Foto de perfil del redactor de Diario16 Santiago Aparicio.

Como sigan así va a ser difícil votar a la izquierda

11 de Mayo de 2023
Actualizado el 02 de julio de 2024
Guardar
140223-sanchez-consejo-seguridad-nacional3

No es anormal que el Gobierno, del color que sea, cuando llegan elecciones autonómicas, locales o europeas, haga campaña. Lo que sí es anormal es que se lancen a realizar promesas de carácter estatal y/o poco pensadas en beneficio, se supone que, propio y no de los candidatos autonómicos y municipales. Si algunos partidos de la izquierda (indefinida como dicen algunos) ya tenían una imagen lamentable antes de estas elecciones, ahora no parece que lo estén arreglando.

El problema es que Pedro Sánchez, Ione Belarra o Yolanda Díaz están a lo suyo, a garantizarse la renovación de sus cargos (con toda la cantidad de muertos de hambre que tienen contratados), mientras que la suerte que corran los candidatos de sus partidos les da igual. Quieren salvar sus posaderas a costa, si fuese necesario, del resto de candidatos. Y son tan estúpidos que hacen la campaña que desde los medios de derechas han montado, que las elecciones autonómicas y locales son un refrendo contra el sanchismo y sus colegas. Son tan estúpidos y tan ególatras que entran al trapo en vez de dedicarse –con todo el aparato mediático que tienen- a aplaudir esta o aquella medida de los diferentes candidato.

Por suerte para muchos candidatos, la suerte estaba casi echada antes de la convocatoria electoral. Aquellos que lo han venido haciendo bien tienen probabilidades de repetir y aquellos que son teleñecos no. El problema es que si hay lugares donde la duda pueda definir si cae hacia un lado u otro el gobierno, toda esta banda está haciendo justo lo contrario de lo que deberían hacer para hacer ganar a sus compañeros de partido. El ego les puede. ¡Qué se le va a hacer!

Cada vez ponen más difícil votarles. No por las cosas woke que se sacan de la manga (como el señor Sánchez tragando con la ley transgenerista, que le va a estallar en la cara en breve), sino porque las ofertas electorales, las suyas, cada vez tienen menos credibilidad. ¿Se piensa Díaz que alguien se va a creer que van a pagar 20.000 euros a cada chaval para que se independice? ¿Han calculado cuántos miles de millones es eso? ¿Con una deuda por encima de 1,5 billones de euros y con recortes exigidos por la UE de dónde van a sacar el dinero? ¿De los ricos? Ya. Por no hablar de las miles de casas que no se van a construir, ni a sacar de ningún lado porque es nada más que humo. Y los avales del 20% mediante el ICO ¿de dónde saldrá el dinero? ¿Con una nueva subida de impuestos a la clase trabajadora?

Y para colmo una de las candidatas de Podemos en Madrid descubriendo las ludotecas que llevan años funcionando en cientos de ayuntamientos de España (de diverso color aunque especialmente en los socialistas). Lo peor no es ampliar la cantidad de estos establecimientos, no. Lo peor es el argumento rancio y machista elegido. Toda la vida el feminismo (estas gentes no son feministas, cabe recordar) intentando que la responsabilidad de los hijos sea compartida con las parejas (especialmente los maridos), que exista una conciliación, para que se pida una ludoteca y así ella pueda ir a la peluquería mientras él se toca los huevos a dos manos en el bar, su casa o donde sea. La mujer como única responsable de los cuidados es más propio de la sección femenina.

Para rematar todo, además, se pasan el día calificando al pueblo español de facha, reaccionario, neorrancio o cualquier otro apelativo, de todo menos cariñoso. Cuando no se creen sus promesas, es porque son fachas. Porque no se creen que un economato (ahora han inventado el economato) pueda funcionar y que todo huela a chiringuito, fascistas. Como no les leen, ni escuchan es sus programas financiados por la élite internacional, fascistas. Y así todos los días.

¿No se dan cuenta que así no les va a votar ni el Pirri? Por fortuna, para los candidatos municipales o autonómicos, los españoles ya van sabiendo discernir entre elecciones. Eso salvará a unos cuantos, pero los demás, los más sanchistas o podemitas, igual acaban yendo al rinchi. Esto es, a la oposición o la desaparición. Luego se extrañan de las encuestas, especialmente las de Madrid. La abstención no la están valorando y puede ser de época. Tienen a la gente asqueada y cuando lleguen las generales igual es hasta peor. Lo ponen difícil, muy difícil.

Lo + leído