La Justicia ha actuado con firmeza. Uno de los detenidos por los recientes disturbios en Torre Pacheco ha sido enviado a prisión provisional sin fianza. El motivo: reincidir en un delito grave a pocas horas de haber sido puesto en libertad. Las medidas adoptadas por el Tribunal son un aviso claro de que el desorden público y la agresión a la autoridad no van a quedar impunes.
La magistrada del juzgado de guardia de San Javier, en Murcia, ha dictado prisión provisional, comunicada y sin fianza para uno de los detenidos durante los disturbios ocurridos en Torre Pacheco. El individuo, investigado por atentado contra la autoridad y desorden público, fue arrestado por segunda vez en cuestión de horas. Su rápida reincidencia ha llevado a la juez a aplicar la máxima medida cautelar para frenar su conducta delictiva.
Según el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), esta privación de libertad responde al objetivo de evitar que el acusado vuelva a delinquir. No es una decisión gratuita ni desproporcionada: tras haber sido arrestado por un primer episodio de violencia, el investigado fue puesto en libertad y, de inmediato, volvió a protagonizar nuevos altercados. Esta conducta desafiante hacia el orden público y las instituciones obliga a la Justicia a actuar con toda su severidad.
Por su parte, un segundo detenido ha quedado en libertad provisional, aunque bajo estrictas medidas cautelares: obligación de comparecer en el juzgado dos veces al mes, prohibición de portar armas y veto absoluto a residir o acudir a Torre Pacheco.
Ambas decisiones judiciales han seguido las directrices marcadas por el Ministerio Fiscal, que solicitó estas medidas ante la gravedad de los hechos.
No se trata de castigar por castigar, sino de proteger al conjunto de la sociedad frente a quienes convierten la violencia en un hábito. El mensaje de los tribunales es claro: quien ataca al orden democrático y a las fuerzas de seguridad, debe asumir las consecuencias legales. En tiempos de crispación, el Estado de Derecho se defiende con firmeza.