Pedro Sánchez ya tiene lo que quería: la foto de líder europeo en lucha sin cuartel contra el franquismo y, por consiguiente, contra el fascismo emergente en el viejo continente y en el resto del mundo. La celebración de los 50 años de la muerte de Franco tenía ese objetivo, situar al Gobierno socialista español como referente de las democracias amenazadas por los autócratas y totalitarismos de todo signo. Como campaña mediática internacional no está nada mal, de modo que ahí va a apuntarse un punto el premier socialista. Cuestión aparte es el efecto real que puedan tener estos fastos en la opinión pública española, que vive bastante al margen de la memoria histórica. El ciudadano está a lo que está, a la cesta de la compra, a la inflación, al problema de la vivienda, a la desigualdad, a la pérdida de poder adquisitivo por los bajos salarios y los contratos precarios. Franco le queda muy lejos en su intento por llegar a final de mes.
Si lo que pretende Sánchez es rearmar moral y políticamente a los demócratas, no parece que su iniciativa de celebrar por todo lo alto la muerte del dictador vaya a traducirse en las encuestas de intención de voto y de popularidad hacia su persona. Menos todavía si tenemos en cuenta que la mitad del país, la otra España, la España nostálgica, rechaza la operación a mayor gloria de Moncloa. En efecto, el PP se ha posicionado en contra de los actos desde el primer momento mientras que la Casa Real no ha acudido a la inauguración alegando problemas de agenda debido a la entrega de acreditaciones a los nuevos embajadores. Tratar unir a todo el país frente al pasado sórdido de la dictadura es un vano intento si la mitad de la sociedad no participa de ese entusiasmo democrático.
Sánchez ha presidido el primero de los actos este miércoles en Madrid, arropado por todos sus ministros y ante representantes de las Cortes y de la sociedad civil. La cita para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Franco tenía lugar en el Museo de Arte Reina Sofía de Madrid y con ella se ha dado inicio a una serie de actividades por todas las autonomías con el epígrafe España en libertad.
De forma previa a este evento, el Consejo de Ministros nombró a una comisionada, la historiadora Carmina Gutrán, con el fin de que se encargue de la coordinación de todos los actos. Gutrán ha intervenido en esta jornada para informar de algunos detalles de la conmemoración antes de que Sánchez tomara la palabra para insistir en el objetivo de esta iniciativa: "Poner en valor, tal y como avanzó a principios de diciembre, la gran transformación vivida en este medio siglo de democracia".
Sánchez ha hablado de preservar la libertad que, ha alertado, está en riesgo por quienes prometen a los ciudadanos orden, seguridad y riqueza a cambio de arrebatarles el poder de elegir el destino de uno mismo y convertirles en "agentes pasivos" y meros espectadores del proyecto que se quiere imponer. Una imposición que ha dicho que pretenden los regímenes autocráticos que están avanzando en todo el mundo y la "internacional ultraderechista" liderada por "el hombre más rico del planeta", en alusión a Elon Musk. Ante todo ello, ha pedido a los españoles defender y fortalecer la democracia siendo valientes, avanzando en derechos y libertades, combatiendo las noticias falsas y "cultivando el optimismo"."Puede volver a ocurrir", dijo Sánchez en el acto, acompañado de todos los ministros del Gobierno. "No hace falta ser de una determinada ideología (ni de izquierdas, ni de centro, ni de derechas) para mirar con tristeza, con enorme tristeza y también con terror los años oscuros del franquismo y temer que ese retroceso se repita. Basta con ser demócratas", señaló Sánchez en el acto inaugural en el Museo Reina Sofía de Madrid, una celebración a la que no ha acudido el Rey. "No somos los únicos que celebramos este tipo de efemérides", subrayó el presidente ante las críticas del PP y Vox. "Todos los países de nuestro entorno han conmemorado el aniversario de sus democracias".
Felipe VI participará al menos en uno de los actos sobre el papel de la monarquía tras la muerte de Franco y encabezará una visita institucional a los campos de concentración de Auschwitz y Mauthausen. El Gobierno no descarta que en algún acto pueda participar el rey Juan Carlos, aunque es una decisión que fuentes del Ejecutivo dejan en manos de Zarzuela.
Está previsto, según el Gobierno, que junto a los ministros que acompañarán a Sánchez, haya presencia en este primer acto de representantes de los agentes sociales, académicos, parlamentarios y dirigentes de ONGs, asociaciones y entidades de la sociedad civil. Fuentes de los sindicatos han informado de que asistirán los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, respectivamente, mientras que desde la CEOE se ha señalado que no podrán estar presentes por problemas de agenda.
Tampoco habrá representación del PP o de Vox, que han reiterado sus críticas al Gobierno por una iniciativa que consideran que pretende desviar la atención de los problemas que acucian al Ejecutivo. El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, pidió este martes al PP que rectifique y participe en la celebración de lo que ha calificado "un éxito colectivo" para "reivindicar la España que somos, rendir homenaje a quienes lo hicieron posible, y explicar a los jóvenes lo que supuso la ausencia de la democracia". En principio tampoco está previsto que asista ningún representante de Podemos, ya que según han señalado fuentes de la dirección de este partido, no han recibido ninguna invitación.