En el devenir del PSOE desde que fue fundado el 2 de mayo de 1879 con Pablo Iglesias Posse al frente, han pasado muchos y muy importantes hechos y acontecimientos que, han configurado las claves por las que atraviesa en la actualidad. Por supuesto, en los inicios, era un PSOE con valores democráticos, socialistas y republicanos, Esos principios y convicciones como referentes se mantuvieron inalterables. El legado que dejaron, fue heredado por los socialistas republicanos que, para defender a la II República legalmente constituida del fascismo, no lo dudaron y muchos dieron sus vidas, otros fueron represaliados y encarcelados y otros, tuvieron que exiliarse de nuestro país.
La mayoría de los socialistas españoles se exiliaron y fueron muy bien acogidos en México, por mediación del acuerdo suscríto entre Juan Negrín como presidente del Gobierno de la II República y el presidente mexicano Lázaro Cárdenas. Después de la liberación de Paris el 19 de agosto de 1944, los días 24 y 25 de septiembre de ese mismo año, tuvo en la ciudad francesa de Toulouse el primer congreso celebrado por el PSOE en el exilio, el último se celebró en la también ciudad francesa de Suresnes y fue elegido como secretario general Felipe González.
Hasta ese entonces y bien entrada la década de los 80 del siglo pasado, la honestidad era una de las principales señas de identidad del PSOE. Todo se empezó a complicar con la tanta acumulación de poder por parte de Felipe González, ostentando simultáneamente los cargos de secretario general del PSOE y presidente del gobierno a través de las elecciones generales de octubre de 1982.
Se complicó con el sisma producido por su viraje acerca de la postura favorable a la OTAN. Esto produjo un gran desencanto y el abandono del PSOE de muchos miles de militantes. Al mismo tiempo y como consecuencia de las estructuras jerarquizadas que, le daba la vicesecretaría general a Alfonso Guerra afectó las medidas que éste impuso, poco democráticas, como imponer la representación en los congresos federales con cabezas de delegación y que, las ejecutivas indecentemente pudieran votar sus propias gestiones. Ideas que posteriormente se han vuelto a retomar y ahora, están vigentes.
Lo peor fue, que aprovechando que igualmente era el vicepresidente del gobierno, posibilitó que su hermano Juan pudiera instalarse en un despacho de la Delegación del Gobierno de Andalucía y desde el mismo, se dedicó a hacer negocios turbios o dudosos. Eso junto con el caso Roldan que, habiendo sido designado por el Gobierno de Felipe González, director general de la Guardia Civil el 31 de octubre de 1986. Cargo que utilizó para sustraer 435 millones de pesetas de los fondos reservados e ingresos (mordidas) por comisiones de las empresas constructoras y rehabilitadoras de los cuarteles de la Guardia Civil por 1.800 millones de pesetas.
Al salir a relucir a la opinión pública, se creó un gran escandalo de grandes repercusiones políticas y judiciales, siendo condenado a 28 años de carcel. Huyo a Tailandia en 1994 y al año siguiente se entregó en el Aeropuerto de Bangkok. El otro gran escándalo de la era de Felipe González fue el de los GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación). Eran agrupaciones parapoliciales que practicaron terrorismo de Estado o “guerra sucia” en contra de la banda terrorista ETA. Entre 1983 y 1987 asesinaron a 27 personas, debido a que realizaron acciones indiscriminadas algunas fallecidas y de nacionalidad francesa eran inocentes sin adscripción política conocida. El 29 de julio de 1998 el Tribunal Supremo, condenó al exministro del Interior José Barrionuevo, al director general de la Seguridad del Estado Rafael Vera. También a cinco altos cargos del Ministerio del Interior e igualmente otros cinco miembros de la policía. Aznar les indultó al final de ese año.
Los gobiernos de José Luís Rodríguez Zapatero (17 de abril del 2004, 21 de diciembre del 2011), fueron mucho más comedidos y no se le conoció ningún tipo de corrupción. Se caracterizó sobre todo por haber acabado sin concesiones con la Banda Terrorista ETA y nada más tomar posesión de su primer gobierno, en julio de 2004 ordenó y se llevó a efecto la retirada de las tropas españolas de la ilegal e injusta Guerra de Irak. Se aprobó la Ley de la Dependencia, estando al frente el ministro Jesús Caldera y la de los matrimonios de personas del mismo sexo, promovida por el malogrado e integro socialista Pedro Zerolo y, llevada a efecto por el ministro Juan Fernando López Aguilar. Nuestro país fue uno de los primeros en promulgarla, aprobarla y llevarla a la práctica.
Sin embargo, al principio Zapatero como secretario general del PSOE, tenía a José Blanco al frente de la secretaria de organización y posteriormente, pasó a ser vicesecretario general y aprovechó, su paso por la política para crear la empresa consultora Acento, en la que tiene políticos de varios signos y se dedican a aprovechar sus influencias, para asesorar e introducir a empresas y puedan conseguir contratos con la Administración.
Con Pedro Sánchez ha venido ocurriendo que sus dos últimos secretarios de organización, José Luís Ábalos y Santos Cerdán aprovechando los cargos orgánicos e institucionales y conjuntamente con el matón y extorsionador Koldo García, los tres en connivencia con las empresas a las que beneficiaban en los contratos, se han dedicado a recibir de estas grandes sumas de dinero (mordidas). En consecuencia, se ha creado un gran escándalo. Es de esperar que no se esparza más responsabilidades y fundamentalmente que, no lo sea hacia arriba y pueda afectar al conjunto del PSOE. De ocurrir, el daño sería de incalculables consecuencias.
Es evidente la necesidad de regenerar la democracia en todos los ámbitos, empezando por los partidos políticos, como es el caso del PSOE. De lo contrario, se le pondrá cada vez más fácil al reaccionario Partido Popular y fascista Vox, para configurar el próximo gobierno de nuestro país y puedan revertir, lo logrado en mayores cotas de libertad y justicia social.