La errática posición del rey y del PP en el 50 aniversario de la muerte de Franco

Génova 13 ya ha anunciado que no tomará parte en los actos, mientras que Zarzuela guarda silencio al respecto

03 de Enero de 2025
Actualizado a las 11:13h
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Alberto Núñez Feijóo con el rey Felipe VI.
Alberto Núñez Feijóo con el rey Felipe VI.

Los actos programados para celebrar los 50 años por la muerte del dictador Franco van camino de retratar a cada cual. Que Vox anuncie que no asistirá es normal: son los herederos directos del franquismo y sería un contrasentido que tomaran parte en el programa de eventos. Más bochornosa es la postura del PP, un partido que en teoría representa a la derecha democrática de este país, y que también ha decidido (quizá para no quedarse atrás en su carrera por la hegemonía electoral con la extrema derecha) no acudir a nada que tenga que ver con los fastos antifranquistas. Como también resulta sorprendente que la máxima autoridad del país, como es el rey Felipe VI, también esté haciendo mutis por el foro, o sea, pasapalabra, de perfil, cabeza debajo del ala ante la histórica fecha que se nos viene encima.

El PP de Alberto Núñez Feijóo ya ha comunicado que no prevé participar en los actos que se organizarán en 2025 por entender que forman parte de una “estrategia cortoplacista” del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, para “tapar sus vergüenzas políticas” y sus “problemas”. Lo aseguró el domingo la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, en una entrevista con Europa Press, y lo confirmó ayer lunes el portavoz de los populares en el Congreso, Miguel Tellado. La posición política del PP de Feijóo sería impensable en cualquier país de la Europa democrática. ¿Se imagina alguien en sus cabales que la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU) de Angela Merkel adujese una coartada tan ridícula como la esgrimida por el dúo Gamarra/Tellado para no asistir a un acto de Estado como podría ser la celebración de la muerte de Adolf Hitler? Una sociedad que olvida su historia está condenada a repetirla y eso es precisamente lo que parece desear el PP: que el país entero borre de la memoria colectiva los cuarenta años de sangrienta dictadura que soportamos aquí. Los populares tenían ante sí una buena oportunidad para demostrar que son el partido de la derecha europea civilizada, homologada y aseada, un partido que pese a haber sido fundado por franquistas, ya ha roto con el legado del páter, pero mucho nos tememos que va a dejar pasar el momento como ya dejó pasar otras muchas ocasiones para desmarcarse del pasado fascista.

Pero si lamentable es la posición de Génova 13 en todo este asunto, mucho más lo es la del rey de España, Felipe VI, un monarca que, hasta donde sabemos, no tiene previsto en su agenda regia diaria la asistencia a las efemérides. El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, aseguró ayer en el programa Hoy por hoy de la Cadena Ser que no sabe aún si el rey Felipe irá al primer acto que conmemorará los 50 años de la muerte del dictador Francisco Franco, aunque se ha mostrado convencido de que, si por él fuese, estaría “sin ninguna duda”. Torres hizo el comentario al ser preguntado por este asunto y sobre el que tiene claro que si no está ese día será “porque tendrá dificultades de agenda”. Al respecto, el ministro de Política Territorial ha recordado que la figura del rey fue “parte fundamental” del paso hacia la Transición y posteriormente hacia la democracia, la libertad y la aprobación de la Constitución. Además, ha insistido en que el objetivo de estos actos conmemorativos de la muerte del dictador es festejar los 50 años de libertad que ha gozado la sociedad española tras la llegada de la democracia. “Queremos festejar que hemos disfrutado por suerte de cinco décadas de libertad y que la queremos para nuestros hijos y para nuestros nietos”, alegó, antes de añadir que quieren que se sepa, “de manera absolutamente objetiva, qué significa vivir en libertad y que significó su perdida”. En concreto, qué les ocurrió a nuestros abuelos, que iban a la cárcel simplemente porque tenían una revista del Partido Comunista, a los homosexuales perseguidos y las mujeres que no tenían los mismos derechos que los hombres.

¿Habrá un esperpento mayor para este bendito país que la oposición y el actual jefe de Estado boicoteando o guardando un ominoso silencio, respectivamente, ante los actos de celebración del final de un monstruoso tirano que acabó con la vida de cientos de miles de españoles? Al igual que Feijóo, también Felipe tiene ante sí una gran ocasión para dar un paso adelante y posicionarse sin ambages contra el anterior régimen franquista portador de odio, fanatismo, guerra, destrucción y represión. Estamos a enero y todavía no sabemos nada de Zarzuela, sin noticias del rey, de modo que podemos empezar a temer que la más alta institución del país, como es la jefatura del Estado, también se ausentará de los actos organizados por el Gobierno de coalición progresista. En el caso de incomparecencia, cualquier discurso futuro del monarca sobre la importancia de la memoria histórica y la defensa de la democracia sonará tan hueco y vacío como falso e impostado.

Es evidente que la sombra de Vox es alargada y sigue marcando la agenda política del país entre bambalinas. El PP no acudirá a la cita porque teme perder votos y Felipe VI tampoco porque ello supondría enemistarse con la España franquista. Zarzuela sabe que los ultras lo tienen en la diana, enfilado como suele decirse, y que cualquier síntoma de progresismo o tibieza con Pedro Sánchez será contestado por parte del mundo extremista con gritos de “Borbones a los tiburones”, tal como ya ocurrió en las manifestaciones fascistas a las puertas de Ferraz, sede del PSOE.  

Con noticias como esta dan ganas de hacer la maleta y autoexiliarse del país, como ya hiciese en su día el gran Juan Goytisolo, cuyas palabras están más vigentes que nunca: “Adiós, madrastra inmunda, país de siervos y señores; adiós, tricornios de charol, y a ti, pueblo que los soportas”. De alguna manera, España, con sus complejos del pasado, sigue siendo diferente.

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