Del informe de la Guardia Civil del 20 de octubre de 2020, elaborado por la VII Zona de este cuerpo policial en Cataluña e incluido en el conocido como sumario o ‘pieza Voloh’ (instruido por el juez Joaquín Aguirre), se desprende que uno de los investigados por la trama rusa del procés, Víctor Terradellas, habría mantenido contactos con personas vinculadas a Rusia (de ello se da cuenta en las diligencias 2020-101743-45).
Terradellas era hombre de confianza de Carles Puigdemont y está siendo investigado por trabar relaciones con las altas esferas del Kremlin y con personas del entorno del presidente de Rusia, Vladímir Putin. La Justicia investiga si es cierto que Moscú prometió ayuda financiera y hasta un ejército a la Generalitat de Cataluña para que pudiera salir adelante el proyecto de independencia del resto de España.
“Con respecto a las conexiones con Rusia, ha transcendido públicamente que el exdiputado del partido oficialista Rusia Unida, Serguéi Markov, estaría dispuesto a responder a cualquier pregunta de la justicia española sobre sus contactos con Víctor Terradellas, quien entró en contacto con Markov para obtener al menos el respaldo político de Rusia en caso de declarar la independencia”, asegura el sumario al que ha tenido acceso Diario16+.
Todo ello estaría relacionado con la estrategia política y militar de Rusia, “como se desprende de la conversación que Terradellas grabó, y del resto de información que apreció entre los documentos intervenidos al mismo”, en la que resumidamente se recoge el apoyo de Rusia con la aportación de soldados. Además, se investiga si la Generalitat aceptaría el pago con criptomonedas como administración pública, adaptando la legislación en materia de criptomonedas a modo de contraprestación por ese supuesto apoyo ruso. Del sumario, parece evidenciarse la necesidad de “entablar contactos con entidades del sistema financiero, puesto que sin el beneplácito de una entidad financiera difícilmente podrían escapar al control de las autoridades en temas tan delicados como los movimientos sospechosos de capital”.
En ese sentido, altos cargos del Departamento de Vicepresidencia, Economía y Hacienda, como Josep Lluís Salvadó y el actual vicepresidente Pere Aragonès, realizaron viajes por Europa para reunirse con representantes de entidades de calificación de deuda y entidades financieras, pues uno de sus objetivos era poder financiarse en los mercados internacionales en caso de declarar la independencia. Hechos que se contrastaron en las investigaciones del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona.
Cada día se tienen más pruebas e indicios de que hubo realmente una trama rusa del procés y que Putin estaba dispuesto a organizar una auténtica guerra civil en nuestro país para desestabilizar Europa. De esta manera, incendiando un país de la UE hasta arrastrarlo a una nueva balcanización, tal como ocurrió con la guerra en la antigua Yugoslavia, Moscú podría tener un mayor margen de maniobra para llevar a cabo sus planes de invasión de Ucrania. Desde ese punto de vista, el procés se antojaba, para el líder ruso, un interesante y monumental lío en el flanco sur europeo que le ayudaría a cumplir sus planes militares en el frente oriental. Si la OTAN tenía que ocuparse de una guerra en España, nadie se acordaría de la invasión del este de Ucrania, y tendría vía libre en sus objetivos expansionistas, así que Cataluña figuraba como una importante pieza en los mapas estratégicos de Putin.
Fuentes de la Guardia Civil consultadas por Diario16+ tienen claro que el polvorín catalán no estalló finalmente porque Carles Puigdemont dijo no al desembarco de 10.000 soldados rusos en tierras catalanas, lo que habría desencadenado una segunda guerra civil entre españoles. En ese macabro plan, el activista Julian Assange, que estos días ha vuelto a las primeras páginas de los periódicos, jugaba un papel esencial. Assange, a través de las redes sociales, difundía miles de mensajes en apoyo al movimiento independentista catalán. Ya desde agosto de 2017, se había mostrado tremendamente activo en la red social Twitter con mensajes contra El Periódico de Catalunya y su entonces director, Enric Hernández. O.S., uno de los investigados en el sumario Voloh, declaró públicamente que hubo encuentros de líderes soberanistas con el conocido activista. Además, O.S. no habría acudido solo a aquella cita pues, al parecer, fue “acompañado de A.G., experto en campañas de comunicación y afín al independentismo”.
En un oficio policial del 2 de octubre de 2019, la Guardia Civil informó al juez Aguirre de las comparecencias e intervenciones en la Cámara de los Comunes Británica del 19 de diciembre de 2017 acerca de las “supuestas injerencias de Rusia en el proceso independentista catalán a través, fundamentalmente, de las conocidas como fake news”.
En aquella comparecencia parlamentaria participaron como testigos Samantha Bradshaw, Kalina Bontcheva, David Alandete, Francisco De Borja Lasheras y Mira Milosevich Juaristi. “Se aportó documentación acerca de la cronología temporal en el proceso de autodeterminación de la República de Crimea en la que se observan paralelismos con el proceso de secesión catalán, puesto que en aquel territorio, el 27 de febrero de 2014, Rusia movilizó tropas militares bajo el pretexto de defender sus intereses en la zona y el 11 de marzo de 2014 el Parlamento de Crimea aprobó una declaración unilateral de independencia, que a pesar de ser declarada inconstitucional por el Tribunal Constitucional de Ucrania, se ratificó en referéndum en 2014, aceptando los votantes, mayoritariamente, la anexión a la Federación Rusa”. De hecho, Víctor Terradellas, actuando de enlace de Carles Puigdemont, habría propuesto a Serguéi Markov el reconocimiento de Crimea a cambio del apoyo ruso a la independencia de Cataluña.
Es decir, parece evidenciarse que, en realidad, la injerencia rusa como medida de estrategia geopolítica de desestabilización fue un hecho real durante el otoño de 2017, según la Guardia Civil, y para ello se difundieron “desinformación y noticias falsas, como que se había vivido la peor violencia en Europa desde la Segunda Guerra Mundial o que España no respeta las libertades básicas de votar”. No parecen albergarse dudas de que el Kremlin activó, en ocasiones de forma ambigua, la guerra de información para desestabilizar España como parte de su narrativa general sobre una Unión Europea al borde del colapso y es ese el principal mensaje de los medios de comunicación controlados por el Kremlin: Russia Today y Sputnik. A esa desinformación se unieron, precisamente, Julian Assange y Eduard Snowden, quienes compartían la misma editora, Margarita Simonyan, editora jefa, precisamente, de Russia Today y Sputnik y muy próxima a Vladímir Putin.