La circulación de trenes en la línea de alta velocidad Madrid-Sevilla se ha visto gravemente afectada tras un ataque intencionado a las infraestructuras ferroviarias en la provincia de Toledo. El robo de cable en varios puntos simultáneos ha paralizado 30 trenes y causado demoras a más de 10.700 pasajeros. El Gobierno, a través del ministro de Transportes, Óscar Puente, ha denunciado lo sucedido como un acto de sabotaje deliberado contra la seguridad y el interés general.
Un ataque que compromete la seguridad ferroviaria
Lo ocurrido este domingo en Toledo no puede considerarse un simple robo con fines lucrativos. La sustracción coordinada de cable en cuatro ubicaciones diferentes —en los términos municipales de Los Yébenes y Manzaneque— apunta a una acción premeditada y dirigida a provocar una interrupción masiva del servicio. Al afectar directamente al sistema de señalización y comunicaciones, los responsables no solo han generado un caos logístico, sino que han puesto en riesgo la seguridad de los usuarios y trabajadores de la red ferroviaria.
El ministro Óscar Puente ha sido tajante al calificar lo sucedido como un “acto grave de sabotaje”, una expresión que va más allá del lenguaje político y evidencia la alarma ante un ataque directo a una infraestructura crítica del Estado. Según sus declaraciones, la actuación ha sido ejecutada con precisión técnica en un radio de apenas 10 kilómetros, lo que refuerza la hipótesis de una acción organizada. La Guardia Civil ya ha iniciado una investigación y se ha pedido colaboración ciudadana para identificar a los autores.
Respuesta rápida de Renfe y medidas extraordinarias
Ante la magnitud del sabotaje, la respuesta de Renfe ha sido inmediata. La compañía ha anulado salidas, reorganizado servicios, desplegado trenes especiales y habilitado alojamiento en hoteles para los pasajeros más vulnerables. También se han reforzado las líneas de Cercanías y se ha mantenido operativa la estación de Atocha durante la madrugada para atender a los afectados.
El presidente de Renfe, Álvaro Fernández Heredia, ha explicado que los trenes han comenzado a reanudar la marcha progresivamente, aunque aún quedaban en la madrugada del lunes al menos 16 trenes y más de 5.500 pasajeros con demoras pendientes de resolver. Se ha habilitado un servicio de información continua, se ha ofrecido avituallamiento y se están enviando notificaciones personalizadas a los viajeros para reorganizar sus desplazamientos desde primera hora del lunes.
Lo sucedido no es solo un problema técnico: es un ataque al interés general y a la movilidad de miles de ciudadanos. Respaldar la denuncia del ministro Puente no es una cuestión partidista, sino un acto de responsabilidad institucional frente a quienes pretenden, mediante el sabotaje, quebrar el funcionamiento de un país moderno y conectado.