzadas, lo que complica aún más el panorama político y pone en duda la transparencia y la sinceridad de aquellos que lideran los principales partidos del país.