La nefasta gestión de la riada de Valencia está afectando a los intereses electorales del PP, lo cual significa que Vox puede sacar ganancia de pescadores de este río revuelto. Si Carlos Mazón sigue aferrándose al poder no es solo porque cuenta con el respaldo de Feijóo, sino porque la ultraderecha de Santiago Abascal sigue ofreciéndole su muleta incondicional. Y mientras esto suceda, el electorado solo puede sacar una conclusión: el PP seguirá al mando solo mientras Vox quiera.
Entretanto, el PSOE no descarta presentar una moción de censura en Valencia si el PP mantiene al presidente de la Generalitat. Así lo ha confirmado Diana Morant, secretaria general de los socialistas valencianos y ministra de Ciencia. Pero en Ferraz saben que el socialismo no atraviesa por su mejor momento en tierras levantinas. El barro de la dana ha dejado un poso de indignación popular, de antipolítica populista, y ese fenómeno lo paga el PSOE, uno de los damnificados por la desafección o desapego de la calle con la democracia. Desde ese punto de vista, Vox captura votos no solo de la derecha tradicional o convencional, también por el lado por los defraudados con la socialdemocracia.
Actualmente el PP y Vox suman mayoría absoluta en Les Corts Valencianes. Preguntada si en caso de presentarse esa moción de censura el PSPV-PSOE hablaría con Vox para intentar recabar su apoyo, la líder de los socialistas valencianos responde: “En ningún caso”. Por tanto, la idea de la moción es una quimera. Y mucho más utópica esa propuesta del PSPV de ceder sus diputados al PP para que este vote contra sí mismo descabalgando a su propio líder. Una gran coalición a la valenciana que expulse a Mazón del Palau de la Generalitat, colocando en su lugar a un dirigente de consenso del bipartidismo (seguramente del Partido Popular), resulta impensable a día de hoy. Esas cosas solo ocurren en Alemania, donde derechas e izquierdas están acostumbradas a gobernar en coalición. Además, partiendo de la base de que Génova 13 no tiene potestad para desalojar al presidente de una comunidad autónoma legítimamente elegido por el pueblo, todo lo que se hable sobre esa posibilidad resulta absurdo. No habrá moción ni pacto.
Hasta el momento, Abascal se siente cómodo con el roto que Mazón le está causando al Partido Popular de la Comunidad Valenciana. Así que la idea en la cúpula de la calle Bambú es mantenerlo en el cargo como uno de esos muñecos de Falla que se queman sin remedio y lentamente. Y cuanto más arde el ninot, cuanto más se cuece en su propia salsa, más votos para el partido ultraderechista. Sin embargo, la estrategia puede volverse en contra de Vox. Los valencianos están hartos de Mazón y de cualquiera que esté al lado de Mazón. En ese frágil equilibrio se mueven los voxistas, que tienen que calcular muy finamente cuándo ha llegado el momento de darle la estocada final al honorable, es decir, el sorpasso.
“Aunque los de Santiago Abascal han calificado a Mazón de negligente y le acusaron de demostrar una gran incompetencia en la gestión de la catástrofe, el jefe del Consell ha estado respaldado por la extrema derecha todo este tiempo. El PP gobierna el País Valencià en minoría –Vox abandonó el Govern cuatro meses antes de la dana– y Abascal tendría la capacidad de usar sus escaños en el Parlament para apartarle, pero nunca ha sido una opción. En la cúpula de Vox están cómodos con el desgaste del PP y no tienen prisa por frenarlo”, asegura Público. El pasado 20 de febrero, Vox ya salvó a Mazón al votar en contra de su dimisión mientras los socialistas le calificaban de “yonqui de la mentira”.
Por otra parte, desde Compromís se ha abierto la puerta a una moción de censura y ha ofrecido sus votos tanto contra Mazón en Les Corts Valencianes como contra el presidente de la Diputación de Valencia, Vicent Mompó, también del PP, por ser “cómplice de las mentiras” sobre la gestión de la riada del 29 de octubre.
Según el síndic de Compromís en Les Corts Joan Baldoví, la situación de Mazón se ha vuelto “insostenible” y “por dignidad” hay que presentar una moción de censura. Por ello, ha pedido reunirse con Morant para tratar esta cuestión, pues los quince votos de Compromís en Les Corts son insuficientes para registrarla. Baldoví ha asegurado que están dispuestos a consensuar una persona como candidata a la Presidencia de la Generalitat para apartar a un presidente “que está degradando” y “manchando el nombre de la institución de sangre y de barro” y que “no merece estar ni un minuto más” al frente de ella.
La portavoz de Compromís en la Diputación, Dolors Gimeno, ha indicado que espera que el resto de partidos progresistas “recojan el guante” para poder sacar adelante una moción de censura que aparte a Mompó de la Presidencia por ser “cómplice de la mentira” de Mazón. Falta saber ahora si Vox se sumaría a esa moción, aunque no parece.
Finalmente, el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local y Análisis Electoral del PP, Elías Bendodo, ha negado que exista un debate en el partido sobre la continuidad de Carlos Mazón, apuntando que es “"el único que está dando la cara y todas las explicaciones”. Así se ha pronunciado Bendodo, en declaraciones a los medios de comunicación en Sevilla, con motivo de su asistencia al acto institucional por el Día de Andalucía. “Está dando todas las explicaciones y está liderando la reconstrucción, que es lo que necesita Valencia”, dijo Bendodo, apuntando que “ojalá otros dirigentes políticos, ya sea de la propia Delegación del gobierno o el presidente de la nación o algún ministro, dieran la cara como lo está dando el presidente Mazón”.
La dimisión de Mazón precipitaría unas elecciones, dejando Valencia ante la posibilidad de un crecimiento de la extrema derecha, y quizá ante un sorpasso al Partido Popular. Una Comunitat en manos de Vox, con el PP haciendo las veces de muleta, debe espantar a todo demócrata de bien. De modo que cada partido se cuida mucho a la hora de dar el siguiente paso.