Durante décadas, muchas organizaciones antinucleares como Greenpeace o Ecologistas en Acción han afirmado que vivir cerca de una central nuclear aumenta la probabilidad de tener enfermedades como el cáncer.
Analicemos esta afirmación y veamos si es verdad.
A todo el mundo le suena que en las centrales nucleares hay materiales muy radiactivos. Esto es cierto. Principalmente, este material es el combustible nuclear, que está en el núcleo del reactor y en las piscinas de combustible irradiado. Por ese mismo motivo, las centrales se diseñan con una serie de “barreras” que separan, blindan y aíslan este material radioactivo del exterior. Como consecuencia, durante su operación las centrales nucleares liberan muy poca radiación.
Figura 1: El escape de materiales radiactivos se evita mediante el empleo de barreras de seguridad múltiples; cada una de las cuales contiene a las anteriores. Así, antes de que un material radiactivo se vierta accidentalmente al exterior, ha de superar las sucesivas barreras de contención: 1- La vaina que envuelve las pastillas de combustible; 2-El circuito primario (o barrera de presión); 3- El edificio de contención. [1]
Pero ¿cuánta radiactividad emiten exactamente?
Pues alguien que viva a menos de 30 km de una central recibirá una dosis anual de unos 0,1 µSv (se lee “microsieverts”) [2].
¿Y eso es mucho?
Para ponerlo en contexto, es una dosis radiológica unas 37 mil veces menor a la dosis anual que recibe un español promedio (la cual es unos 3700 µSv [3]) por el simple hecho de vivir en la Tierra, ya que el medio ambiente presenta un cierto nivel de radiactividad natural.
Para compararlo con alguna acción del día a día, 0,1 µSv es una dosis radiológica menor que la que se recibe al comer un solo plátano, o al hacer un viaje en avión. A la práctica, podemos decir que la dosis es absurdamente pequeña.
Figura 2: Comer un plátano te produce más dosis radiactiva que vivir un año junto a una central nuclear. [4]
Pero, incluso así, las organizaciones antinucleares argumentaron que dicha radiación seguía siendo un potencial motivo de enfermedad, e instaron al gobierno a realizar un estudio epidemiológico para comprobar si la tasa de enfermedades como el cáncer eran mayores en las localidades cercanas a las centrales nucleares.
Los resultados de dichos estudios, publicados en 2010 fueron demoledores:
Ecologistas en Acción, tras revisar en profundidad los datos, tuvo que admitir su veracidad.
Figura 3: Admisión por parte Ecologistas en Acción de que las centrales nucleares españolas no aumentan la mortalidad por cáncer. [5]
¡Así que oficialmente este mito queda pulverizado!
Marc Altés, autor de este artículo, es ingeniero nuclear y cofundador de ECONUCLEARES, la primera organización ecologista española favorable a la energía nuclear. Si estas interesado en más datos nucleares o quieres colaborar con nosotros en la salvaguarda del medioambiente mándanos un correo a [email protected]
¡Sé verde, Sé nuclear!
Bibliografía
[1] “Safety Systems - Nuclear energy - Energy Encyclopedia.” Accessed: Jan. 15, 2024. [Online]. Available: https://www.energyencyclopedia.com/en/nuclear-energy/the-safety-of-nuclear-power-plants/safety-systems
[2] Consejo de Seguridad Nuclear, “Convenio de colaboración entre el Consejo de Seguridad Nuclear y el Instituto de Salud Carlos III. Consejo de Seguridad Nuclear”, Accessed: Jan. 15, 2024. [Online]. Available: https://www.csn.es/documents/10182/914805/Dosis%20de%20radiaci%C3%B3n
[3] Consejo de Seguridad Nuclear, “Dosis de radiación.” Accessed: Jan. 15, 2024. [Online]. Available: https://www.csn.es/documents/10182/914805/Dosis%20de%20radiaci%C3%B3n
[4] @OperadorNuclear, “X.” Accessed: Jan. 15, 2024. [Online]. Available: https://twitter.com/OperadorNuclear/status/1139426043540967424?lang=ca
[5] “Estudio epidemiológico en los municipios próximos a instalaciones nucleares • Ecologistas en Acción.” Accessed: Jan. 15, 2024. [Online]. Available: https://www.ecologistasenaccion.org/17702/estudio-epidemiologico-en-los-municipios-proximos-a-instalaciones-nucleares/