España ha vivido uno de los episodios más graves de su historia reciente en materia energética y no ha pasado nada grave. A las 12:33 horas de este lunes, una caída repentina de 15 gigavatios en el sistema eléctrico dejó sin suministro a millones de personas en toda la península, España y Portugal. La magnitud del apagón, que afectó a cerca del 60% de la demanda eléctrica en ese momento, obligó al Gobierno a declarar oficialmente una “crisis de electricidad desastrosa”.

La ciudadanía debe ser plenamente consciente de lo vivido ayer: un suceso sin precedentes en nuestra historia reciente. La jornada transcurrió con una sorprendente normalidad gracias al comportamiento ejemplar de nuestros vecinos y vecinas, que demostraron una actitud cívica encomiable. En muchas ciudades, el ambiente fue casi festivo, aunque no podemos olvidar a las personas mayores y a sus familiares, que sufrieron momentos de angustia ante la falta de comunicación. Resulta incomprensible, por tanto, la insistencia de la oposición en adoptar una actitud negativa y falaz, más aún cuando no existía ninguna justificación para tal maniobra.
El presidente Pedro Sánchez compareció sin preguntas desde La Moncloa para anunciar la activación de los protocolos de emergencia, entre ellos el envío de una alerta temprana a la Comisión Europea y a los países vecinos. Según la normativa comunitaria, una crisis de electricidad es una situación presente o inminente que provoca una escasez significativa de suministro y requiere de cooperación internacional.
Una emergencia fuera de los escenarios previstos
El Plan de Preparación frente a Crisis de Electricidad en España contempla varios niveles de alerta, desde insignificante hasta desastrosa, en función de la energía no suministrada y del tiempo de duración. En este caso, el corte masivo se sitúa en el umbral más alto de la escala.
Aunque el plan nacional había identificado 10 escenarios probables de crisis —como pandemias, tormentas extremas o ciberataques—, ninguno de ellos preveía una pérdida súbita de 15 gigavatios. Esta falta de previsión ha encendido las alarmas en el Ejecutivo, que se ha visto obligado a movilizar recursos de emergencia y activar a las principales autoridades del país.
El Ministerio para la Transición Ecológica, dirigido por Sara Aagesen, ha asumido el liderazgo en la gestión de la crisis. Entre sus competencias figura coordinar la información procedente de empresas energéticas, comunidades autónomas y Fuerzas Armadas, así como colaborar estrechamente con los organismos europeos.
Posibles causas: el fallo técnico
A día de hoy, la causa exacta del gran apagón sigue siendo una incógnita. Las dos hipótesis principales son un fallo técnico grave o un ciberataque. Si bien el plan español contempla incendios o explosiones en infraestructuras críticas como origen de fallos locales, un corte de esta magnitud supera lo previsto.
Se confirma un ciberataque, las medidas de emergencia incluyen la transferencia del control operativo a centros de respaldo, la restricción de accesos y la revisión exhaustiva de los sistemas comprometidos. No se han encontrado pruebas concluyentes que apunten a una acción deliberada.
Red Eléctrica de España (Redeia) ha activado sus planes de reposición del servicio, que contemplan desde la desconexión automática de generadores hasta la activación de reservas estratégicas. La ley permite también el uso de las reservas de gas natural para garantizar el suministro en casos extremos.
➡️ Activados planes de reposición del suministro eléctrico en colaboración con las empresas del sector tras el cero ocurrido en el sistema peninsular.
— Red Eléctrica (@RedElectricaREE) April 28, 2025
➡️ Se están analizando las causas y se están dedicando todos los recursos para solventarlo.
Seguiremos informando.
El Consejo de Seguridad Nacional: el corazón de la respuesta
Ante la gravedad de los hechos, el presidente del Gobierno convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), presidida por el Rey Felipe VI. Este órgano es el máximo responsable de coordinar la respuesta estatal ante amenazas que afecten la seguridad del país.
La composición del CSN incluye al presidente, a los vicepresidentes del Gobierno, a los ministros de carteras clave como Interior, Defensa, Economía y Sanidad, y a altos cargos del Estado Mayor de la Defensa y del Centro Nacional de Inteligencia. Su misión es planificar, dirigir y coordinar la gestión de la crisis, asegurar el cumplimiento de la estrategia nacional de seguridad y movilizar los recursos necesarios.
Durante la reunión, se evaluaron los pasos dados y se analizaron posibles medidas adicionales, como la movilización de servicios de emergencia, la asistencia sanitaria a población vulnerable, la protección del orden público y la rehabilitación inmediata de servicios esenciales.
Gracias a la rápida actuación de los operadores del sistema, el 99,95% del suministro eléctrico se había restablecido en menos de 24 horas. Pedro Sánchez agradeció públicamente la responsabilidad demostrada por la ciudadanía y la profesionalidad de los trabajadores implicados.
Sin embargo, la crisis no termina con la reposición del servicio. El Ministerio para la Transición Ecológica deberá ahora realizar un informe detallado sobre el incidente. Dicho informe incluirá las causas que originaron el apagón, las medidas aplicadas para solucionarlo y las recomendaciones para reforzar el sistema frente a futuras amenazas.
¿Un aviso de futuras vulnerabilidades?
Este apagón masivo ha puesto en evidencia las debilidades de un sistema que, aunque preparado para muchos riesgos, no contemplaba una caída tan abrupta y extensa. La globalización, la digitalización de las redes y la interconexión europea hacen que los sistemas energéticos sean cada vez más vulnerables a incidentes que escapan a las previsiones tradicionales.
Expertos en seguridad advierten que fenómenos extremos —ya sean tecnológicos, naturales o híbridos— podrían convertirse en amenazas más frecuentes. Por ello, no solo será necesario actualizar los protocolos nacionales, sino también fortalecer las estrategias de colaboración con Europa y otros países vecinos como Marruecos y Andorra.
Como reconoció el propio Sánchez: “Este incidente nos recuerda que la seguridad energética es seguridad nacional. Debemos estar preparados para lo improbable”.
España ha superado esta crisis, pero queda el reto de aprender las lecciones adecuadas para que, en el futuro, la respuesta sea aún más rápida y la prevención, más eficaz.