Les dejo directamente enlazados los conceptos de “empatía”, “conciencia”, “consciencia” y “demagogia”, para no llevarnos a engaños ni mal entendidos.
Ahora, prosigamos.
Que existe una bochornosa falta de empatía en la sociedad es algo que no creo necesario explicarlo mucho, solo tenemos que ver una manifestación de un colectivo, al que indirectamente casi con toda seguridad nos afecte su lucha en nuestra vida cotidiana, véanse sanitarios, profesores, concentraciones eventuales por desahucios…, o más directamente como los pensionistas por poner ejemplo, a fin de cuentas, todos terminaremos siendo pensionistas. La participación ciudadana en actos reivindicativos es mínima si la comparamos con la celebración de una victoria en un mundial de futbol, como si los multimillonarios futbolistas necesitasen de la visibilidad ciudadana para cobrar. Sumidos en la comodidad del “si ya van otros, para que voy a ir yo”, o en el “porque no asista yo no se nota”, y sumándole a esto la Ley Mordaza instaurada por el Partido Popular de M.Rajoy, y que a pesar de ser una promesa de Pedro Sánchez todavía no ha sido derogada, la participación ciudadana en manifestaciones o concentraciones ha caído notablemente. Desde mi punto de vista, un error, por no decir que, si es usted es uno de esos que no se pierde una, casi con toda seguridad habrá percibido que asisten siempre los mismos.
¿Podemos tener la conciencia tranquila si conocemos lo que supone realizar actos por insignificantes que nos parezcan?
¿Somos realmente conscientes de cada acto que realizamos por insignificante que nos parezca?
Desde pequeño he escuchado en mi familia que, si cada uno de nosotros ponemos un garbanzo, es más fácil hacer un cocido, pero ante la palpable falta de empatía de la sociedad con un notable crecimiento del “yoismo”, cabe la posibilidad que, y tirando un poco de lo que Rallo llamaría demagogia, incluso usando seguramente algún término del tipo “social comunista” para procurar desmontar mi opinión, yo mismo y sin estudios de economía, sea capaz de que alguien con falta de empatía reaccione ante uno de los problemas al que nos estamos enfrentando cada día con más presencia en nuestras vidas, un problema que puede que no hayamos percibido, y del cual, somos participes, los que lean estas líneas, ya conocedores, y todo aquel que lo practica, incluido yo a veces, culpables.
La comodidad de la banca online, el uso del cajero automático, las transferencias realizadas desde nuestro dispositivo móvil, ordenador de sobremesa, portátil, o Tablet, obviamente es detectada por la banca, la cual actúa en concordancia despidiendo a empleados cada vez a un ritmo más acelerado. Ya que no nos preocupa mucho, por falta de empatía, el anciano que no sabe realizar estas operaciones, póngase en el lugar propio, no creo que yo sea el único que alguna vez no ha tenido más remedio que acudir a la sucursal bancaria por algún que otro motivo, con la consiguiente espera de largas colas porque solo atienden de 09:00 a 11:00. Caeremos en el fácil y lógico comentario de, “¿a qué coño se dedican entonces a partir de las 11:00?, aplicando algo mi teoría de la destrucción del empleo, imagino que se dedican a realizar el trabajo que antes realizaban sus compañeros despedidos porque hemos abusado de la comodidad de la banca online.
Entre 8.000 y 12.000 empleos serán destruidos por la fusión de BBVA y Sabadell, solo Barklays prevé el cierre de 1.200 sucursales cuando se culmine dicha fusión. Los empleos destruidos serán los mas vulnerables, por supuesto, puestos directos de empleados de banca, y puestos indirectos tales como personal de mantenimiento, personal de limpieza, y todo lo que conlleva cerrar el banco que antes tenias cerca de casa, y ahora te pilla a tomar culo, sumándole a esto el exponencial aumento de las anteriores citadas largas colas en las sucursales. Carlos Torres Vila, percibía por su puesto de presidente de BBVA en 2019, 2.450.000 euros de sueldo, lo mismo eso de cobrarnos el “mantenimiento” de una tarjeta de crédito tiene algo que ver, máxime cuando el trozo de plástico somos nosotros mismos los que nos ocupamos que se mantenga correctamente dentro de nuestra cartera, no se ustedes, pero yo nunca he ido a pasarle a esta la ITV, ni me ha hecho falta llevarla al taller a la revisión de los 3.000 km, lo mismo si todos nos negásemos a pagar ese “mantenimiento” cambiábamos algo, no se trata de que “solo” paguemos 30 euros al año por algo que no hacen, es la cantidad de pasta que se embolsa el simpático de Carlos a costa de nuestra pasividad, ¿nos van a cerrar la cuentas a todos si no pagamos ese canon impuesto?, no creo.
Para no caer en la locura de en que caja me pongo en Carrefour para que me atiendan antes, alguien pensó que la mejor manera era la de una fila única, y que desde una pantalla se nos avisara a que caja tenemos que acudir cuando llegue nuestro turno, medida super acertada, aporta mayor fluidez en el cobro de nuestros productos, algo totalmente necesario en nuestras vidas, ya que todos somos conductores de ambulancia o bomberos de servicio que tenemos una prisa demencial para salir del mega centro comercial para atender una urgencia. Lo mismo si dejásemos de acudir, cual masa aborregada, a estos centros, y comprásemos en comercios de barrio mas frecuentemente, ganaríamos en salud mental, y el comercio de barrio no se vería en la necesidad de aumentar sus precios ante la falta de clientela, o directamente, arrollado por la multinacional de turno, no se vería en la triste y lamentable obligación de echar el cierre, solo tienen que darse un paseo para apreciar la cantidad de locales con el cartel de “Se Vende”, “Se Traspasa”, o “Se Alquila”, vuelvan de nuevo a la primera línea, empatía. Pero como decía, como tenemos que salir de urgencia del masificado centro comercial, alguien pensó en algo todavía mas rápido, las cajas sin cajera, no se ustedes, pero yo no tengo ningún curso de prevención de riesgos laborales como por el contrario la cajera sí tiene, ni creo que la ancianita vecina suya del quinto sepa como funciona, ni por supuesto, y aquí es donde quiero hacer hincapié, esa caja automática cotice de ningún modo para financiar mediante impuestos, la sanidad de la que usted goza, la escuela a la que asiste su hija, o aporte algo para que mañana pueda ser asfaltada la carretera llena de boquetes por donde circula usted para ir a Carrefour, a pesar de tener el mercado más cerca, o incluso una tienda de barrio a escasos 100 metros de su vivienda.
Todo esto comenzó sin darnos cuenta, en el momento que empezamos a pesarnos nosotros mismos la fruta, exigir que nos la pese un empleado aumentaría la contratación de estos, pero, o no nos dimos cuenta, o carecíamos de empatía en ese momento con los encargados de la fruta que son despedidos porque nosotros, sin experiencia en el sector frutícola, y gratuitamente, desempeñamos su labor. Se calcula que de aquí a 2030 se perderán más de veinte millones de empleos de este tipo por la automatización. Aprovechando la coyuntura de haber citado a Carrefour, y después de usar la veloz caja sin cajera, al salir del centro, llenaremos el depósito del coche en la gasolinera que el gigante galo nos ofrece en su parking, obviamente, esta gasolinera tampoco dispone de personal que nos atienda. Pero hay que ser previsor y tener el depósito lleno, a la prisa que nos enfermiza en la cola del Carrefour porque tenemos que salir volando a una urgencia hay que sumarle la espera de la cola de vehículos repostando combustible aprovechando el descuento que te hacen de la compra, descuento que en realidad no existe, ya que en realidad ese descuento esta acondicionado a la cantidad de dinero que se gasten en el super, vamos, lo de la pescadilla que se muerde la cola, o sin ánimo de ofensa, lo del dame pan y llámame tonto. Carrefour, el grupo de distribución francés, ingresó solo en España, 80.735 millones de euros en 2019.
El combustible es altamente inflamable, de modo que deben seguirse normas de seguridad muy estrictas. Los empleados deben echar arena sobre la gasolina que se haya derramado. Durante las descargas de combustible suministrado a la gasolinera, algunos empleados, en el que caso de que existan, se ocupan de poner conos de tráfico alrededor de la cisterna y de verificar los medidores de combustible para los tanques subterráneos. Ahora que alguien tenga el valor de decirme que nunca ha derramado combustible al repostar, que siempre esparce arena si se da el caso del derramamiento, o que pone el cono que no lleva en el maletero mientras lo hace, Pónganse a calcular el tiempo que tardará el único empleado que queda en la gasolinera, en las de Carrefour ni eso, recuerden que está cobrándonos a todos los que repostamos nosotros mismos nuestros vehículos. Entre 2016 y 2018 fueron destruidos en el sector de las gasolineras cerca de 3.000 puestos de trabajo, cada gasolinera que abre con auto repostaje destruye 5,4 empleos. Antonio Brufau, ingresó en 2018 por su puesto de director de Repsol, 3.1000.000 euros, desde esa fecha mantiene un sueldo fijo de 2.500.000 euros como presidente no ejecutivo.
Ahora ustedes, si no lo eran, ya son conscientes de la situación actual, lo que no si es si tendrán la conciencia tranquila cuando se reposten de combustible el vehículo para ir al Carrefour a usar la tarjeta de crédito, por la que pagan un mantenimiento que no existe, en la caja automática que no cotiza.