Tres familias ajenas al cumpleaños también intoxicadas por consumir el montadito de pringá y la Junta decide mantener abierta la taberna

Dos hospitales privados no alertaron de la intoxicación, la Junta llegó 10 días tarde a las muestras y el restaurante elude toda responsabilidad

17 de Enero de 2025
Actualizado el 18 de enero
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Montaditos Pringa

Suma y sigue en el cúmulo de despropósitos de la alerta alimentaria originada en una taberna de Córdoba. Una vez más, una grave intoxicación con decenas de afectados por el momento se ha abordado tarde y mal por parte de la administración sanitaria andaluza pese a la claridad de los protocolos oficiales. Tres familias sin ninguna relación entre ellas que también consumieron el pasado 4 de enero montaditos de pringá en la taberna La Sacristía de Córdoba –que la Junta de Andalucía investiga por ser presuntamente el foco de una intoxicación alimentaria múltiple en la celebración de un cumpleaños, con casi medio centenar de afectados y una mujer de 63 años fallecida– han confirmado a la asociación de consumidores Facua que también sufrieron cuadros de vómitos y diarreas. De este modo, estos nuevos afectados ajenos al cumpleaños desmontan la defensa del dueño del local origen de esta alerta alimentaria, que ha asegurado a través de un comunicado que aquel día preparó un centenar de estos montaditos y que ninguno de sus clientes se había visto afectado por su consumo.

El comunicado de la dirección del local cordobés especifica que “durante esa misma jornada, Taberna La Sacristía vendió otros 100 montaditos de pringá” que también se consumieron en su local. “Ningún cliente de los que consumieron dicho producto en nuestras instalaciones ha resultado afectado por ningún tipo de afectación digestiva o intestinal, limitándose la posible intoxicación alimentaria a las personas que acudieron a la celebración privada fuera de nuestras instalaciones”, añaden los responsables del local.

Salud sabía que se había sobrepasado en tres días el tiempo legal de conservación de las muestras afectadas cuando llegó a la taberna

El secretario general de Facua, Rubén Sánchez, ha confirmado este viernes en rueda de prensa que estas tres familias con distintos números de integrantes todas ellas se vieron afectadas por cuadros de vómitos y diarreas tras consumir montaditos de pringá en La Sacristía el pasado 4 de enero, el mismo día de la celebración del cumpleaños en el mismo establecimiento, en el que casi medio centenar de invitados sufrieron intoxicación alimentaria e incluso una mujer de 63 años falleció tras ingerir todos ellos el citado producto servido por La Sacristía. De hecho, Sánchez relata el caso de una familia de seis miembros. Cinco de ellos comieron el montadito y sufrieron cuadros de vómitos y diarreas. La única persona que no lo consumió, una niña, no se vio afectada.

Facua también está recabando los datos pertinentes para interponer denuncias contra los hospitales privados Cruz Roja de Córdoba y San Juan de Dios por no activar los protocolos sanitarios por alerta alimentaria pese a que están obligados a ello, una vez que varios pacientes tratados en estos centros los días inmediatamente posteriores a la celebración del cumpleaños alertaron de que habían sufrido una intoxicación alimentaria múltiple, como así constan en sus expedientes médicos.

También la Junta ha jugado un papel determinante en esta concatenación de errores o negligencias por una alerta sanitaria con al menos medio centenar de afectados por el momento. Los técnicos de Salud acudieron a la Taberna La Sacristía para recoger muestras 10 días después del fatídico cumpleaños, cuando la ley obliga al establecimiento solo a mantener siete días los productos a analizar por la Administración sanitaria.

La familia de la mujer fallecida ha emitido un comunicado que exige a los responsables de La Sacristía que dejen de mentir. “Basta de mentiras. En ningún momento se consumió alimentos de otro lugar, a excepción de dos tartas: una de yema tostada con trufa y otra de chocolate con nata”. Esta familia añade: “Tartas cuya aprobación recibí del dueño para llevar y que en ningún momento puso impedimento. Es más, me aconsejó donde comprarlas. A colación de esto, he de decir que varios amigos que sufrieron problemas estomacales la madrugada del 4 de enero no comieron tarta. Es más, estas tartas solo y exclusivamente se consumieron en mi cumpleaños. Y, por fuentes sanitarias, se sabe que hubo más perjudicados ajenos a la celebración”.

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