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A Iglesias se la bufa

27 de Marzo de 2017
Actualizado el 02 de julio de 2024
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A Pablo Manuel Iglesias, el líder de Podemos confirmado y reforzado en su Asamblea Vista Alegre II, parece que la vida parlamentaria se la repampinfla, se la suda o se la bufa. Sus espectáculos y juegos florales en el Congreso opacan el posible contenido de sus intervenciones. Desde el minuto uno de su nueva vida política, con un sólido grupo parlamentario en la anterior legislatura, optó por dar espectáculo por encima de todo. Así, la diputada Carolina Bescansa acaparó la atención de los medios amamantando a su retoño en la sesión de constitución de la cámara, con la presunta intención de realizar un acto feminista reivindicativo. Luego vino el momento beso en la boca a sus correligionarios y así atrapó y morreó al sorprendido diputado de En Comú Podem, Xavier Domenech en medio del hemiciclo.Es verdad que en el mundo de la farándula, sobre todo en el cine y el teatro, es muy habitual saludarse con un fugaz beso en los labios, lo que se llama un piquito, pero en la política no se había dado el caso. Deben ser los nuevos modos de los partidos que fueron emergentes frente a las encorsetadas costumbres de los partidos de la casta. Ellos, el azote de esa vieja casta, han llegado para revolucionar la política clásica, aunque a Iglesias ya se le ve, en ocasiones, con una corbatita o con chaqueta, lo que no había pasado hasta ahora, excepto en sus apariciones en su programa de TV, ‘La Tuerca’. Incluso cuando iba a La Zarzuela para evacuar consultas con el Rey para trasladar la postura de Podemos en la investidura del Presidente del Gobierno, Pablo Iglesias vestía un desenfadado sport en mangas de camisa, mientras era capaz de presentarse con un smoking, un tanto desgarbado, en la gala de los Premios Goya. Luego, claro, vino el “no” a la investidura de Pedro Sánchez, pero eso es harina de otro costal.En esta nueva etapa de Podemos, con todo el poder en manos de Iglesias, alejado de un plumazo el socialdemócrata Iñigo Errejón del núcleo duro del mando, el líder ha proclamado que prefiere la actividad en la calle, en memoria de aquel lejano 15 M, al tediosos trabajo en el Congreso; de ahí quizá que sus modos parlamentarios hayan cambiado acercándolos más a la algarabía callejera que al tono que requieren las intervenciones en el hemiciclo. Lo cierto es que quedará para los anales de la historia en las actas de los diarios de sesiones.En la última sesión de control al Gobierno, el diputado Iglesias rompió moldes con su intervención. A referirse a un informe de los letrados del Congreso sobre el abuso del Gobierno al veto de las iniciativas de la oposición, el líder de Podemos, tiró de sinónimos para definir la actitud de Rajoy, después de haber reflexionado, según dijo, sobre la expresión que utilizaría el Presidente sobre la cuestión. Entre las distintas opciones citó: “me importa un comino, me importa un pimiento, me importa un huevo, me importa un rábano o me importa un pepino" Y fue mucho más allá: "Incluso tiene usted otras fórmulas más directas: me la trae floja, me la suda, me la trae al fresco, me la pela, me la refanfinfla e, incluso, he encontrado una si los señores de la bancada del PP que acaban de insultar a un compañero mío me permiten terminar, que creo que se adapta perfectamente a su estilo: me la bufa”. Y dicho esto recibió la lógica ovación de su bancada.Son los nuevos tiempos y a Iglesias se la bufa o se la suda, que le lluevan críticas desde la casta, que ahora llaman trama.
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